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Han pasado algunos meses desde que salió el disco, al público le ha encantado, sobre todo al Europeo.

Se han concentrado en un sin fin de conciertos en festivales que ocurren en el verano tan turístico que presentan.

Se han incluído en Shows que la gente desea ver.

A Till, su gran idea fue el fuego, aquel dia donde Richard le demostró las flameantes llamas que pueden llegar hasta el techo en la cocina.

Si bien Richard gusta de la idea, ya que para ser un chef, no hay que temerle al fuego.

A los demás les terminó gustando la idea al ver al público completamente alterado para bien.

Con ese dinero tomaron cursos de pirotecnia, nunca antes le pidieron los permisos, pero era mejor prevenir que lamentar.

Los shows habían sido un éxito y con eso un contrato nuevo para un segundo disco con el cual están empezando a trabajar.

-E5, D#5, F5, E5, G5, F5, E5 y D5, con seis vueltas.- le Indicaba Richard a Paul.

-Asi?.- Paul le enseñaba lo que le estaba dictando.

-Si, pero 4 tiempos, esos tiempos equivalen a 2, en este tiempo.

Le mostraba la hoja de composición mientras ajustaba el metrónomo en 130.

Christoph se encontraba en el baño, había vuelto recién y estaba ayudando también en la canción.

Abrió la puerta y escuchó lo que habían coordinando.

-¿En cuanto está el metrónomo?

-130

-Será mejor en 140, está muy lento para una percusión que quieres, rebotará el sonido. si la guitarra va con tanto palm.

El timbre suena, no tenían idea de quién podría ser, todos tienen llave para el estudio.

Se ve en el pasillo que Till va abrir.

Richard se asoma, simplemente para ver quien es.
No permitiría que alguien entrara una persona ajena.

Se escucha la voz de Till.

-Voy!.

Quedó atonito a ver quién era.

-Hola Till, ¿está mi hijo?.

Eran caricaturescamente iguales, personalmente le causaba incomodidad.

Richard salió alegre, ellos tenían una buena relación, un poco distante hace algunos años porque le salió un trabajo importante en Estados Unidos cuando él se independizó totalmente.

Richard fue a paso rápido a abrazar a su padre.

Christoph estaba nervioso un poco, nunca habían hablado mucho de él, pero sabía que era atento.

-No lo mires por mucho rato, que vas a ver que son dos calcomanías.- Le decía Paul.

El fue a saludarlo también lo recibió de un abrazo igualmente, también llevaba años conociendole.

-Señor Kruspe, que alegría verle.

-Paul, hijo mio.- Le agarró por los hombros mientras aún tenía a su hijo en él otro brazo.- ¿Cómo han estado los dos?.

-Bien papá, oye, tengo que presentarte a alguien.

-Claro hijo, yo te sigo,¿ a quien?.- Había una similitud tan incómoda entre ambos, que entre Christoph y Till se miraron, a ver si el último le daba un consejo.

-A mi me odia, no me mires.

Se aproximaron los tres, con Richard al frente, Cruzando hacia el otro lado, a una pequeña sala de estar.

Merezco algo mejor -   ~Chrischard / Tillchard~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora