24. Todo de mi

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—Por favor no llores mamá, no se te vaya a correr el maquillaje —bromea Ploy

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—Por favor no llores mamá, no se te vaya a correr el maquillaje —bromea Ploy. Obviamente en el rostro de nuestra madre no hay ni la más mínima señal de que fuera a llorar.

—Ella cree que las chicas malas no pueden llorar con estas cosas, pero descuiden, la verán soltar algunas lágrimas —asegura papá con una sonrisa pícara.

—Yo te haré llorar si no dejas de decir tonterías —amenaza mamá con el rostro completamente serio.

Ploy y yo compartimos una sonrisa.

—Se ven increíbles los dos.

Papá vuelve a tomarnos una foto con nuestras togas y birretes de graduación. Nunca en la vida hemos lucido tan idénticos.

—Estoy orgulloso de ambos.

—Ya lo sabemos —decimos al unísono.

El resto de nuestra familia y los siempre presentes amigos de mis padres están aquí para felicitarnos. Nuestros amigos de la infancia hacen bromas sobre nuestras togas y reímos hasta que se nos salen las lágrimas. Mi hermana me aprieta la mano y nos envuelve a todos en un abrazo grupal, probablemente el último en mucho tiempo.

La profesora Godji nos llama y nos reunimos con toda la banda detrás del escenario improvisado en medio del gran campo de futbol. Enseguida me doy cuenta que falta Off, y me invade la incertidumbre hasta que logro verlo en las gradas charlando con sus padres y sus dos hermanos mayores.

La profesora vuelve a llamarlo y él se despide de su familia mientras todos lo vemos correr como tonto a través del campo. Hace algunos pasos de baile exagerados al ritmo de la música que tocamos para él al tiempo que se acerca demasiado lento para el gusto de la profesora de música. Finalmente, ella se rinde y se ríe con el resto de nosotros.

—No tienen idea de cuánto voy a extrañarlos —comenta casi maternalmente.

—Nosotros también —respondemos al unísono.

—Algunos están ante la última ocasión de brillar para su escuela. Todos van a subir al escenario y van a dejarlo todo allí. Sin presiones. Olvídense que su familia, amigos, compañeros de clase, personas importantes de universidades o cualquier otra persona están aquí para oírlos.

—Creo que ahora siento más presión —comenta alguien y todos reímos.

—Bien. Entonces den todo de ustedes para impresionar a cada persona de esa tribuna. Demuestren lo que han aprendido. Todo lo que pueden hacer. Deslumbren. Porque son increíbles y pueden hacer lo que sea que se propongan.

—Eso fue hermoso, Profesora Godji —dice Ploy.

Todos estamos motivados, listos para dejarlo todo mientras subimos al escenario y tomamos nuestros lugares. La profesora se pone detrás del micrófono y hace un discurso de cuanto habíamos trabajado para dar lo mejor de nosotros en este acto.

Gigil - HP2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora