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-¿No la quieres verdad?

-No, para nada.- tragué saliva- Es tan irritante e insoportable que me dan ganas de ahorcarme cada vez que quiere tener sexo- susurré nuevamente y ella soltó una risita.

-Llegamos.- anunció ella, mientras retiraba su cinturón, Charlie abría su puerta y yo salía por la mía. Suspiré y luché por no salir corriendo. Esto iba a ser una jodida tortura.

Coffee ⇢lashtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora