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Cuarenta y ocho figuras que flotan a mi alrededor.
Cuarenta y ocho presencias que atormentan la escala, las tonalidades, los matices dolorosos que traspasan el atípico gris de mi fuerza.
No representan la mayor parte de los elementos.
No garantizan que no sigan persiguiéndome, que no se posen, se proyecten y duelan.
Sin razón alguna, significan aferrarme a algo cuyo valor es puramente jodido al tacto.
Que dentro de los planes de la valija ya no está incluído.
Que, por este tramo, no se asoma por el horizonte.
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Espacios en Blanco
RandomPequeños escritos que un día se me ocurrieron, se los envié a alguien y no deseo perderlos.
