Freezing window and burning flames

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-Dana, es tiempo que despiertes-susurró algo cerca mío, un susurro dulce en una voz arrogante.-dana es momento que despierte - volvió a susurrarme la voz arrogante de Aydan

-Largo de mi habitación- le dije volteandome de lado sobre la cama y cubriendo mi cabeza con la cobija.

-¡Dije que te levantes!-gritó haciéndome levantar rápidamente, algo en aquel grito había estado chueco, no habia sido como la especie que una mamá suelta, no, había sido distinto, habia retumbado dentro de mi cabeza como si él... y de repente vi a mi al rededor, aún me encontraba lejos de mi habitación, ya no era tan blanca como la anterior, y estaba sola. Muy sola.

-¿Aydan?-susurré en la habitación vacía, esperando saliera bajo la cama o algo, sin embargo nunca salió.
Tomé con una mano fría mi pecho y sentí claramente el latir frenético de mi corazón, el miedo habia sido real...

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Las palabras del maldito Aydan aún resonaban en mi cabeza, me ponían furioso, ¿el que sabia?

Mi reflejo en el espejo fruncía el ceño y una pequeña aura azulada rodeaba mi cuerpo, el enojo me hacía acumular energía. -¡Maldita sea!-exclamé golpeando el espejo directamente.

-Señor-alguien me llamó de manera dudosa, cobré la compostura y me diriji a Mattias quien había entrado y cerrado la puerta, su gorra de guardia de seguridad retorciendo entre sus manos.

-¿Qué? -contesté con la rabia contenida.

-El señor Radcliff, está haciendo sus cosas de nuevo, al igual que los demás pacientes,sin embargo se le ha dado dosis más grandes de inhibidores, pero él señor no es capaz de controlarse.

-Mmm mi muchacho Ian - susurré sentándome detrás de mí escritorio, y poniendo mis manos sobre la mesa y comenzando a reir.

-Si señor, él - contestó entre risas incómodas.

Pare mi risa en seco y lo miré con el ceño fruncido,- ¿De qué te ries?

-oh, de nada mi señor de nada, no piense que es de usted.

Me levanté y comencé a caminar a dónde estaba, claramente su postura comenzó a hacerse más pequeña, a la mierda lo que hubiera dicho Aydan, mi poder seguía allí.

-¿Por qué eres así Mattias? No te haria daño, eres mi guardia más prometedor-le susurré acariciando su mejilla, y un temblor le recorrió mi poder le habia hecho sentir cuan furioso me encontraba.

-Le ruego me disculpe- balbuceo y sonreí autosuficiente.

-No te preocupes Matt, y tampoco lo hagas por Ian, todo es por la chica, Dana, me está causando muchos problemas desde que llegó, es como el estúpido de Aydan, creen pueden hacer cualquier cosa, pero descuida, estoy a un paso de descubrir su verdadera naturaleza.

-¿Cree pueda hacerlo un poco más rapido? Cada vez es más difícil controlar a esa bola de bichos raros.-dijo entre risas, sin embargo cuando Volteé a él totalmente enojado dejó de hacerlo inmediatamente borrando completamente la sonrisa.

-¿Estás cuestionando mi poder acaso?-le miré sin el menor atisbo de simpatía. En la que se habia metido. Verle temblar me hizo sentir tan bien.

-Señor yo...yo...

-No digas nada Mattias, cerré mis ojos y me di la vuelta, me acomodé nuevamente en mi silla y abrí los ojos y al mismo tiempo, Mattias explotó, manchandolo todo.

-¿Maya?-llamé tomando el auricular, su voz aguda contestandome desde el otro lado de la línea. -Manda a limpiar mi oficina.

My suicide.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora