2da parte de:
Amigo imaginario.🫂
-Ustedes... ¿se conocen? -la pregunta de Reggie llamó la atención de ambos chicos, haciendo que desconecten sus miradas para mirarlo.
-Ehm... algo así. -murmuró la rubia.
¿Cómo les explicas a tus amigos que conoces a alguien porque aparece en tu imaginación desde que tienes seis años sin parecer que estás en medio de un brote de locura o algo por el estilo? Parecía imposible. La situación era imposible para la realidad.
Ambos jamás en la vida se habían visto en persona, sin embargo, podían responder cada pregunta sobre el otro que se les hiciera. ¿El color favorito de él? Ella lo sabía, ¿el de ella? Él lo sabía, ¿su comidas favoritas? Lo sabían, ¿serie favorita? Lo sabían. Lo sabían todo del otro, pero la situación era tan rara y... descabellada que aún seguían en shock.
El pelinegro tomó la palabra, sacando a la rubia de su hilo de pensamientos.
-Nuestras madres trabajaban para la misma cadena empresarial, nos conocimos durante un viaje que tuvieron hace un par de años. -dijo lo primero y menos loco que se le ocurrió.
Quería estirar la mano y tocar la mejilla de ella, asegurarse de que era real y no estaba en un sueño del que se despertaría para encontrarse con su realidad infernal. Luego pensó que eso se vería muy raro, así que descartó la idea.
-Sí, éramos muy buenos amigos, pero hace mucho que no nos veíamos ni hablábamos. -murmuró la rubia.
Estaba nerviosa sin saber el por qué. Quería abrazarlo con todas sus fuerzas, pero creyó que se vería anormal, teniendo en cuenta su expediente. Ella sabía que Jughead... sabrá Dios el apellido jamás le haría daño, ni psicológica ni físicamente. Él era el único hombre en el que confiaba.
-Ouh, pues, qué chico que es el mundo, ¿no? Es como si estuvieran destinados o algo así. -comentó la pelinegra.
Todos, excepto ambos chicos que seguían analizando cómo es que eso era posible, soltaron una risita y asintieron, de acuerdo.
El timbre que indicaba la entrada de los alumnos a sus clases sonó, cortando el momento. Todos bufaron.
-¿Alguien me recuerda por qué vengo al colegio? -preguntó Archie, soltando un suspiro.
-Porque quieres graduarte y dejar de vivir con tus padres, así que camina. -la pelirrosa dejó un golpe con dos dedos en la nuca de su amigo, haciéndolo quejarse.
-¡Auch! Agresiva. -murmuró por lo bajo, llevando su mano para frotar la parte golpeada a de su cuerpo.
-Llorón. -la morena le sacó la lengua.
Todos rieron levemente ante la escena.
La pelirroja se acercó a la rubia, tendiéndole un papel, el cual tenía los horarios del pelinegro.
-Estos son los horarios de Jug, Weatherbee me indicó a mí que le hiciera el recorrido, pero creo que es mejor si lo haces tú, ya sabes, lo conoces mejor que yo. -le sonrió de lado.
A la rubia le dieron ganas de saltar para abrazar a su amiga. En cambio, le regaló una pequeña sonrisa.
-Está bien, Cher, lo haré. -la pelirroja asintió y se adelantó para unirse al grupo de amigos, dejando al pelinegro y a la rubia detrás.
Ambos caminaban el uno al lado del otro sin decir nada, había una pequeña distancia entre ellos que ninguno de los dos quería que esté allí, pero tampoco querían acercarse al otro por miedo a que fuera a desaparecer mágicamente. Sus amigos hablaban sobre trivialidades, caminando frente a ellos, sin embargo, ambos estaban sumidos en la extrañeza de la situación.