Rena y Selena estaban concentradas en buscar a Cameron. Habían estado toda tarde haciendo averiguaciones sobre su posible paradero. Pero no estaba en ninguno de sus lugares habituales; ni en su casa, ni en el gimnasio. También habían buscado en bares que, según su perfil en internet, solía frecuentar.
Rena conducía con maestría aquel coche alquilado que a Selena se le antojaba una antigualla. Daban vueltas por una ciudad llena de contrastes, lo que le había permitido darse cuenta de lo variado y pintoresco que era aquel mundo. Había zonas realmente bonitas y agradables, pero ahora, se estaban alejando del centro y entrando en otras más descuidadas. Para Selena ese contraste era algo inaudito, no entendía porque unos vivían acomodadamente mientras otros lo hacían en aquellas casas colmena.
–¿Por qué hemos venido a esta parte de la ciudad? – preguntó incomoda. – No creo que ese chico suela venir a estos lugares– añadió deseando irse de allí.
Rena la miró comprendiendo su incomodidad.
–Según lo que nos dijo Samuel, el chico es deportista. En sus fotos de perfil aparece luciendo orgullosamente sus músculos. He pensado que, quizás, use algún tipo de droga para conseguir esos resultados... y las drogas se venden aquí. –Dijo señalando el exterior con el pulgar. –Además, si lleva tanto tiempo sin dar señales de vida, es posible que se haya metido en algún problema con su camello... y, aunque es una posibilidad muy remota, hay que intentarlo, pues nos estamos quedando sin opciones – murmuró mientras revisaba con la mirada cada calle.
–Me parece una pérdida de tiempo –bufó Selena hundiéndose en su asiento.
Rena paró en un semáforo y, mientras esperaba a que se pusiera verde la señal, vio algo pasar. No era capaz de creer lo que veían sus ojos. Cameron cruzaba la calle corriendo a una velocidad inhumana.
–¡Creo que es ese! –gritó entusiasmada, mientras pisaba el acelerador, saltándose el semáforo aún rojo. Un coche que venía en la otra dirección tuvo que dar una volantazo para evitarlas.
–¡Mamá! –bramó Selena. –¡Pero, ¿estás loca?! Casi nos da– dijo mirando hacia atrás para comprobar que no había pasado nada grave. –¿dices que has visto al chico? –preguntó volviendo a mirar hacia delante.
–¡Si, míralo es él! –dijo señalándolo –¡el que hace footing!
Selena miró escéptica al muchacho, volvió a observar las fotos que tenía de él y se quedó sin habla por aquella casualidad. Rena aceleró hasta ponerse a su altura, mientras bajaba la ventanilla del lado de Selena.
–¡¿Te llevo?! –Gritó Rena con voz amigable.
Cam las miró de reojo y siguió corriendo. Solo tardó unas milésimas de segundo en darse cuenta del parecido de aquellas dos mujeres con Amelia. Las volvió a mirar con cara de asombro.–Pero... ¿eres Amelia? Bueno, ¿sois Amelia? No, no, eso no tiene sentido... –murmuró tratando de sacar conclusiones. Mientras las observaba, poco a poco, iba reduciendo la velocidad de su frenética carrera.
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Amelia: La sociedad de las mujeres (Completada)
Science FictionAmelia está a punto de hacer un gran descubrimiento. Envuelta en esta aventura llena de acción, reflexiones y, sobre todo, sentimientos encontrados que la harán replantearse su vida y sus propias ideas. Con humor y grandes dosis de ironía, hará fren...