Un destinado es la persona que la Diosa luna ha escogido para ti, son aquellos que se pueden encontrarse en cada una de sus vidas y enamorarse nuevamente sin importar que, pero, ¿que pasaría si en una de sus vidas pasadas Taehyun y su lobo traiciona...
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Un suspiro salió de los labios de , mi Beomgyu entras metía su ropa en la maleta. Últimamente estaba estresado y todo era gracias a Kai, quien no había dejado de molestarlo.
Beomgyu miró a Taehyun, quien se encontraba haciendo lo mismo, solo que el se encontraba un tanto ¿feliz?, por la idea de tener que viajar juntos a Paris, por su luna de miel.
En realidad, Taehyun y sus familias eran los únicos que estaban felices, por su matrimonio.
El omega se encontraba sumamente nervioso, pues su celo estaba cerca, al igual que el de Taehyun, por lo que no sabía que podría pasar, seguramente Taehyun lo marcaría.
Movió su cabeza, para tratar de borrar aquellos pensamientos que perturbaban su mente, y siguió en lo suyo. Tal vez, estaba pensando demasiado las cosas.
-Beom, ¿ya empacaste?- preguntó Taehyun, mientras se acercaba a ver su maleta.
-Aún no he terminado- dijo Beomgyu forzándose a sonreír.
-Tu sonrisa es falsa, ya conozco la verdadera, así que no tienes que fingir conmigo- dijo Taehyun, mientras metía los condones que le había regalo su padre, sin que Beomgyu los notara.
Beomgyu solo asintió, mientras seguía en el suyo. Vio la lencería que le había regalado el padre de Taehyun y la metió rápidamente en el maleta, no quería que Taehyun viera aquello, era sumamente vergonzoso.
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Beomgyu y Taehyun se encontraban en el aeropuerto, ambos tenían sus maletas en manos, mientras sus familias les hablaban de cualquier cosa con respecto al viaje. La verdad el omega no estaba prestando atención a la gran mayoría de ellas.
Ya estaba comenzando la víspera de Navidad, por lo que había bastante movimiento de viajeros que comenzaban sus vacaciones o regresaban a casa por estas fechas.
Beomgyu solo quería llegar a Paris, para poder descansar, pues el trabajo y Kai realmente lo tenían agotado.
-Ya es hora de que se suban al Jet privado- sonrió Minghao mientras le daba un pequeño beso en la mejilla a su hijo.
