14° Atrapado

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Esto era un verdadero caos.

Los neófitos rodeaban el edificio de la sede noroeste tratando de derribar las puertas y ventanas. Se podían escuchar los disparos de los héroes tratando de evitar que entrarán. Algunas partes del sector ya ardían en llamas, si el fuego se expandía como en el sector sur los héroes iban a ser obligados a salir.

Quackity ajusto su máscara, observo a sus compañeros alistar sus armas, sabía que Shadoune y Spreen eran muy capaces de defenderse, no así Missa y el mismo. Aún así, defendería a sus amigos, no le importaba ser el señuelo con tal de darles algo de ventaja. Aunque siendo sincero se estaba muriendo de miedo.

Missa se acercó con cuidado - Patito, demos nuestro mejor esfuerzo - ambos se abrazaron, luego se unió Shad quien casi que obligó al oso a unirse.

- No se alejen de mí, yo los protegeré - dijo el argentino de mala gana, impregnó a los tres chicos con algo de su aroma a excepción del pato ninguno de los otros dos se daría cuenta de lo que había hecho. Si se encontraban con el vampiro de la otra vez se la pensaría un poco para acercarse - ¡Demasiada joteria pibes manos a la obra! Saquemosle la mierda a esos hijos de puta - saco su ballesta para lanzarse de frente al ataque.

Shadoune antes de ir tras su amigo les dio un vistazo rápido a los pelinegros - No se separen -

Cuando ambos pros estuvieron algo adelantados Missa tomó la mano de Quackity - Tengo un mal presentimiento, esto es una trampa... Si es el vampiro que Rubius conoce entonces lo más probable es que venga por uno de nosotros - comenzó a andar rápido llevando casi a jalones al híbrido - Irá por ti... Porque eres... -

El híbrido de pato asintió en silencio aunque no era visto, sin embargo su mente se enfoco en los neófitos que parecían haberlos detectado, Spreen mato a unos cinco con sus flechas abriendo el camino.

Los cuatro chicos miraron asombrados como una vez más la barrera mágica intento rodear el edificio más está no tardó en romperse.

- ¡Ese mago idiota! Sabe que no debe forzar su mágia de esa manera - volteo a sus espaldas al escuchar disparos, parecía que los mexicanos no tenían problemas aún, así que podían seguir avanzando.

Los neófitos cada vez los rodeaban más y más.

- ¡Chicos...! - el grupo del norte escucharon los gritos desesperados de Juan - ¡Son unos babosos! Alejense de aquí -

Una de las puertas había cedido por fin, una gran cantidad de esos monstruos habían entrado al lugar.

Missa se detuvo al escuchar los gritos de las chicas.

Antes de que los héroes pudieran entrar de entre las ventanas varios neófitos salían a toda prisa, como si hubieran sido llamados. Parecían ya no interesarse en su presencia, la luz verde de la mágia salió casi como un flashazo, empujando a los neófitos restantes a las afueras del edificio.

Pero...

Un par de ellos, unos más grandes de lo normal llevaban en brazos a Roier y a Ama.

- No, no, no, no te lo lleves ¡Para ya! -

Ambos neófitos encapuchados tomaron rumbos separados, Quackity y Missa siguieron al que llevaba al héroe araña, quien luchaba con todas sus fuerzas por liberarse.

Shadoune siguió al que llevaba a la chica, Spreen se quedó unos segundos viendo en ambas direcciones. Dio un par de pasos en dirección al pelirrojo.

- ¡Spreen ve con ellos! ¡Yo me encargo de esté! -

Ni siquiera dirigió su vista a su amigo cuando tomo rumbo tras los mexicanos.

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Quemaduras en la pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora