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Quería que cuando abriera la puerta, Ashton no estuviera en mi departamento. Quería llorar solo y en paz. Por suerte, cuando lo hice, no había rastro del castaño, así que solo corrí hasta mi cama y me dejé caer. Pudiendo por fin, soltar esas lágrimas que se habían amontonado en mis ojos, impidiéndome liberarme.

Coffee ⇢lashtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora