Atisbos de locura.

98 5 3
                                    

Muy buenos días/tardes/noches. Aquí la ... ¡séptima parte!

Espero les esté gustando mucho, cualquier comentario sean libres de dejarlo, lo apreciaría mucho, votos igual XD

Sin más que agradecer por su constancia con mi historia, espero lleguemos juntos al final. XOXO

*********************

—Eh chica muda—Me saluda Ian la cuarta mañana sentándose justo frente a mí, obstruyéndome la vista del chico del día anterior, aquella mañana al verlo leer el mismo libro, una desesperación de saber su nombre me invadió, él había sido grosero conmigo, incluso me había amenazado, era correcto al menos saber su nombre, no porque quisiera saber para mí, claro que no, era correcto saber el nombre del agresor ¿Verdad?

—Hola—le saludé en respuesta, enfocándome en su rostro sonriente. —Hola Ian.

—Woah.... has hablado, ¿Por qué? —Preguntó subiendo las piernas al sillón mientras las abrazaba.

—Toda la gente habla, sino se vuelve loca. —respondí mirándolo mecerse en el sillón.

—Ummm, bueno, hay personas como nosotros que somos locos aún cuando hablamos demasiado.

—Eso es porque tienes un mal en tu cabeza—respondí a su comentario, sus ojos se hicieron grandes y sonrió.

—Claro, eso es lo que nos hace distintos, distintos de todos los humanos fuera de los barrotes de acero de las ventanas.

—Tal vez—susurré

—No, es un sí completo, si estás aquí es porque el doctor Manuel, supo de ti y si supo de ti es porque tienes algo especial, como todos. —susurró tan bajo que casi no pude oírlo

—¿Qué quieres decir? —Pregunté inclinándome hacía adelante para oírlo mejor, sin embargo el solo me sonrió. —Ian ¿Qué quisiste decir?

—Tú misma lo pensaste el primer día, tú no estás loca. ¿Verdad? —dijo y luego se levantó dejándome sola en una habitación que cada vez se hacía más pequeña...¿Qué acaba de decir? ¿Cómo supo él, lo que yo...?

—Todos somos especiales—susurró detrás mío, haciéndome brincar de susto, aquella voz jovial y divertida de siempre se había transformado en una voz fría y grave, y mientras susurraba todo su aliento se vertía sobre mi cuello desnudo por la camisa en V que el hospital me había dado. ¿Qué estaba diciendo? voltee a mirarlo, y al hacerlo sus ojos risueños me miraron fijamente, inclinó su cabeza de lado como un pajarillo curioso y se echó a reír. —¿Qué? —Preguntó jovial.

—¿Cómo...cómo supiste lo que pensé? —susurré sin aliento.

—No es que lo haya sabido, todos pensamos eso desde el primer momento en que entramos en este lugar, No estoy loco, pero después de unas cuantas noches, unas cuantas pruebas te das cuenta que la locura habita en ti,y es inevitable no pensarlo, así que tranquila. 

—Claro—susurré volteando mi vista hacía el frente, el chico ya no estaba allí, así que enfoqué mi vista solo hacía un punto en medio de la habitación. Había sido una paranoica. restregué mis manos en mi cara y al volver a mirar a Ian, allí estaba también el chico.

—Ian—susurró con voz grave—El doctor Manuel te está buscando—dijo mientras lo agarraba de la nuca y lo guiaba en dirección opuesta. Ian se encogió de miedo, o al menos eso pareció y asintió, sin embargo antes de alejarse de nosotros, volteó hacía a mí y me lanzó una mirada extraña.

—¿Por qué lo busca? —Pregunté de repente.

—Y que voy a saber ¿es que acaso no te enseñaron a no meterte en los asuntos de los demás? —escupió mirándome irritado, mientras rodeaba el sillón donde me encontraba y se paraba frente a mí antes de volver a su lugar.

—¿Qué? —Pregunté molesta, sus ojos negros me hacían cohibir, sin embargo el solo siguió mirándome—¿Qué? ¿es que acaso de gusta molestar a las nuevas?

—Mmmmm, tal vez—Dijo sin más, encogiéndose de hombros y se fue a sentar, antes de abrir su libro volteó en mi dirección y me sonrió.

**********************

¡Hasta la próxima!

My suicide.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora