C16: Un inocente en el caos

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---¿Porque lloras Yuki-Chan?

—T-Todo está muy feo en casa.

—Oh, te entiendo, yo no sé que pasa en la mía pero mamá lloraba mientras nos abrazaba a mi hermanito y a mi, luego ví como se llevaban a mi tía mina como si fuera una criminal.

—¿Una criminal?

—Asi es. ¿Quieres jugar?--- Eiji se moría por preguntar qué sucedía con el niño enfrente pero no quería que llorara.

—No lo sé.--- El pequeño rubio abrazo su colita.--- Y-Yo jamás jugué con ningún niño, Siempre estoy con mi... M-Mamá.

—O-Oye, no llores.--- Eiji miro por todos lados en la cueva buscando alto y noto unos libros arriba de un mueble, corrió a tomarlos y se sentó alado del niño.--- Mira este libro, pertenece a mi clan.

—¿T-Tu sabes leer?

—Nop pero me gustan ver los dibujos que contiene, ¿Quieres ser mi amigo?

—¡Si!

---¡Genial! Está será nuestra cueva, note que había algunos libros como este en aquella mesita, además de que hay velitas y una camita, podríamos limpiar bien todo y será nuestra gran cueva.

—¡Si! Eso sería genial.--- Dijo totalmente emocionado y sonriendo al pequeño haciendo que se sonroje y sonriera igual.

Ambos niños salieron de la cueva y comenzaron a jugar, observando algunos insectos u observando animales a lo lejos.

Ambos caminaban tomados de la mano hasta que en un rápido movimiento Eiji fue cargado en brazos y Yukio se encontraba en el suelo siendo apuntado con una lanza, el pequeño rubio comenzó a llorar del susto mientras Eiji intentaba soltarse de los brazos del hombre e ir con su amigo.

---¡Aquí está!

Varios guardias de los dragones corrieron y notaron al pequeño rubio idéntico al dragón que los había amenazado antes.

—Este cachorro podría servirnos como amenaza, podríamos evitar una guerra con este mocoso.

---¡Oye! ¿Nadie te enseño que no se le debe amenazar a un cachorro? Eso no es de hombres.

—¡Papá!

Kirishima se acercó al hombre y tomo a su hijo en brazos para luego arrodillarse frente al cachorro de su viejo amigo y sonreírle para que se calmara.

---Q-Quiero ver a mi mamá.

---Tranquilo pequeño, ahora iremos a llevarte con tu mamá ¿Si?

---¡Pero papá! Yo quería llevarlo a casa para que viera mis juguetes.

---No podemos Eiji, el pequeño debe regresar con sus padres.

---No es justo.--- El pequeño pelinegro hizo un puchero, Kirishima sonrió y le beso los cachetes haciendo reír al niño.

Yukio miraba todo eso triste, recordando como su padre le había gritado y lo más probable es que ni siquiera le importe el que haya desaparecido.

—No quiero ir a casa señor.

—Pero tus padres deben estar preocupados por ti.

—M-Mi mamá, no se que pasó con él pero no me dejan verlo y mi papá.--- Yukio comenzó a llorar mas fuerte.--- ¡Mi papá me odia porque no pude proteger a mi mamá!--- Abrazo su colita con fuerza mientras se hacía un bollito llorando más fuerte.

Kirishima miraba todo eso con lastima y ganas de llorar, odiaba cuando un cachorro lloraba y su lobo aullaba por consolar a cualquier cachorro, sea suyo o no.

Se sentía demasiado mal porque haya un cachorro involucrado en ese caos y su alfa quería matar a mina al enterarse que el pobre demonio estaba embarazado y perdió a su cachorro. El moriría si alguien lastimara a Denki de esa manera.

—Escucha pequeño, que tal si vienes a casa con nosotros, desayunaremos algo y luego te llevaré a tu casa, puedo asegurarte que tú papá no te odia y debe estar como loco buscándote.

A pesar de los años, kirishima sabía perfectamente que Bakugo jamás maltrataria a un cachorro y mucho menos si estos eran propios, Katsuki amaría a sus hijos como lo más preciado en el mundo, de seguro todo el estrés y la conmoción debieron explotarlo por completo y se las agarro con quién no debía.

Quería que todo esté mal pasará y convivir con su mejor amigo, que sus hijos puedan visitarse y que haya paz ante todo, más si la tormenta de Rouser estaba cada vez más cerca.

—Esta bien.

Kirishima levantó al pequeño en sus brazos igual y caminaron en dirección al clan.

A penas llegaron Kaminari estaba parado en un rincón mirando fijamente a su otro hijo llegando a asustarlo.

—Mami ¿Keji hizo algo malo?--- Pregunto el pequeño de tres años asustado al ver a su mamá mirandole fijamente.

—Para nada cariño pero no te perderé de vista como a tu hermano.

—Estamos en casa.--- Kirishima entro al lugar y dejo en el suelo a ambos cachorros.

—¡Mami! Hice un nuevo amigo y papá lo trajo a casa.

—Gracias a los dioses que estás bien.--- Denki levantó la mirada y vio a su esposo.--- Ya te había dicho que no puedes traer cachorro ajenos a ca....--- Denki se queda de piedra al ver al hijo de Bakugo detrás de la pierna de su esposo mirandole fijamente.--- Menos si es ese cachorro.

—Esta pasando por un mal momento en casa, preséntate pequeño.

—Soy Yukio Bakugo, un placer conocerlo señor.--- Dijo tímidamente mientras hacia una reverencia.

—Mierda, hasta me sorprende que sea hijo de Bakugo con esos modales, recuerdo que Bakugo jamás trato de señor a alguien, siempre eran viejo o vieja.

—Mi mami me enseñó modales, dijo que un cachorro maleducado será llevado por el diablo lejos de sus padres y yo no quiero que me separen de ellos.

—Maldita sea, es muy tierno.

—Vamos Yukio, te enseñaré mis juguetes.

—En un rato les avisaré cuando este el desayuno. Lleva Kenji contigo.

Ambos niños salieron corriendo y Denki miro fijamente a su esposo, este se acercó a él y lo abrazo con fuerza para comenzar a llorar en sus brazos.

Denki sabía perfectamente que su esposo estaba fingiendo su sonrisa frente a los niños.

—Tendrias que haberlo visto rayito, como lloraba por todo lo sucedido, algo muy malo le pasó al emperatriz como para que no dejen al pequeño verlo y Bakugo debe estarla pasando realmente mal que incluso le hizo algo a su cachorro, me siento realmente mal.

—Ya todo se resolverá ya verás, de seguro Bakugo debe estar buscando como un loco a su hijo, ambos lo conocemos y de seguro debe estar realmente arrepentido por lo que hizo.

—¿Y si él muere?

—¡Eijiro!

—No quiero sonar pesimista pero por como hablo ese pequeño, el emperatriz debe estar muy mal como para que no dejen que el cachorro lo vea, conoces esas situaciones, si él muere Bakugo igual lo hará y ese pequeño se quedará solo.

—Si eso llega a pasar, aquí estaremos nosotros para que ese cachorro no se quede en la calle pero aún así rezaremos a los dioses para que curen al emperatriz.--- Se separó de su esposo y le limpio las lágrimas sonriéndole.--- Además de que yo quiero conocer al valiente Omega que pudo con el gruñón de Bakugo Katsuki.

Dos Mundos, Un Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora