Firhat llegó a su apartamento.
Había sido un día muy largo, estaba enojado y muy cansado.—¿Cómo Pablo era capaz de pensar algo así?, ¡de dónde sacaba esa loca idea! 💡 No
Jamás podría enamorarse de una persona como Martina.
Era cierto que era una hermosa mujer y también era cierto que lo que había sentido al estar con ella fue especial y casi único, pero de ahí a que estuviera enamorado, había una gran diferencia.—¡Que ocurrencia! —Cuanto más lo pensaba, más enojado se ponía.
Parado en su habitación iba y venía de un lado al otro.
En su cabeza se agolpaban todos los sucesos de los tres últimos meses.
Recordó cuando la vio sin saber ni siquiera quien era, también recordó el incidente en la kitchenette de la clínica, el viaje que hicieron juntos, la salida a la ciudad vieja, caminando tranquilamente entre las farolas de las calles empedradas, y recordó, sobre todo; la primera vez que estuvieron juntos.
Se detuvo en ese pensamiento.
Esa noche había sido maravillosa, estaba tan fresca en su memoria.
Tenía detalles que era imposible que una persona recordara tan vivamente.
Pero también recordó la indiferencia y frialdad con la cual ella lo trato en la mañana y
las palabras que había dicho ese mismo día al bajar del coche a la entrada de su apartamento: «En cuanto a lo que sucedió anoche... sería mejor que quedara entre nosotros, todos podemos tener un momento de debilidad. ¿No lo crees?».
Su mente no paraba de recordar uno tras otro los momentos, en que realmente se había sentido herido.
También recordó la imagen de ella sentada con Hamer en la noche de la conferencia.
Eso fue la gota que desbordo el vaso.—¡Basta! —gritó a solas en la habitación— ¿pero te has vuelto loco, acaso no ves lo que esa mujer pretende hacer?, solo quiere ganarse un lugar de reconocimiento usándolo para ello y lo mismo quería hacer con Hamer.
Pero si lo tenía tan claro, ¿por qué no podía olvidarse?, ¿por qué no podía sacar de su mente aquellos besos, aquellas caricias que dejaron marcada su piel, y lo que es peor su alma?
Lo que más le molestaba era sentir que esas marcas, hacían imposible que él pudiera ni siquiera pensar en otra mujer y eso que en su vida había habido muchas.
Se dirigió al baño, abrió el grifo de la ducha se quitó la ropa y dejó que el agua fría corriera por su cuerpo.
Estuvo así un largo rato, luego cerró el grifo, se secó y se colocó la toalla en la cintura.
Estaba muy cansado, sentía que ya no tenía fuerzas para seguir adelante. Por un instante, todos estos pensamientos le parecieron una carga muy difícil de llevar y se dejó caer sobre la cama.
No supo cuándo se quedó dormido, pero su sueño fue inquieto,
en el sentía que se ahogaba, que le faltaba el aire y no podía respirar.
Trataba de escapar de un laberinto en el cual había muchas puertas, pero ninguna de ellas daba a la salida.
Despertó sobresaltado.
El sudor corría por su frente y su corazón latía rápidamente.
Eran las seis de la mañana.
Realmente ya no se conocía, era un extraño para él mismo.__________
Eran las 21:00 horas, y Marcos pasaría por ella para ir al pub donde quedaron de reunirse. Justo cuando terminó de arreglarse sintió la bocina del auto de Marcos. En un segundo estaba en la calle y saludando a Marcos subió a su auto para salir rumbó al pub. Cuando llegaron ya estaban todos, se habían pedido unos tragos y conversaban alegremente. Que el equipo se reuniera fuera del ámbito laboral a Pablo le parecía una buena idea. Era muy bueno para fortalecer los vínculos. La noche se desarrolló entre bromas y anécdotas pasadas, esto hizo que los chicos se pasaran un poco de tragos. Marcos se marchó temprano alegando algo poco creíble y entre bromas de los demás con compañeros se retiró. Martina ya estaba un poco mareada y decidió irse también.
Firhat en su habitación aun rumeaba la idea de ir al pub. Nunca había ido, por lo general cuando el equipo se reunía, él ponía alguna excusa, la cual todos sabían que lo era. Estaba nervioso, en él había dos Firhat: uno que se decía que no tenía nada que hacer en la reunión y el otro que se preguntaba porque una vez no se daba la oportunidad de ir. Así estuvo por casi una hora, eran las 10:00 pensó que ellos ya estarían reunidos, quizás cuando llegara ya no estarían. Quizás yendo perdería esa imagen que quiere dar de hombre duro y poco social.
—No iré —se dijo—, no me interesan las reuniones. —Levantó los hombros como la típica señal de no me importa. Pero a pesar de ello al rato volvía a contemplar la idea de ir. Al fin se decidió—. Iré un rato, tomaré algo, y me volveré enseguida.
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El viaje de Martina
RomanceEl viaje de Martina,es una novela romántica,que muestra el cambio que puede hacer el amor de una chica arriesgada,en un hombre que creía haber perdido todo. Una novela de naturaleza romántica, sencilla y corta Ideal para el lector que le gusta soña...