C10: Nuestra vida como reyes

847 130 36
                                    


Una semana paso desde la partida de Katsuki, una vez que shoto recobro la conciencia quiso ir a ayudar a Bakugo, pero se encontraba muy débil y sería un estorbo.

Se supo que Katsuki se llevó una tropa y se fue al reino demoníaco para derrocar al rey.

Mientras tanto Izuku rezaba porque Katsuki volviera o estuviera a salvo, quería que estuviera presente para cuando Yukio naciera pero no sería así, porque Izuku entro en labor de parto.

—Bien Izuku, necesito que respires y a la cuenta de tres, comiences a pujar. Uno, dos, tres.

Izuku lanzo un grito y comenzó a pujar, Todoroki estaba de un lado sujetando su mano mientras Aki sujetaba su otra mano.

—Bien, puedo ver la cabecita, puja otra vez.

—Y-Ya no puedo.

—Piensa que pronto podrás tener a Yuki-chan en tus brazos.--- Le dijo Aki con dulzura.

Izuku asintio y continuo pujando hasta que sintió que sus fuerzas se iban y un llanto resonaba por todo el lugar.

—Un pequeño y saludable hombrecito.

—¿Te gustaría verlo?--- Pregunto shoto.

—M-Me gustaría pero N-No tengo las fuerzas para....— Izuku no logro terminar sus palabras ya que cayó desmayado.

—¿Izuku?— Dijo Aki asustado.

—Tranquilo.--- Le dijo la curandera.— Solo está cansado, no durmió bien esta semana además de que tampoco se alimento bien.--- La mujer se dió la vuelta y señaló al pequeño que ya se había calmado y dormía.--- ¿Quien quiere limpiarlo y cambiarlo?

—Yo lo haré.— Todos quedaron de piedra al escuchar esa voz.

[•••]

Izuku comenzó a despertar desorientado, lo último que recordaba era un llanto y luego un zumbido, una oscuridad se asombró por todo el lugar hasta que ya no recuerda nada, había perdido la conciencia.

—Y-Yukio.

—Es un cachorro hermoso, según me dijeron lloró solo unos segundos al nacer y luego se durmió al instante. Será todo un holgazán, paso una hora y aún sigue durmiendo.

—¿K-Kacchan?

—Lo siento mucho conejito, no quise irme así pero quería crear un ambiente dónde tú y mi cachorro puedan coexistir sin miedo a que ese bastardo les haga algo.

Katsuki se acercó a él y le entrego al bebé, quien se despertó al instante y movía sus manitas en señal de hambre.

—Lamento mucho esto pero está pequeña almeja nació idéntica a mi.

—Y vaya que lo lamentas, cargue todo mi embarazo solo para hacer una copia exacta tuya.

Ambos sueltan una risa y luego Katsuki se pone serio.

—Lamento mucho el no haber estado en el parto, quería estar ahí y apoyarte, ver a mi pequeño cachorro nacer y sostenerlo pero debía matar a ese hijo de puta.

—¿El reino...?

—Era toda una mierda, el rey tenía una celda dónde tenía a sus mujeres personales, algunos estaban demasiado desnutridos debido a que esa peste les robaba la comida y sus riquezas, son una gran población y son fuertes pero ¿A qué costo? Hay muchas bocas las cuales alimentar y te puedo asegurar que esa mierda comía hasta engordar importandole poco sus demonios.

—No se que decir.

—Escucha, conejito, tu, al ser su hijo, serías el nuevo líder, rey, emperador o como sea que lo llamen ahí, si tú quieres y solo si estás dispuesto, serás el nuevo emperador de ahí.

Dos Mundos, Un Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora