Finders

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  — ¿Pero qué?— se quejó Ian mientras corrió a la puerta en busca de aquello que originara la explosión.

— Ian, ¿Qué es?— Preguntó Diana  tensa a  mi lado.

  — No lo sé, pero suena cerca— Respondió Ian abriendo más la puerta—   Esto nunca había pasado ¿O si?

A punto estaba Diana de contestar cuando un chico pelirrojo y de baja estatura se acercó a la puerta donde estaba Ian. Parecía venir de la explosión, pues de su ropa completamente blanca tenía manchas de hollín.

  — Chase, ¿Qué sucedió?— Preguntó Ian con cierta preocupación en su voz. A diferencia del Ian que había conocido en un principio este Ian era distinto, en tan pocas horas ya había visto facetas fuera del relajado y bromista Ian.

  — Es Aydan, él y Manuel, están peleando— La voz de Chase era aguda, como la de una niña pequeña, aún cuando parecía no tener menos de 15 años.

  — ¿Él qué?— Gimió Diana mientras corrió hacia la puerta, donde Ian la interceptaba— ¿Qué haces? ¡Suéltame!

  — No espera un momento,  si vas en este momento, podrías salir lastimada— Rogó Ian mirando a Chase de vuelta— Maddy, Chase está sangrando.

— Yo me encargo, deberían ir y traerme al cabeza hueca cuando haya terminado para curarlo, de nuevo— Dijo la voz amable de Madeleine, la cual parecía estar cansada, de hecho hasta ese momento no me había dado cuenta, pero parecía haber envejecido unos años, tal vez era cosa mía, sin embargo, por primera vez me contuve de pensar que estaba loca.

Los labios pequeños y rosados ahora estaban de un color blancuzco y agrietado. De igual forma aquella melena castaña había perdido color, incluso parecía maltratada y mal arreglada.

  — Iré con ellos— Anuncié mientras me levantaba.

— No, tu quédate, serás de más ayuda aquí conmigo, que allá, así que Vayan Ian y Diana y.... suerte— Ordenó Madeleine mientras se acercaban a Chase y ponía ambas manos en su frente, cerca de una cortada cerca de su ojo izquierdo—  Quédate quieto.

  Chase solo asintió y dejo que Maddy lo curara mientras me miraba.

— Eres la chica nueva ¿No es así?— Preguntó entre murmullos para no desconcentrar a su sanadora. 

Asentí en respuesta sin dejar de mirar como la herida de su ojo comenzaba a regenerarse, la manera en la que los tejidos se unían de nuevo de manera perfecta.

  — Listo— Declaró Madeleine  para después irse a sentar.

  — ¿Estás bien?— Pregunté mirando como parecía  faltarle el aire.

  —  Es normal— susurró Chase mientras Maddy le sonreía agradecida de que fuera quien explicara.

  — ¿Normal?— Pregunté preocupada, ¿Cómo parecer casi muerta era normal?

  — Es el precio de un don como el de ella— Dijo Chase mirando con tristeza a una Maddy cada vez más vieja, conforme pasaban los segundo podía jurar que su rostro se volvía más y más ceniciento. 

  — Tal vez debas acostarte Mad— Le sugirió el chico que se acercaba y destendía su cama, para ayudarla a entrar después donde inmediatamente Madeleine caía dormida. 

  — Siempre pasa así ¿Sabes?— Dijo Chase al aire mientras miraba a la Madeleine envejecida, fácilmente podría confundirse con alguien de 80 años.

  — Si es así ¿Por qué continua haciéndolo?— Pregunté mirando hacía la puerta de donde venían algunos gritos desesperados, que parecían gritar por ayuda.

  — ¿Qué otra opción tiene, cuando es lo único que puede hacer? Es decir, es una Healer—  Rió con ironía dejándose caer sobre la silla en la que me habían sentado al llegar.

  — Y... ¿Por qué no negarse?

— ¿Negarse?— Bufó— ¿Tu le negarías agua a un sediento sabiendo que tienes un pozo de agua infinito? 

  — Bueno yo...

— Soy Chase Maligner, un freezer y ¿tu?— Dijo de pronto mientras se paraba y me tendía la mano.

— Ah... Soy Dana, Dana Zegger— Me presenté mirando a nuestra manos, mientras me detenía a pensar en la respuesta de su pregunta; ¿Qué era yo? Honestamente no lo sabía. Volví mi mirada a la suya y me encogí de hombros— Sólo soy yo, y no sé que soy.

— ¿No sabes? Estás aquí y ... ¿No sabes?—Preguntó incrédulo —¿Entonces qué estás haciendo aquí?

Volví a encogerme de hombros.

  — A decir verdad creo que estoy aquí injustamente, pues soy muy normal, no tengo algo como un superpoder, no hago nada de lo que he visto, de hecho, nunca antes había visto algo así— Reí sin poder evitarlo ¿Realmente había dicho la palabra superpoder? Miré a Chase que me miraba atentamente— Siento si no soy una WonderWoman, CatWoman o Iron man, pero esa es la verdad.

  — Iron manes hombre— Me corrigió, por lo que ambos nos soltamos a reír, después  de un rato riendo, volvió a tomar la palabra — ¿Estás aquí a voluntad?

  — ¡¿Qué te hace pensar podría estar aquí por voluntad!? ¡Soy Normal!— Exclamé a gritos sintiendo un nudo en la garganta mientras las lagrimas comenzaban a salir. Había sido llevada allí en contra de mi voluntad, había sido torturada de una extraña manera, me habían engangrenado un brazo, había visto sombras negras salir de un chico que parecía odiarme, y había visto como una chica menor que yo regeneraba tejidos. Era demasiado para un día, mi vista comenzó a nublarse por las lágrimas, ¡Todo era injusto!— ¿Cómo puedes decir que si estoy aquí por voluntad? Cuando lo único que quiero es salir, ¡porque he sido traída aquí injustamente! ¡Cuando solo quiero salir de aquí corriendo!

—  — No eres la única— susurró Chase amargamente mirándome con preocupación—es sólo que ¿Qué haces aquí? No lo entiendo.

— Ni yo— Reí nerviosamente mientras enjuagaba mis lágrimas.

— Yo si, lo sé — susurró la voz adormilada de Maddy— Y créeme estás aquí por la misma razón que nosotros, tienen un don, así como Chase y yo.

  — No es verdad— susurré retrocediendo, quería huir de sus palabras, de lo que fuera a decir.

— Lo eres, por eso Aydan te encontró.

— No es así, ni Aydan, ni Manuel, lo certifican, no digas soy como ustedes, porque no lo soy, yo no tengo dones, ni poderes ¡Nada!

  — Aydan nunca se equivoca— Dijo Chase de repente y su comentario me hizo perder los estribos.

— ¡No es así! Siempre hay una  primera vez para todo, él se equivocó conmigo porque yo soy...

  — ¿Qué? ¿Normal?—Interrumpió  la voz fría e incrédula de Madeleine, que me miraba con el ceño fruncido claramente molesta— Eres como nosotros Dana y más vale que te hagas la idea.

  — No... No... yo soy... yo... yo soy....— Intenté decir algo, pero por alguna razón fui incapaz de hacerlo.

— Un Finder— sentenció Maddy al mismo tiempo en el que Aydan entraba en compañía de Ian y Diana a la habitación.

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¡Hola! heme aquí de nuevo hoy es un capítulo más largo en agradecimiento por todo el amor que le han dado a mi historia, gracias de corazón y aunque para muchos puede ser aún muy poco, para mi es bastante, así que les mando un abrazo fuerte y un beso baboso.

Continuando, espero que este capítulo les guste y ¡esperen con ansias el siguiente! He estado actualizándome en mi escritura, así que espero pronto podamos seguir esta historia hasta el final 

¡OMG! he dicho final ¿Quien lo diría después de ser una inclumpidora? en fin espero poder verlos hasta la última palabra.

My suicide.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora