¡Hola, hola! Bueno, esta es mi segunda historia, se me ocurrió hace mucho y haaasta ahora decidí subirla aquí, espero me sigan hasta el final y me dejen sus comentarios lindos. Sin más que decir les dejo el inicio, un poco cortito, pero espero de corazón les llame la atención para seguir a la próxima parte, sin más que decir me despido.
Besos y abrazos
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Alguna vez te has preguntado ¿Cómo sería si no existieras?
Yo sí. Me lo he preguntado a diario. todos los días de mi vida, desde que tenía doce, todo comenzó cuando a los nueve años intente suicidarme. Sí, nueve años de edad y ya había atentado contra mi vida.
Ahora tengo dieciocho años, sí, demasiado años para alguien que comete suicidio día a día en su propia cabeza. Demasiados años yendo a un psicólogo que finge conocerte, que finge saber que tienes y te da un diagnostico falso.
Actualmente curso la universidad. una privada y con un límite de alumnos, por si acaso llegara yo a sufrir una crisis, de ese modo serían menos bocas que silenciar.
Desde hace tres años, que no hablo a menos que sea necesario, eso involucra una que otra sesión con el hipócrita de Jason mi doctor.
Mis días usualmente solo son monótonos, hago las cosas sin pensar y por obligación, me levanto temprano sin quejarme como cualquier adolescente lo haría, me lavo y me visto sin ninguna prisa y bajo a comer en silencio. Sé cómo me miran mis padres, sé que aunque mi madre finja estar ocupada lavando los trastes de la mañana y mi padre lea el periódico se que bajo esa fachada de "aquí no pasa nada" su mirada es de frustración, decepción y dolor. Pero yo, igual que ellos... finjo no verlo, recojo el plato y me marcho a mi escuela. Esa es mi rutina diaria.
Hace dos meses cuando tuve mi primer crisis en la universidad, mis padres lograron callar con dinero a todas esas bocas y ojos que me miraron, que observaron sin hacer la gran cosa como tomaba un tenedor de la cafetería y lo encajaba en mi pierna una y otra vez hasta que el director llegó y tomó mi mano, arrebatándome el tenedor. Desde ese momento, los pocos intentos de las chicas y chicos por hablarme cesó, y ahora ir a la escuela no solo se ha vuelto un mar de miradas y susurros lejanos. Si no una prisión más, un escenario más donde me evalúan, donde cualquier cosa que haga serán más pasos cerca de la institución mental. Cosa que actualmente no me importa, como mis notas, ya no me importa nada.
Mi pupitre está siempre al final del salón, donde no puedo mirar a nadie, y nadie me puede mirar, mis libretas están llenas de garabatos, todos hechos en tinta roja, de mi salón soy la única que no aporta nada, una inútil ocupando un lugar que alguien más podría utilizar, ¿Cómo una chica de dieciocho puede seguir en la escuela aún cuando sus calificaciones son inferiores a la reprobatoria? ¿Cómo una loca que puede explotar en cualquier momento puede estar en la misma aula que otros diecinueve chicos totalmente cuerdos? Dinero, el dinero lo puede todo y en mi caso mi familia cuenta con mucho...
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Como dije es muy chiquito, pero es solo la introducción, prometo se pondrá mejor. ¡Hasta la próxima!
XOXO
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My suicide.
Teen FictionAlguna vez te has preguntado ¿Cómo sería si no existieras? Yo sí, me lo he preguntado a diario, todos los días de mi vida, desde que tenía doce, todo comenzó cuando a los nueve años intenté suicidarme. Sí, nueve años de edad y ya había atentado cont...