One Week: Segunda Parte.
COMENTEN, DAALE
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Jughead Jones.
Debía entrar a clases, pero no podía hacerlo. Sentía que iba a desmayarme, tenía el estómago completamente vacío, hacia unos minutos había vomitado lo que comí ayer, también tenía los ojos rojos, la voz ronca y estaba pálido. No tenía las fuerzas suficientes para entrar, pero no quería irme solo, tampoco puedo hacer que Betty pierda más clases ni Cheryl o Reggie, a ellos dos los matarían si pierden una clase más por mi culpa.
-Oigan, chicos, vayan a clase, ¿si? -les dije a los tres, separándome del abrazo de Betty.
Betts hizo un puchero y me miró.
-¿Tú no irás? -preguntó, sabiendo perfectamente que la respuesta sería una mentira.
Ella ya había pasado por esto conmigo: Problemas familiares, TCA y una extraña depresión. Estaba acostumbrada y yo me lamento por eso, ojalá ella no conociese este lado mío, ojalá este lado mío ni siquiera existiese. La miré a los ojos y asentí lentamente.
-Eh... sí, pero iré a unos minutos. Tengo literatura, a la profesora no le interesa quién está o no en su clase. -ninguno de los tres. me creyó.
-Si no vas a entrar, nos iremos contigo, Jug. -me dijo Reggie y los miré a él y a Cheryl.
-Ustedes no pueden saltarse clases, ya saben lo que pasará si llaman a sus padres. Vayan, por favor. -les pedí y ambos bufaron.
Cheryl miró a Betty.
-Si se siente mal, llámame, no importa dónde estén. -advirtió y Betty asintió.
Por supuesto que asumió que Betty iría conmigo, pero no pienso dejar que se pierda sus clases por esto.
Cheryl y Reggie se fueron luego de darme una pequeña ojeada. Entonces, Betty me miró con los brazos cruzados.
-Deja de mentirme para hacerte el fuerte. Lo dejé pasar antes y fue el peor error del mundo. -me regañó y yo bajé la mirada.
-Lo siento, no quiero que pierdas clases por mi culpa. -murmuré.
Ella suspiró, descruzando sus brazos, y me rodeó el cuello con ellos.
-Juggy, no eres menos importante que esto, creí que ya lo habíamos superado. -murmuró dejando un besito en mis labios.
Se supone que ya lo habíamos superado, se supone que mi padre ya había superado su alcoholismo, se supone que mi padre ya había dejado de amenazarme, se supone que mi padre ya había dejado de intentar golpear a mamá, se supone que mi padre había dejado de golpearme. Se suponen tantas cosas y ninguna es real. Sí, hace un año lo había superado porque mi padre entró en razón y dejó el alcohol, era un hombre nuevo, pero ahora todo eso se fue a la mierda, perdió el trabajo, se sumió en el alcohol y yo vuelvo a ser su saco de boxeo, entonces, tuve una recaída.
Hace tres meses que volví a ser lo que era hace más de un año, ese chico que vive con miedo, que vive llorando, que vive sin ganas de comer o de levantarse, que vive corriendo al baño porque, a pesar de no comer nada, su cuerpo parece tener algo que devolver, que vive con moretones, que se queda dormido llorando del dolor físico y del dolor de su corazón. Volví a ser ése chico.