2° Cazadores

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Shadoune miraba de soslayo al pequeño híbrido, como sus maltratadas alas trataban de envolverlo - ¿Ese hombre te hizo algo malo? - pregunto con verdadera preocupación. Tenían que darse prisa en lo que Rubius se encargaba de ese sujeto.

- No - se quedó pensativo un rato - Nunca tuvo lo huevos el viejo pendejo, fue un tipo muy asqueroso conmigo, pero yo... - miro a Shad detenerse y dirigirse a la única entrada del depa, el pelinegro con prisa se interpuso en la puerta - No vale la pena, ni siquiera me conoces así que no te metas en problemas, ese tipo tiene muchos contactos con poder -

- Ça ne se compare pas aux influences que j'ai (No se comparan a la influencias que yo tengo) -

- ¿Qué? - su temple serio comenzaba a tambalear pues aquel gran chico se acercaba cada vez más y la verdad es que lo ponía muy nervioso - No te entiendo ni madres carnal - trato lo más que pudo de encarar al de máscara pero el miedo de verse acorralado se lo impidió.

- No te haré nada Quack, no me tengas miedo - acaricio su cabeza para acto seguido, alejarse del chico - Lo lamento, no era mi intención asustarte -

- No pasa nada rey -

Shad lo miraba a través de su mascara la cuál agradecía llevar, seguro había hecho una cara aterradora hace unos momentos y lo que menos quería era que la gente le tuviera miedo, suficiente sufrió en su infancia debido a su "condición" - ¿Te llevarás algo más? - el híbrido de ave no tenía muchas cosas.

- Estoy listo - si el pato se permitía ser sincero de cierta manera, se sentía libre.

Cuando salieron el viejo aún seguía en el suelo, Rubius lo cubría así que no podía ver qué cara tenía pero seguro no era una buena porque se iría sin pagar la renta.

O eso creía el.

El castaño lo recibió con una cálida sonrisa que hizo que el pato casi llorará.

Las cosas mejorarían de ahora en adelante.

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Quackity revisaba algunas imágenes junto a Shadoune y a Ari, sobre criaturas perdiendo el control, tanto híbridos como vampiros, lobos y otras criaturas, los mayores le explicaban a lo que se enfrentaban día a día, explicaban también que hacer o como actuar en ciertas situaciones.

- Había escuchado sobre esto en las noticias pero siempre censuraban este tipo de imágenes - y Quacks agradecía eso porque tenía un estómago muy delicado.

- No hace falta que tú hagas misiones aún - afirmó la chica con una sonrisa - Además de que eres nuevo tus heridas aún necesitan tiempo para curarse -

Trato de estirar las alas con lentitud pero un corrientazo doloroso le recorrió la espalda - Ugh -

- ¡Quackity! - escucho a Juan llamarle la atención - Quedate quieto menso - acercó su mano de la cual una tenue luz salía, está le provocaba cosquilleos en cada una de sus plumas.

El pelinegro soltó una risita, sentía a sus nuevos amigos como si fueran sus padres.

Pronto se ganaron su cariño y el el de ellos.

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Shadoune, Spreen y Fargan llegaban a casa después de un largo y cansado día de "cacería".

- El pato va a dormir conmigo - se escucho la voz de Rubius.

- Preferiría que durmieras en el patio con el perro a que vuelvas a meterte en la cama con el niño -

Los tres recién llegados escucharon el nuevo alboroto que estos dos hacían.

Fargan miro a Rubius con cierto deje de lástima - Ahí va otra vez - susurró para si mismo pero Shad a su lado había logrado escuchar.

Quemaduras en la pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora