Liam cede a las peticiones de Zaida y Mayer. Vivir con ellos una temporada es mejor por ahora, trasladarse se ha vuelto complicado y no quiere sentirse apartado de los movimientos del grupo solo porque ahora no pueda trabajar como siempre.
Cuando recién regresó a Manhattan y su padre fue asesinado, Jireh lo dejó vivir con ellos. No tiene problemas con regresar una temporada.
—Creo que será bueno abrir tu corazón otra vez, Liam —dice Suri cuando sube con él al ático—, es obvio que Aidan tiene interés en ti.
—Sheibe! Campbell, no funcionamos así, tener ganas de meterse en la cama del otro no se parece ni remotamente a tus cursilerías.
Ella se pone colorada, a Liam le gusta usar el lenguaje vulgar con Suri que, a diferencia de Zaida, la abochorna y sirve para que deje el tema por la paz. —No debería ser tan complicado —rebate ella, sin mirarlo—, no fue hasta que estuve en la misma cama que Jireh y Zaida que comprendí...
—Oh Dios, no no, no quiero saber —La imagen se forma en su mente sin querer y Liam sacude la cabeza con fuerza.
Suri se ríe, con un tonito pícaro.
—Ya no te va a funcionar esa estrategia —rebate—, así que la próxima vez espero escuchar un poco más de sinceridad en tus excusas.
—La sinceridad no es igual a lo que quieres escuchar.
Liam refunfuña, pasa de largo y se mete al pequeño cuarto.
La estancia no le es ajena, ha dormido ahí algunas veces a lo largo de los años, sin embargo la presencia de alguien más carga el espacio con una tensión palpable. Sentado a la orilla de la cama, Aidan está de brazos cruzados enfurruñado porque los han obligado a quedarse juntos.
A Liam le hace gracia, no le cree ni un poco. Está dispuesto a aceptarlo: Quiere más del chico, el deseo es ciego y abrumador. Si está ahí no es ni por Zaida ni por la comodidad del transporte.
Su encuentro de esa mañana no menguó el insistente fuego que se enciende cuando está con él, todo lo contrario. Necesita saber más, verlo poner esas expresiones de placer mezcladas con resistencia.
Saber que no importa cuánto se oponga, Aidan no puede resistirse a él, no realmente.
El chico le da la espalda, Liam bufa y marcha al otro lado del colchón individual, demasiado pequeña para dos hombres adultos. Aidan se retira los tirantes, Liam se descalza y se mete entre las sábanas.
Puede ver por el rabillo del ojo como Aidan respira agitado, nervioso se deshace del pantalón mostrando sus piernas claras, incluso más pálidas con el pobre reflejo de la luna.
Aidan se mete a la cama, los separan pocos centímetros, el suave calor de su piel se siente en el medio de ellos y el chico no se queda quieto, Liam no mueve un músculo, se siente atrapado, agarrotado como si hubiera sido amarrado a la cama.
Pasan minutos, el único sonido es el de sus respiraciones y el ajetreo de Wright, la cama cruje un poco. Como si el silencio fuera insoportable, Aidan empieza a tararear, suave, va subiendo el tono como si no hubiera otra persona a su lado intentando dormir:
I dare you to let me be your, your one and only
I promise I'm worthy
To hold in your arms
So come on and give me the chance
To prove I am the one who can walk that mile
Until the end starts
—¿Tienes la memoria en bucle o qué? —Liam ha usado toda su fuerza de voluntad para no saciarse de él otra vez, no necesita esa mierda cursi sonando en su cabeza. Si no van a follar, que se calle.
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1929 Formas de Quedarme a tu lado
RomanceAidan se quedará a vestir santos pues lleva enamorado de un hombre cuyo único defecto es estar muerto. O eso creía hasta que un viaje en el tiempo lo arroja a los brazos de el sicario de una mafia en ascenso que ya no parece ser su hombre ideal. Lia...