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-Bien, ya sabes como hacerlo. Entonces ahora podré hacerlo siempre que quiera.- lo miré con ambas cejas arqueadas.

-¿Perdona?

-¿Qué?

El no era nada mio.

-Ashton, ni siquiera somos amigos, no puedes pretender ocupar ese espacio, o si quiera uno más importante.- me crucé de brazos y vi que su nuez de Adam, se movía en su cuello, mostrando que tragaba saliva.

-Bien.- fue lo último que sus delicados labios soltaron, antes que saliera por la puerta de mi departamento, camino a quien sabe donde.

Coffee ⇢lashtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora