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Jimin se había dado un buen baño con agua caliente, de verdad lo necesitaba, no había sido un buen día y que mejor que aliviar todo ese estrés que la escuela le provocaba que una buena ducha. Se puede decir que hasta al momento de abrir la puerta salía vapor del baño; Su pijama de seda en color azul iluminaba su piel aún más, llevaba una toalla al rededor de su cuello para no mojarse y el cabello revuelto.

Estaba preparando su cena, un buen ramen picante con pollo agridulce era lo que necesitaba para poder disfrutar y descansar luego de tan agotador día.
Mientras cocinaba se le venía el recuerdo de aquellos mensajes que le había mandado Jungkook, que claro, lo dejó en visto, porque no supo que responder; Sin embargo, no sabía porqué tanta insistencia en que lo perdonara...Probablemente sería uno de los tantos trucos que tiene, o eso pensaba.

El timbre de su casa sonó haciendo que por accidente su dedo rozara la olla del ramen haciéndolo brincar adolorido.

—Ya voy!

Dijo mientras metía su dedo a la boca para poder aliviar el dolor. Caminó hacia la puerta abriéndola y oh sorpresa...

—¿Tu?

—Hola Jiminnie! —Danielle sonrió.

—¿Que haces aquí? —pregunté serio.

—Ouch, ¿No me vas a invitar a pasar? —sus ojos rondaban por dentro del departamento— Mmm que bien huele —inhaló— ¿Estás cocinando ramen? Yo quie..!!

Una mano se interpuso en el camino de la pelinegra, haciendo que diera un paso hacia atrás.

—Lo siento, pero esa cena es para mí Danielle.

—Oh? Jungkook? —se sorprendió— ¿Tu que haces aquí?

—Yo lo invité —respondió Jimin.

—Mmm —hizo un puchero— ¿No tienen espacio para una amiga?

—No lo creo, dos hombres y una chica? —el rubio ladeó su cabeza tocando su barbilla— No creo que sea prudente...Además, tenemos que hablar, ya sabes, cosas de hombres y eso —la miró— No queremos incomodar.

—No no, para nada, no me incomodaría...

—Danielle —el castaño la miró— Otro día.

La chica sólo suspiró bajando sus hombros dándose por vencida y se retiró del lugar desilusionada. Aunque se hubiera ahorrado dicho momento bochornoso pero siempre tiene que estar donde no es invitada, por lo tanto, ellos no están obligados a cumplir un capricho.
Los dos chicos entraron rápido al departamento luego de que ella se diera la vuelta.

—Que conste que te acabo de salvar la vida una vez más —dijo el rubio— Ya van varias.

—Podía hacerlo solo —dijo suspirando y yendo hacia la estufa.

—Aja, claro.

—En fin, sólo te invité a pasar hasta que ella se fuera, para evadirla —apagó la olla del ramen pasándola a la mesa— Luego de que no haya rastro de ella puedes irte.

—Ah? Pero le dijiste a ella que me invitaste no?

—Te acabo de decir que lo hice para que se fuera.

—Muero de hambre Jiminnn —dijo en tono triste— He estado en huelga de hambre hasta que no me perdones.

—¿Que tontería dices? —rodó sus ojos— No tienes porqué hacer eso...Además, ya te perdoné.

Aquel alto chico se le abrieron los ojos cual platos con un brillo dejando ver esa sonrisa, que por un instante lo hacía lucir como un conejo. Muy lindo, pero infantil.

Before I Fall // Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora