impossible
segunda parte
👑
Jughead.
-Ellie... -susurré al verla a pocos metros de mí.
No podía creer lo que veía, más bien, a quién veía. Ella... lucía tan hermosa como hace diez años, incluso más, su cabello largo hasta por debajo de la cintura, sus ojos verdes brillantes como dos esmeraldas, su piel blanca y sus labios rosados.
El sonido de aquella risa angelical y divertida llegó a mis oídos como un recuerdo que parecía tan reciente, su risa era de mis sonidos favoritos, siempre iba a serlo.
La vi por primera y última vez hace diez años, pero su risa, sus ojos y sus dulces palabras se quedarían caladas en mi corazón de por vida. Aquél día, fue el primer día que logré sentir un poco de calma, de paz, dentro de la vida ajetreada que lleva un miembro de la Monarquía.
Recuerdo ese pinchazo de decepción que sentí cuando me dijeron que se había ido a Irlanda junto a su abuela. Sentí un vil dolor recorrerme el corazón como si fuera a matarme lentamente al cabo de un año, era angustiante. Sólo la había visto una vez, pero todo de ella me llamaba, todo de ella era necesario para un poco de estabilidad en mi vida.
Al parecer, todo lo que me dijeron no habían sido más que mentiras y esa es una conversación de la que mi madre no escapará. Rogué durante años sin cansancio para que me dejaran ir a la panadería de Alice a verla, pero mis esperanzas cayeron al suelo frente a mis pies cuando me prohibieron salir del Palacio sin un acompañante y me dijeron que ella se había ido del país.
Sin embargo, ahora estaba aquí, al alcance de mi mano. Sólo debía avanzar unos pasos y podría abrazarla, pero no debía... la interacción entre miembros de la servidumbre y de la realeza está estrictamente limitada.
De todas formas, sin pensar demasiado en ello, me adentré al salón y todos se incorporaron. Madame Agatha Ashbourne se volvió hacia mí para hablarme.
-Majestad, ¿Qué necesita? -preguntó con su todo chillón que algunos llamaban elegante.
Aclaré mi garganta, mirando a Elizabeth de soslayo.
-¿Estas son las chicas que trabajarán para el Palacio?
-Así es, Majestad. -afirmó-. Están aquí esperando a que su madre las llame. -informó.
-Excelente, yo... me quedaré por aquí para observar. Nunca estoy presente en estas cosas. -me excusé, dando media vuelta para ir al sofá a unos cuantos metros y sentarme en él.
Nunca me interesaron este tipo de cosas, me daba igual quién se encargara de todo esto, pero no podía alejarme de Elizabeth ahora.
Oí el bufido de Benjamin desde la puerta.
-¿Aviso a Joseph que devuelva a Snow al establo, Majestad? -preguntó.
Snow era mi caballo, le había dicho a William que quería salir a cabalgar un poco, pero eso había pasado totalmente a último plano cuando la vi frente a mí. No podía alejarme de ella ahora.
-Si, Benjamin. -asentí.
Él se reverenció, se dio media vuelta y desapareció a través de las puertas del salón. Yo me quedé observando el perfil de Elizabeth, quien tenía la mirada fija en la pared, desde aquí podía notar como estaba trabajando para procesar todo.
