Muñeco (Itanaru)

Capítulo 2

Naruto veía con cuidado la puerta de su departamento, ahora tenía diecisiete años, mañana mismo se haría el exámen para ser gennin, era evidente que no lo pasaría, ¿qué haría con su vida? la manutención se iría en ese momento, el Hokage se lo había advertido, negó con fastidio, observó el departamento, en cualquier momento perdería su único espacio seguro, bajó su mirada, no sabía hacer nada, no tenía nada, no tenía poder, no tenía apoyo de nadie, con el tiempo se había alejado de sus únicos amigos, tenía miedo a ser rechazado también por ellos, tragó pesado, tal vez debería huir, podía buscar un lindo lugar para vivir, donde nadie lo conociera, respiró hondo, la puerta sonó, se abrió ante sus ojos -Naruto, vengo a traer tú mesada -el Uzumaki asintió -gracias jiji -el anciano apretó su hombro suavemente, su pulgar acariciaba el lugar con cuidado -¿cómo te sientes? -el rubio sonrió forzado e incómodo, lo veía de extraña manera el anciano, no le agradaba su mirada, era la mirada de un animal hambriento, se soltó discretamente -bien, sólo no tuve un buen día -el Hokage sonrió -bien, otro día vendré a platicar, hoy se complica un poco -esas últimas frases la sintió con una doble intención, el Uzumaki lo vió con duda, lo observó salir del departamento, entró a su habitación, guardó todo lo que podía en su pequeña mochila, no tenía muchas cosas, simplemente metió lo necesario, guardó su dinero bien, era lo único que tenía, recordó esa mirada extraña y la promesa de volver del anciano, le dió un extraño escalofrío.

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Mordió sus labios al ver que apenas si había pasado el examen escrito gennin, rascó su brazo con ansiedad cuando lo llamaron para presentar sus habilidades, se sustituyó correctamente, usó un henge con habilidad de Iruka, en el momento de crear el clon, todo se vino abajo, era una basura -lo lamento Naruto, sé que deseabas aprobar -el Uzumaki apretó el ceño -no mienta, no lo lamenta -salió corriendo del salón con tristeza, antes de terminar el territorio de la escuela Mitzuki lo alcanzó -Naruto, puedo ayudarte -el rubio paró en seco, observó al sensei con cuidado -¿por qué lo haría? -el sensei sonrió -aunque no lo creas, no te odio como el resto -el Uzumaki sonrió poquito siendo confiado con esas palabras, nunca las había escuchado -si quieres pasar el examen, hay una prueba cómo último recurso que hacemos a los alumnos que no pudieron pasar, necesitas conseguir un enorme pergamino que tienen en la sala este de la torre Hokage, el punto es evadir a los guardias y mostrar un sigilo increíble, cuando lo obtengas debes aprender un jutsu del pergamino, cuando pasen cinco horas estaré en el centro del bosque al sureste cerca de la entrada, si logras completar el reto, automáticamente serás gennin, ¿estás de acuerdo? -Naruto sonrió con emoción, asintió -lo haré, no le fallaré Mitzuki-sensei-

Naruto creía que era la solución para todos sus problemas, corrió con emoción hacia la torre Hokage, espió con cuidado a los guardias esperando una oportunidad, llevaba media hora ahí, debía ser rápido, en un momento de descuido donde se pusieron a platicar ambos guardias, el pequeño entró y salió con el pergamino con velocidad lanzándose por la ventana, cayó en un árbol por suerte aunque se arañó el rostro, debía apurarse, ahora sólo tenía cuatro horas para aprender el dichoso jutsu, corrió hacia el bosque, entró hasta el centro, abrió el pergamino con velocidad, escogió el jutsu con menos sellos que encontró, con velocidad comenzó a practicarlos, uno a uno hasta que los coordinó -Kage Bunshin no Jutsu -abrió sus ojos con emoción al ver un clon suyo, de verdad ahora podía hacerlos -Naruto ¿cómo te atreviste a robar el pergamino Hokage? -el Uzumaki abrió sus ojos con miedo ante el grito de su sensei, habló rápido explicando -Mitzuki sensei dijo que era una prueba, que tenía que encontrarlo y sacarlo de la torre, dijo que si aprendía un jutsu me ascenderían a gennin -Iruka abrió sus ojos con terror, más al escuchar la risa del sensei -bien hecho mocoso, me ahorraste el trabajo de robarlo -Naruto negó con terror -no se lo entregues Naruto, te engañó -el rubio temblaba -sabes ¿por qué la aldea te desprecia? -Iruka se puso nervioso -cállate, no digas nada -el Uzumaki los vio con miedo -el cuarto Hokage no eliminó al zorro de las nueve colas, lo selló en tu cuerpo, tú eres el zorro de las nueve colas, niño kyubi -el pequeño abrió sus gemas demasiado, comenzó a llorar con miedo, ahora entendía el odio de la aldea, ahora todo tenía sentido, esos idiotas lo culpaban por algo que no había hecho, observó como ambos sensei peleaban, Mitzuki lanzó un enorme shuriken a su dirección, Iruka lo detuvo, estaba por huir cuando un anbu sometió a Mitzuki de un golpe -¿se encuentra bien Iruka? -el sensei asintió, Naruto vio que él no tenía valor alguno, apretó sus puños con frustración.

Cuando el Hokage llegó veía todo con cuidado -¿entonces Mitzuki fue el culpable? -Iruka asintió -engañó a Naruto -el anciano veía al rubio de nuevo de esa forma que lo ponía nervioso, el kage apretó nuevamente su hombro, con su pulgar acarició la piel expuesta de su cuello -vamos, acompáñame -el Uzumaki asintió con duda y miedo, comenzó a caminar a su lado tratando de calmarse, su corazón latía con un mal presentimiento, cada paso que daba se sentía un poco más esa sensación de asfixia, giró su mirada al shinobi peliplata que había caído minutos después junto a Iruka, su mirada los seguía con cuidado, los azules se veían nerviosos, trataba disimuladamente de zafarse del kage sin éxito, con la mirada le pidió ayuda al shinobi, el peliplata los veía con cuidado alejarse, negó con fastidio, seguramente lo regañarían por no ser cuidadoso, ya que estuviera con él en su equipo trataría de acercarse al pequeño, respiró con fastidio -kakashi -el peliplata vio a su pareja, llevaban una relación discreta y oculta del mundo, Iruka no quería ser expuesto y demeritado por su condición como doncel -esa mirada en Naruto nunca la había visto, ni siquiera con Mitzuki se veía tan aterrado -ambos vieron con cuidado alejarse al anciano y al niño -seguramente tiene miedo por el regaño que se llevará, no me hagas caso kakashi -el peliplata asintió con duda, ambos salieron del lugar.