28 de Octubre del 2023.
-¡Acelera, Toni, maldita sea! -exclamó la rubia, sentada en el asiento de copiloto, con la respiración acelerada.
-¡No grites que me desesperas! -exclamó la morena, acelerada.
Ambas estaban aceleradas, sus respiraciones agitadas, gotas de sudor corrían por sus frentes, sus cuerpos temblaban. Estaban huyendo. Huyendo de una fuerza mayor, una fuerza que podía matarlas si quería, una fuerza de la línea temporal.
-No puedo, mis manos están temblando, me siento mareada. -murmuró la pelirrosa, aflojando su agarre en el volante por dos segundos.
La rubia miró hacia atrás, miró a su amiga y, en un impulso, tomó el volante y lo giró con fuerza hacia la derecha.
-¡Betty, no! -exclamó la pelirrosa, pero ya era tarde, la camioneta se había estampado contra un edificio.
30 de Enero del 2024.
-No, Jughead, estás demente, no podemos hacer eso. -dijo firme la pelirroja.
-No es que no podamos, no debemos. Es distinto. -corrigió el pelinegro-. No pueden pedirme que no lo haga, ¡la perdí y tengo el poder de regresarla! ¿Ustedes no lo aprovecharían? -preguntó con los ojos cristalizado, sus amigas lo miraron con pesar.
-Jug... lo sabemos y lo lamentamos mucho, pero es muy arriesgado. Arriesgas tu vida, tu trabajo, todo. Sabemos cuánto te dolió perderla, cuánto la extrañas, pero las cosas no funcionan así. -le dijo Cheryl.
-Pero pueden funcionar, nada de esas cosas valen sin ella aquí, no lo entienden, no me entienden. Tú, Cheryl, si Toni hubiese muerto en ese accidente, ¿no harías lo que esté en tus manos para regresarla? -cuestionó, su amiga trago en seco, tan solo de imaginarse perdiendo a su novia... no podía. La pelirroja bajó la cabeza-. Lo supuse.
-Jug, no, no es lo mejor, no podemos regresarla... no-
El pelinegro la cortó.
-Toni, tú estuviste ahí, fuiste la última en verla con vida, ¿Acaso no desearías haberla abrazado por una última vez? -le preguntó.
-Sí, pero...
-Yo también, desearía haberle dicho una última vez que la amo, que fue lo mejor que me pasó. Esto que siento, esta punzada en el pecho, ese dolor de saber que no volverá... me está volviendo loco. -murmuró con la voz rota-. Si logran entenderme en algún momento, búsquenme. -les dijo y se fue de ahí, secando sus lágrimas.
Caminó por los pasillos de la compleja edificación. Una clase de empresa de dos pisos que supuestamente era un estudio de científicos, pero guardaba un secreto, un subsuelo de tres pisos que escondía los mayores secretos del tiempo, allí se encontraban los mejores guardianes, científicos, médicos y viajeros del tiempo. Ellos podían hacer lo que quisieran, pero con cuidado, ya que todo lugar tiene sus reglas, incluso el espacio-tiempo.
Paró justo donde yacía una placa donde decía:
«Teniente Elizabeth Cooper de Jones, recordada como una heroína, amada como una amiga. Siempre con nosotros.
13-07-1996 al 28-10-2023»
Debajo de la placa, se encontraba un cuadro pintado con máximo detalle de la rubia.
El pelinegro sintió como se le iba la vida al ver su sonrisa, esa sonrisa que había desaparecido en el tiempo. Todos seguían con sus vidas como... como si ella nunca hubiese estado y él no lo entendía, no lograba entenderlo. Betty había sido la mejor de su generación, una de las mejores Tenientes del Space Time Association (STA), no podían olvidarla, ella había hecho evolucionar la ciencia espacio-tiempo como nunca había podido una mujer y él no podía sentirse más orgulloso, pero estaba seguro que, de no ser por esa placa y ese cuadro, nadie que no fuesen él y sus amigos la recordaría. Era incluso irónico ¡Manejaban el tiempo y estaban dejando en el pasado a su mejor Teniente!