C7: Reino Humano

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Al siguiente día, a primera hora, ambos se preparaban para marcharse, Tsuyu les ofreció algunos alimentos para que pudieran comer en lo que llegaba al reino humano.

Cuando Izuku quiso pagarle por el hospedaje, la sirena se negó y solo les pidió si podían darle una carta a cierta persona en el reino al que iban.

—Tenemos que hablar seriamente.

—¿Ahora que hice?

—Nada pero no llegaremos nunca en tu caballo hasta el otro jodido lado del lugar.

—No seas exagerado, solo serán cuatro o cinco días hasta allá, acamparemos por las noches y ya está.

—Yo te voy a llevar, será jodidamente más rápido.

—¿Y dónde metere al caballo? ¿En mi bolsillo?

—Debiste pensarlo antes de traerlo.

—Deberias agradecerme, porque ayer sería muy fácil atraparte, ya que sería fácil ver un dragón en el cielo, cosa de todos los días.

—Es cosa de todos los días.

—¡No si es un líder prófugo que no quiso contraer matrimonio!

—¡Discúlpame por querer estar contigo!

—Ow--- Hizo cara de enamorado.--- Kacchan quiere estar conmigo.

—¡Jodete!--- Dijo completamente rojo de la vergüenza.

Él suelta una leve risa y luego lo mira serío.--- Nos alejaremos un poco hasta llegar cerca de mi pueblo, dejaré al caballo disimuladamente y luego nos iremos como tú quieras pero no dejaré al pobre solo.

—Tch, bien.

Ambos vuelven a subirse al caballo y se dirigen al reino demonio, Katsuki apenas soporta el frío por lo que se cubre bien con su capa, llegan hasta cierto punto y ambos bajan.

—Quedate aquí, vuelvo enseguida.--- Él baja del caballo y se esconde en unos arbustos mientras Izuku se aleja a todo galope.

—Toma el tiempo que quieras, estoy a gusto aquí.--- Dijo en un susurro temblando del frío.

Luego de cinco minutos él llega y ambos corren hasta estar lejos del lugar.

—¿Vamos un poco más a la antigua cueva para que te transformes?

—Prefiero arriesgarme a qué me vean los demonios a qué me vean los dragones.

—La cueva es un punto intermedio.

—Pero de seguro ya deben estar buscándome y saben que podría estar en esa cueva porque mi olor está en ese lugar.

—Bien.

Katsuki se quita su capa y la coloca encima de sus hombros.

—Tus cuernos y cola destacan, eso te ayudará a cubrirte.

—Esta bien.

Toma distancia de él y un humo comienza a esparcirse alrededor del rubio hasta cubrirlo y luego deja ver la forma de un gran dragón rojo. Izuku estaba fascinado ya que era la primera vez que veía uno en persona, solo los conocía por dibujos en los libros.

—Y-Yo jamás monte un dragón, temo caerme.

El dragón suelta un bufido haciéndole saber que será cuidadoso.

Él se sube en su lomo y Katsuki comienza a elevarse en el cielo y vuela en dirección al reino humano.

Y así fueron tres días, en dónde descansaban de noche, se armaban un lugar donde dormir y una fogata para las noches frías, dormían abrazados y al otro día volvían a irse, así cuando desde lejos notaron el gran castillo del rey y el gran pueblo.

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