El omega del Alfa Jeon. [ Kooknam ]

Capítulo 32.-La Boda

El lobo de Jungkook estaba deprimido, desde el día que habló con Nam no podía dejar de pensar en él estaba triste pues sabía que esta vez si lo había perdido, por lo que para olvidar todos sus problemas se sumió en el alcohol, pues también él había tomado la decisión de dejar que su Nam fuera feliz, por lo que no se opondría a la boda y dejaría que se casará con ese alfa que si lo merecía.

Iba tan perdido en sus pensamientos hasta que cierta omega llamó su atención, Lisa estaba oculta como si esperara a alguien, pensó en ir hacia ella pero se detuvo al ver la escena que estaba montando con otro alfa, ambos se besaban con mucha pasión y esmero, el Alfa la acariciaba y la tomaba de su cintura.

Decidio acercarse sin ser notado pues hasta lo borracho se le comenzó a bajar y fue ahí cuando identificó al alfa, este era nada más y nada menos que Taeyang el futuro espero de Namjoon, la cólera le llegó y no por saber que le eran infiel a él sino más bien por el engaño hacia su omega, pues este pensaba que su alfa era todo un hombre fiel.

-alfa por favor no te cases, se que mi humana no te ha tratado bien, pero yo te necesito cerca, quiero que ambos criemos a nuestro cachorro-decía mientras acariciaba su vientre.

-Omega yo lo siento pero me has lastimado mucho y ahora yo debo casarme, no puedo hacerle esto a Namjoon, tu te quedaras con jungkook y tal vez pronto se vuelvo realidad tu sueño de ser reina, pero no será a mi lado, ahora bien el cachorro que esperas jamás vuelvas a repetir que es mío, mis únicos cachorros son lo que tendré con Namjoon, así que adiós y espero entiendas que esto lo hago por los dos, sabes que lo nuestro jamas funcionará, te amo y espero seas feliz.

Taeyang se fue dejando a una Lisa muy triste que no se dio cuenta de la presencia del capitán, Jungkook no podía creer lo que acababa de escuchar, el hijo que esperaba la omega no era suyo, tenía que hablar con Nam para impedir que se casara, mañana muy temprano lo buscaría pues la boda sería al rededor de las cinco de la tarde, tal vez no estaba todo perdido, tenía la esperanza de recuperar a su verdadero omega, lucharia por él, por lo que sin importarle la hora se fue en busca de su amigo de confianza para hablar con él.

El tan esperado día llegó, todas las personas que ayudaban en el reino iban de un lugar para otro acomodando los últimos detalles, todos los adornos estaban en colores dorado, blanco y plateado representando ambos reinos, Jimin estaba muy emocionado pues su cachorro al fin tendría la boda que siempre soñó al lado de tan maravilloso alfa, sin embargo Yoongi no estaba del todo contento, esta vez no eran sus celos de padre, sino más bien la mirada que su pequeño tenía, este no se veía tan feliz y aunque tratara de disimular el sabía que su hijo no amaba a su prometido, sino que su corazón le pertenecía a cierto capitán.

Seokjin y Jimin ayudaban arreglar a Namjoon, este portaba un hermoso traje de color blanco, con piedras en color plata, el saco era largo pero se le ajustaba a la cintura y tenia bordado símbolos de ambas casas, su cabello era adornado por una pequeña tiara con diamantes incrustados, tenía aplicado poco maquillaje por lo que su aspecto era natural y jovenil, realmente se veía hermoso.

-Omega ya es hora y ya tardaron mucho que tanto hacen para demo...
-Yoongi se quedó callado en cuanto vio a su hijo, pequeñas lágrimas se formaron en sus ojos, no podía creer que su cachorro omega al fin se casaría y se iría de su lado, su lobo le decía que matara a Taeyang para que su pequeño siempre estuviera junto a él, debía admitir que Nam siempre fue su adoración y más al saber que era un omega, pues su alfa siempre le decía que debía cuidarlo y protegerlo a como diera lugar, nada importaba más que su seguridad y ahora lo estaba perdiendo por culpa de ese estúpido alfa rubio. -Te vez hermoso cachorro.

-Gracias padre, tu también te ves muy guapo-Nam no pudo evitar correr a los brazos de Yoongi y esconderse en su cuello como cuando era un pequeño, este lo recibió en sus brazos y lo apretó a él como si no quisiera soltarlo nunca.