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Entre al local y por suerte esta vacío. Busque una de las mesas más apartadas pero antes me fije si el chico de ojos avellana estaba presente.

No estaba

¿Y si me iba y volvía después? Por suerte no tuve que pensar mucho, ya que entró por la puerta.

-¡Perdón, perdón ya llegué!- corrió hacia el hombre que parecía llevar más años en ese lugar, este le miro serio y blanqueó la mirada. Solté una risita y el chico se volteó a verme. Bajé la mirada y seguí mi camino.

Coffee ⇢lashtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora