(13)

101 10 18
                                    


"¿Estás libre hoy? Me gustaría verte. Siento no haberte escrito antes, necesitaba procesar todo esto".

Cuando Lee Jooheon despertó se encontró con el mensaje que su amante le había enviado la noche anterior. Sintió alivio de no haber sido desechado tras la polémica, de que alguien quisiera hablar con él. Le gustase o no, lo necesitaba. Jamás en su vida se había sentido tan solo como en ese momento, y su corazón saltó al leer sus palabras. Todo cuanto había recibido en los últimos días había sido odio. Le escribió para acordar a qué hora quedarían, y se sintió lo suficientemente animado como para hacer algo de ejercicio. Se dio una larga ducha y se puso ropa limpia. Se sentía realmente nervioso por ver de nuevo a Changkyun, quería saber como le había afectado a él la situación. Cuando sonó el timbre, su estómago dio un vuelco y, con manos temblorosas, abrió la puerta. En el pasillo, el rubio le regaló una escueta sonrisa, pero esta no llegó a sus ojos tristes. Se hizo a un lado para dejarle pasar. El ambiente parecía más tenso de lo normal, Changkyun era incapaz de mirarlo directamente.

—Lo siento mucho, en serio. No debimos hacer nada en un lugar público. Yo...

—No te culpo, Changkyun —por primera vez alzó la mirada —¿Cómo estás?


El cocinero observó incrédulo a su amante. ¿De verdad le estaba preguntando eso? ¿Después de lo que le había hecho? Sentía que no se merecía la preocupación de Lee Jooheon, y eso le hizo sentir más miserable. Él no había sido despedido, él no era quien había sido sacado a la fuerza del armario, ni el que estaba recibiendo odio. A pesar de todo, era un privilegiado.

—He tenido días mejores.

—¿Te despidió tu jefe?

¿Con qué cara iba a mirarle y admitir que apenas había sufrido consecuencias, mientras que su mundo se desmoronaba? Negó ligeramente, le estaba costando enfrentarse a esa situación.

—¿Cómo te encuentras? ¿Te han acosado? En serio, lo siento muchísimo, no pensaba que nos fueran a grabar y...

El escritor se acercó a él y se fundieron en un abrazo. Ese cálido contacto era todo cuanto necesitaban ambos, pues no había palabras suficientes para expresar ese torrente emocional que los envolvía.

—Estoy bien, dentro de lo que cabe. He retomado el contacto con un antiguo compañero de universidad y tengo ideas para un nuevo libro. Ahora no es un buen momento, pero todo pasa.

Changkyun no entendía la aparente calma del escritor. Es como si fuese otra persona, una muy distinta de la que conoció aquel día en el evento. Le preocupaba que se mantuviese tan positivo cuando todo estaba en su contra. Era muy difícil que una editorial quisiera publicar algo escrito por él.

—Siento haberme ido el otro día tan de repente, no quería dejarte solo.

—Tu jefe te llamó, lo entiendo.

Comenzó a irritarse por la actitud tan comprensiva del escritor. ¿Cómo podía no odiarlo? Al menos, debería de sentir un poco de resentimiento. Lee Jooheon se mostraba de lo más relajado mientras que a él le iba a estallar la cabeza de tanto pensar. Se cruzó de brazos y le observó suspicaz.

—¿Me estás diciendo que esto no te enfada? Joder, exprésate. Llora, grita, insúltame, lo que sea que te haga sentir mejor. Me das miedo. Hace tres días te vi llorando en el baño y hoy parece como si no hubiese pasado nada. ¿Acaso soy el único que está fatal con todo esto? Cuando voy a trabajar tengo miedo de que alguien me reconozca, o de que mis padres hayan visto el video. Estoy en alerta constante, no puedo dormir, y eso que apenas he sufrido consecuencias. ¿Por qué no reaccionas?

Nadie conoce a Lee Jooheon (JooKyun) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora