C14: Guerra

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Katsuki sintió como si le faltaba el aire, tanto esfuerzo que estuvieron haciendo, tantas ilusiones, tantas esperanzas, todo para que unos cualquieras vinieran y le arrebataran el cachorro a su esposo y a él.

No solo eso, dañaron a su amado omega, su alfa estaba que ardía de rabia, quería matar a todo aquel que daño a su Omega, sin importar si alguna vez esas personas fueron importantes para él.

—¿C-Como está él?

—No sabemos cuándo despertara, si lo dejara débil o si tendrás efectos secundarios pero haremos todo lo posible para que nada de eso suceda.

Katsuki asintio y salió del lugar, tenía una cosa clara y no dudaría en usarla si era necesario.

Corrió lejos del reino y se transformó en un gran dragón rojo, no le importaba cuanto tarde o si debe descansar o no, iría al clan dragón y armaría un desastre.

Un desastre como le armaron a él, quitándole eso que tanto anhelaba su Omega y él, quitándole la posibilidad de poder tener cachorros, eso destrozaría por completo a su esposo pero aún así lo amaría sin importar que, ya tienen a su pequeño Yukio, y eso estaba más que suficiente.

[•••]

Eran alrededor de las 5AM, uraraka sentía una mirada demasiado pesada sobre ella, abrió sus ojos y casi sufre un infarto al ver a su antiguo amor, sentado en una silla, enfrente de la cama, viendola fijamente.

—¿K-Katsuki?

Katsuki no respondió, simplemente se le quedó observando.

—No pensé que te meterías a vivir en mi antigua casa luego de que te deje tirada como basura.

—Y-Yo.--- Uraraka se mordió el labio y se sonrojo al notar que estaba durmiendo abrazada a la capa del rubio.

Al ver al pequeño cachorro del emperatriz idéntico a Bakugo hizo que sus sentimientos renacieran y aunque suene estúpido, pensó que quizás tendría oportunidad con el rubio, o al menos charlar con él y ser amigos.

—¿Tu que?

—¿Que haces aquí Bakugo?

—¿No puedo estar aquí? Después de todo esta es mi jodida choza y este lugar es mi jodido reino.

Uraraka ya no era la misma chica de antes, ahora era una mujer más fuerte y valiente y como líder debía defender su puesto.

—¿De qué hablas? Soy líder de este lugar, como tu esposa me convertí en líder y con más razones luego de que te largaste de aquí como un cobarde junto a un Omega que ni siquiera era de tu especie.

Katsuki comienza a reír como si le hubieran contado el mejor chiste de todos.

—¿Esposa dices? Dios, no me hagas reír, yo solo tengo un esposo en esta puta vida y si mal no recuerdas, en nuestra ceremonia yo jamás te di el "beso de amor eterno" ¿O ya te olvidaste?

Uraraka se puso pálida por las palabras del rubio y luego recordó su boda, dónde ella estaba por besarlo pero Katsuki le evito y dijo que no hacía esas cosas en público por timidez.

—Levantate.--- Katsuki se levantó de la silla y la miro.— No tenemos mucho tiempo y debemos dar un anuncio como los líderes que somos.

Uraraka seguía mirando a Katsuki con confusión y desconfianza, Katsuki bufo molesto y sin paciencia se acercó a ella y la tomo del brazo, comenzando a arrastrarla fuera de la choza.

—P-Para, me duele.

—Este "dolor" no se compara en nada a lo que esta sintiendo mi esposo ahora mismo.

Uraraka lo miro asustada y confundida ¿Dolor? ¿Su esposo? Ella no estaba comprendiendo nada.

Llegaron hasta el centro de la aldea y la arrojo contra el suelo lastimandola.

Katsuki comenzó a hacer ruido y a gritar como si estuvieran atacando la aldea, alertando a más de uno, los guardias corrieron en dirección al alboroto y se congelaron de ver a Bakugo ahí mismo.

En cinco minutos el lugar se llenó de dragones de la aldea, Mitsuki y Masaru corrieron a ayudar a Uraraka quién lloraba en el suelo, Kirishima y Sero se acercaron igual a ver cómo se encontraba su amiga, mientras Denki se quedó un poco alejado, abrazando a sus dos hijos quienes tenían lágrimas en sus ojos sin saber lo que sucedía, Mina miraba todo desde una distancia prudente, ya teniendo una idea del porque Katsuki estaba ahí.

—Katsuki, hijo, ¿Que está pasando? ¿Porque te fuiste? ¿Que es lo que estás haciendo?--- Dijo Masaru, quería abrazar a su cachorro con fuerza, lo había extrañado tanto desde que se fue pero no le gustaba el como estaba tratando a la Omega.

Mitsuki igual quería abrazar a su hijo, pero lo miraba con desaprobación y herida al ver que su cachorro estaba lastimando a una Omega cuando claramente ella le había enseñado que eso no se hacía.

—Ay.--- Katsuki sonríe con tristeza.--- Hay tantas cosas que me gustaría contarles, como que estoy casado y son abuelos de un cachorro que es idéntico a mi, es un niño muy hermoso y energético, estoy seguro que se enamoraría de él al conocerlo.--- Su sonrisa de borra y su mirada se oscurece.--- Pero no estoy aquí para jugar a la familia feliz o al reencuentro lleno de felicidad. Vengo a declararles la guerra.

El corazón de los más cercanos a Bakugo se pararon por un momento, aquel rubio alfa con el cual pasaron tantos buenos momentos, ya sea como amigo o hijo, aquel que cuando desapareció les dolió mucho, estaba presente hoy, declarandoles la guerra a su propio pueblo, a su propia sangre.

—Como sabrán hay un nuevo líder en el reino demoníaco, que coincidencia que justamente sea yo.--- Katsuki comienza a reírse y vuelve a ponerse serio, mirando a sus padres y amigos que protegían a uraraka.--- ¿Sabían que es un delito horrible el tratar de matar a un líder de otro clan?

—¿Matar?.--- Dijo Mitsuki confundida y todos comenzaron a murmurar.

—Asi es, está maldita perra de aquí.--- Señaló a uraraka.--- Se atrevió de envenenar a mi esposo, a mi omega.--- Eso último lo dijo con voz dura, haciendo saber que fueron palabras del lobo de katsuki.--- No se quiénes más fueron los involucrados de esa atrocidad pero sepan una puta cosa, mi Omega estaba embarazado.--- La voz de Katsuki se rompió y sus ojos se llenaron de lágrimas, miro fijamente a uraraka.--- Mataste a un inocente cachorro y por tu jodida culpa, mi Omega ahora ya no puede quedar embarazado, destruiste nuestro sueño de tener cachorros y esto no se va a quedar así.

»Les voy a proponer un puto trato, por el simple hecho de que yo nací aquí y para que dragones inocentes no paguen por los errores de una despechada. O me entregan a los cuatro idiotas que estuvieron presentes ese día donde envenenaron a mi esposo o se les viene la puta guerra.

»Y no intenten engañarme entregandome a cualquier estúpido, se perfectamente quienes estuvieron ahí.--- Miro disimuladamente a Denki y este se tenso abrazando más fuerte a sus cachorros.

Sin más que decir, Katsuki se alejo del lugar, dejando una gran conmoción.

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