Hola, hola, primero que nada quiero agradecer a todos los que han leído mi historia y que siguen leyéndola, muchas gracias!
Y segundo sí, si ya sé. No es sábado, sin embargo me sentí con un poquito de inspiración, así que aquí se los dejo espero les guste, ¡un cap. sorpresa!
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Al salir todo lo que veo son más locos, uniformes blancos, pulseras con nombres, dos ventanales con barrotes por fuera, seguros y candados por dentro, enfermeras de uniformes azules y guardias en cada extremo de la habitación, observando, evaluando, riendo dentro de ellos. "Pobres" piensan "pobre gente loca, pobre de mí que debo estar aquí" dicen dentro de su cabeza, "que tengo un trabajo tan mediocre."
-¡Oye, tú!-grita un chico desde el otro extremo de la habitación hacía mi dirección, sé que no soy yo, acabo de entrar, además nadie nunca me nota, nunca. Camino a paso lento a un sillón vacío cerca de mí, es duro y blanco como todo aquí, tal vez si las habitaciones fueran de otro color, está gente mejoraría más rápido, el blanco es frustrante, detonante, en tan poco tiempo ya estoy harta, enferma del color blanco.
-Oye, ¿eres sorda? -Pregunta la misma voz que me gritó hace un momento, levanto mi vista y allí está el dueño, un chico tal vez 18 años, con cara de bebé, delgado, la cabeza rapada como la chica de hace un rato, al igual que la mayoría de las personas en la estancia, solo espero no corten mi cabello. -Entonces, Eres sorda. -Dice y comienza a mover las manos, algo en los movimientos rítmicos y fluidos me recuerdan a algo, me habla en señas, lo miro en silencio, sin entender ningún movimiento. Sabe que no entiendo pues se detiene y me mira fijo a los ojos, no le tengo miedo, no me intimida, le sostengo la mirada.
-¿Hablas otro idioma? Do you speak other language? - Pregunta en español e inglés, entiendo de ambas maneras, me niego a contestar, no tengo nada que contestar.
-¿No hablas mucho no? -cinco minutos le ha tomado descifrar el acertijo, probablemente no sea muy inteligente, ¿la locura afecta al raciocinio? y ¿Por qué no se va?
-Bueno, hablar conmigo mismo es frustrante, pero me pareces guapa, estaré a tu lado, seré tu amigo si te parece. -"No, no me parece, vete. "-Me llamo Ian, Ian a secas.
-Ian, ¿Quién es ella? -Dice de repente una voz tan chillona que por un momento debo levantar la vista y ver si no es un gato hablando, una chica de cabello corto a los hombros me mira molesta, en las manos tiene un muñeca de trapo a la que le falta un ojo, es horrible, como ella. sus dientes chuecos y mirada asesina solo hacen que se vea más fea. Desvío mi mirada hacia el otro extremo de la habitación lejos de ellos.
-No lo sé, he hablado solo todo el tiempo. -Contesta Ian sin dejar de mirarme, lo sé siento su mirada en mi.
-Bueno, deja de hablarle-Chilla jalando su brazo, la muñeca en sus manos se contonea y se resbala de su brazo, la atrapa antes de caer y se la lleva a la boca, mordiéndole la cara. No estoy loca, pero esto sin duda me hará serlo.
-No, ella tiene algo-Susurra el chico y toca mi frente, levanto mi mano y golpeó la suya. ¡No me toques! pienso llena de furia.
De pronto él cae al suelo y me mira con horror y comienza a gritar temblando de pies a cabeza, la chica al lado suyo se pone de rodillas y tan pronto lo toca comienza a gritar también, la habitación se llena de gente nerviosa, que grita, se balancea o simplemente toma sus piernas, y tan pronto como toda la sala entra en crisis, de la anda salen cinco hombres altos y fornidos que sacan a Ian y a la otra chica, no sin antes mirarme de una forma que no logro comprender, mis ojos no dejan nunca a los hombres que llevan arrastrando a los dos chicos gritones y antes de que desaparezcan por una puerta lateral, Manuel, el responsable de que yo esté aquí, aparece frente a mí, en su mano lleva una jeringa.
-Creo que debemos hablar-Dice y después sin más inserta la aguja en mi cuello...
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Bueno, espero mi inspiración haya sido para bien y dejarlos con ganas de más, jajajaja
¡Hasta el próximo capítulo!
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My suicide.
Teen FictionAlguna vez te has preguntado ¿Cómo sería si no existieras? Yo sí, me lo he preguntado a diario, todos los días de mi vida, desde que tenía doce, todo comenzó cuando a los nueve años intenté suicidarme. Sí, nueve años de edad y ya había atentado cont...