27. Paradojas

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Viajar en el tiempo conlleva muchos inconvenientes y dilemas que hay que abordar antes de hacerlo

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Viajar en el tiempo conlleva muchos inconvenientes y dilemas que hay que abordar antes de hacerlo. Amelia se estaba dando cuenta en ese momento mientras construía aquella máquina y trataba de responder a las insistentes preguntas de Trian, que llevaba horas exponiéndole supuestos catastróficos a los que podría enfrentarse. Mientras esto pasaba, Rena trataba de mantenerse alejada. Había algo en aquel chico que no le cuadraba. Tenía una sensación de inquietud que no hacía más que crecer conforme lo escuchaba hablar con Amelia y el mal humor comenzó a apoderarse de su positiva mente. Llevaba años meditando y utilizando la psicología para ser como era ahora, sin embargo, en aquel momento, con todos aquellos sucesos a su alrededor, ni ella era capaz de controlar sus emociones.

–¿Y si viajas demasiado atrás en el tiempo? ¿Y si lo haces demasiado pronto y tampoco puedes salvarle?... ¿Qué pasaría si te encuentras contigo misma en el pasado? ¿Sabes lo que es una paradoja temporal? –preguntaba Trian sin dejarla responder.

–¡Trian! Para... para, por favor. Ya estoy pensado en todas esas cosas y, por supuesto que sé lo que es una paradoja temporal, pero... es posible que el universo no funcione como tú piensas. Que las reglas de los viajes en el tiempo, sean distintas a las que creemos... y que no se parezcan en nada a las películas que vi en el televisor de tu casa...– le dijo Amelia suspirando mientras volvía a encender el soldador.

–¡¿Por qué iban a ser distintas las reglas?! Aunque no te lo creas, esas películas tienen una base científica, muchas mentes brillantes han pensado sobre estas cosas... ¿Todos estaban equivocados? –preguntó de nuevo inquisitivo.

Amelia apagó el soldador y subió el casco que le protegía la cara.

–Bueno, sea como sea, lo descubriré en breve –sentenció y volvió a bajar la máscara para seguir con su trabajo.

Trian estaba furioso y frustrado. Se fue hacia el interior de la nave gruñendo. Pero, al pasar por el pasillo de camino a su camarote, su corazón se detuvo frente a la puerta del de Evan. Se acercó a ella y la tocó con la mano, sintiendo un profundo dolor. Luego la golpeó con rabia.

–¿Por qué? ¿Por qué tenías que ser tú? Si hubiera muerto yo... nada de esto pasaría... Nadie viajaría en el tiempo para salvarme... –dijo con amargura esperando que Evan pudiera contestarle.

–Eso no es cierto –dijo Rena detrás de él. –Sé muy bien que alguien hubiera viajado en el tiempo para salvarte.

Trian se giró airado.

–¿Y tú qué sabes? ¡No sabes nada sobre mí! –le reprendió molesto.

–Sí, sé algo. Sé que tu padre movería cielo y tierra por ti – dijo sintiendo como su corazón se encogía.
Trian estaba confuso.

–¿Mi padre?... ¿Es que acaso conoces a mi padre? –le preguntó sintiendo su pulso desbocarse. –¿Le conoces?

–Sí, le conozco... –respondió, al fin, Rena mientras las lágrimas caían por su rostro. –Y te pareces mucho a él –añadió mirándole con ternura, luego extendió su mano para tocar la cara de Trian. –Te pareces muchísimo –le hablaba con dulzura mientras acariciaba su mejilla.

Amelia: La sociedad de las mujeres (Completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora