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La culpa y vergüenza fueron la tónica de pensamientos que acompañó a Changkyun el trayecto a casa. No debía haberlo hecho, por muy caliente que fuera el condenado de Lee Jooheon. Siempre se había considerado a sí mismo un hombre de ideas firmes, pero lo había echado a perder al correrse en el pecho del escritor. O cuando dejó que este se corriera en su boca. Lo peor era que no sabía cómo miraría a Hyungwon cuando le preguntase qué tal su cita. En serio, qué vergüenza. Y todo por un calentón. Él era mejor que eso. ¿Por qué la vida se burlaba de él queriendo que su ligue fuera Lee Jooheon? ¿Acaso no había más hombres en la ciudad? Nooo, tenía que ser el tipo de moral laxa, un mentiroso patológico, probablemente sociópata. Sí, odiaba a ese gurú barato. Pero, por alguna extraña razón, cada vez que estaban a solas el otro parecía querer mostrarle lo más profundo de él, como si fuese otra persona, una sensible y tierna. Se sentía demasiado confundido, lo había disfrutado pero su orgullo lo cegaba. No iba a admitir que había sido tan estúpido de dejarse llevar por el deseo de someter al escritor mediante el sexo. Además, no sería del todo cierto. Le gustase o no, a nivel químico eran compatibles y su cuerpo aullaba al tenerle cerca.


—¿Me vas a contar de una vez cómo fue tu cita de anoche? —le preguntó su amigo y compañero de trabajo.

—No hay nada que contar, ni siquiera hubo penetración.

—Al menos te atreviste a salir de tu zona de confort. Dame algún detalle, ¿era guapo?

Changkyun estaba avergonzado, no por hablar de sexo, pues no tenía problemas con eso, sino porque se había costado con quien fue el mejor amigo de su interlocutor.

—Más guapo de lo que me gustaría admitir —Hyungwon lo miró con una sonrisa pícara que leyó a la perfección —No voy a volver a quedar con él.

—Deberías. Si la cita fue bien, y el sexo fue bueno. ¿Por qué no terminar lo que empezasteis?

—Es complicado.

—Siempre lo es si estás tú involucrado.

El rubio arqueó una ceja y se cruzó de brazos.

—¿Crees que soy complicado? —cuestionó con la cabeza ladeada.

—Creo que piensas demasiado y eso juega en tu contra. Nunca te das la oportunidad de conocer a gente nueva. Ya sé que tú vas por libre, y no digo que tenga que ser con el chico de anoche, pero piénsatelo.


Y Changkyun se lo pensó, ¡vaya que se lo pensó! Hyungwon llevaba razón, siempre parecía que no llegaba a conectar con sus parejas, y llevaba demasiado en la soltería. Además, estaba esa casualidad de encontrarse con Lee Jooheon. ¿En serio había roto su celibato voluntario por una paja de alguien que detestaba? Lo cierto es que el rubio estaba comenzando a aceptar que se sentía atraído por el escritor, aunque eso atentase contra todas sus ideas. ¿Y si debía de darle una oportunidad tal y como le dijo Hyungwon? Tal vez no era tan miserable como aparentaba en sus conferencias. Así fue como agarró el teléfono, abrió Grindr y escribió a LJH-discreto un "Nos vemos esta noche en el mismo hotel. Tú invitas".


Kihyun se había presentado en su apartamento y le había obligado a hacer frente a sus responsabilidades. Tenía una agenda que cumplir, libros que firmar, conferencias que les haría ricos -más ricos- a ambos. El escritor no había fumado en todo ese mes de encierro, pero al ver a su mánager le pidió el paquete de Esse que siempre llevaba encima. Inhaló ese humo tratando de aclarar su mente.

—Lo dejo.

—Qué va, no lo dejas.

—No quiero seguir con esto, ya no quiero ser una figura pública.

El mayor le observó suspicaz.

—¿Qué has hecho?

Lee Jooheon no era un crío, no necesitaba niñera. Pero también era cierto que esa persona frente a él era, muy probablemente, la única que lo soportaba. Un cigarrillo no fue suficiente, por lo que encendió otro. Caminaba de arriba abajo por toda la habitación.

—Estoy cansado, eso es todo.

—Si te has metido en problemas podemos solucionarlo.

—Soy gay.

—Y, ¿qué me quieres decir con eso?

—Joder, Kihyun, eres la primera persona a la que se lo confieso y reaccionas así. Genial.

—Ya lo sabía, es muy evidente.

No le gustó la forma en la que dijo eso, pero lo dejó pasar.

—No quiero ser la imagen de algo que no me representa. "La retórica del amor" es un libro de mierda, en el que ni siquiera tuve libertad creativa. Quería ser escritor y me he convertido en alguien ridículo.

—Sí, pero asquerosamente rico. A ver, dime qué quieres hacer, ¿echarlo todo a perder? ¿Piensas que podrás vivir de la escritura si haces pública tu homosexualidad? Eso no es una posibilidad real. Tu libro es un éxito, vas por la octava edición, disfrútalo. Tienes una carrera asegurada, más dinero del que puedes gastar, y haces tus cosas en los reservados sin que nadie te moleste. Piénsatelo.

—He tenido un mes para pensarlo, no quiero seguir así, ¿tan difícil de entender es? ¿Qué importa la fama y el dinero si estoy completamente solo? ¿Eso es todo lo que la vida tiene reservado para mí? Quiero amor, quiero libertad, quiero follar con quien me dé la gana sin tener que esconderme de la sociedad. Estoy cansado de ser el títere de una editorial retrógrada.

—¡Ahora tiene ideales! La empresa te contactó por tus tweets, ya eras un personaje público de lo más polémico.

—Tenía veintiún años, ¿qué esperabas?

—Me parece muy bien que te hayas atrevido a decir en voz alta que eres gay, pero como tu mánager, considero que estás cometiendo un error.

El escritor suspiró cansado.

—Y, ¿cómo amigo?

Kihyun lo miró con cierta lástima.

—No será fácil, Jooheon. Mira, vamos a hacer una cosa: te doy una semana para que te lo pienses, mientras que trato de calmar a los de arriba que llevan un mes exigiendo explicaciones de por qué has desaparecido. Si de verdad quieres dejar la escritura, ve buscando un plan B. Eso sí, no te recomiendo que hagas pública tu sexualidad: eso sería como cavar tu propia tumba.

Kihyun se marchó, dejando el paquete de Esse en la mesa de cristal del salón. Estaba desesperado, se sentía más solo que nunca. Agarró enfurecido el teléfono cuando le entró una notificación que supuso sería relacionada con su trabajo. Sin embargo, cuál fue su sorpresa al ver el mensaje que Changkyun le había escrito. Y la furia se hizo fuego. Jamás había deseado tanto a alguien como en ese momento, parecía que las únicas órdenes que estaba dispuesto a aceptar eran las del rubio en la cama, así que se apresuró en responderle con una afirmación. Estaba decidido, quería más, no podía dar marcha atrás una vez probado lo bien que se siente el sexo cuando conectas con alguien. Lo sentía en su estómago, el rubio era diferente, y el reencontrarse no podía ser casualidad. "Esta noche voy a usar algo más que mi boca", leyó. "Estoy impaciente", respondió. Y hubo más mensajes obscenos, incluso alguna foto de un estómago trabajado cuya cicatriz cruzaba su ombligo. Esta vez usaría prendas cómodas: no quería que Changkyun perdiese el tiempo desabrochándole la camisa, quería que le arrancase la ropa. Así que apostó por un look total black deportivo y fue a reservar la habitación para su caprichoso amante.

Nadie conoce a Lee Jooheon (JooKyun) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora