🌹 Capítulo diecisiete🌹

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         Martes, 20 Agosto 2019

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Martes, 20 Agosto 2019.

Una cita, una maldita cita, nunca en sus veintiseis años de edad se había sentido tan estafado y burlado como en ese momento, viendo con reproche a su pequeño niño que solamente parloteaba lo mucho que harían ese día, mientras el solo escuchaba de manera casi rendida, aún estando en bata recién salido del baño y sentado en su cama con un JiMin parlanchin en su habitación.

El día anterior había llegado realmente agotado de su trabajo, y todavía así llegó a encerrarse a su despacho para trabajar más, el hecho de que estaba por dejar la empresa lo tenía hasta el límite de pendientes.

Pero ese no fue el problema, el verdadero conflicto fue que al estar estresado y mentalmente agotado su chico había llegado hablando sobre su día, pero realmente no tenía tiempo, y lo menos que quería era sentir hacer mal a su pequeño, por lo que le ofreció su entera disponibilidad la tarde siguiente, prometiendole su atención total si le dejaba trabajar por ese momento.

–– Está bien, espero y esa cita de mañana recompense lo poco que me has atendido ahorita... un gusto hacer tratos contigo, YoonGi Hyung.

El solo había asentido sin prestar mucha atención ante lo que dijo JiMin, hasta que minutos después en que decidió tomar un descanso y se encontró solo en su lugar de trabajo, parpadeo atontado.

–– ¿Ci...ta?

Si, y a JiMin no se le pasaba por alto nada, aún peor, se cumplía todo lo que decía.

–– Bueno Hyung, te dejo vestirte, ya sabes usa aquella camisa blanca que te regale usaremos camisas complementarias, te espero abajo.

YoonGi bufo y cerró sus ojos, sabía que no debió descuidarse con JiMin, aunque muy en el fondo, todo aquello, le envolvía con un sentimiento bastante satisfactorio.

Nuevamente pensó en su pequeño castaño, en como había cambiado notoriamente en menos de un año, su estatura había cambiado, ya no era el pequeñin de un metro cincuenta que llegó a vivir a su casa por pedido de JiHyun, en cambio ahora era un puberto de un metro cincuenta y ocho, quizás para la mayoría no era mucho, pero para el si, no se veía como un bebé como antes, ahora podía llegarle al pecho sin ningún problema, y no solamente era aquello, su cuerpo, se estaba desarrollando de mejor manera, aún más con las clases de danza a las que asistía.

Sus muslos habían dejado de ser algo rechonchos tiernos, ahora habían adquirido una musculatura firme, su trasero respingado parecía notarse más, y ni hablar de su pequeñísima cintura y caderas anchas, se estaba convirtiendo en un adolescente atractivo y sensual, pero más allá de su cuerpo inferior, estaba su rostro, sus mejillas no estaban tan abultadas pero seguían carnudas, su mandíbula estaba más afilada y su rostro estaba eliminando de a poco todo rastro de niñez infantil.

Su comportamiento también había cambiado, habían berrinches pero no tan seguido, el chico se había vuelto más comprensivo en su trabajo y le brindaba el espacio que necesitaba y no se molestaba infantilmente cada vez que le negaba algo.

Tío YoonGi. [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora