38° Caminos separados

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Shadoune no se atrevió siquiera a apagar el fuego de la hoguera, exhalo con cansancio por décima vez. Era tan extraño, no se veía la luna, ni una mísera estrella, tampoco escuchaba los típicos ruidos de animales o de insectos.

El bosque estaba en completo silencio.

La verdad es que se sentía algo paranoico.

Sin embargo, se reprocho el ser tan débil, el era un umbral sombrío después de todo, la oscuridad le daba ventaja.

Este mal presentimiento le hacía sentirse observado.

- Tranquilizate - se dijo así mismo. Deslizó su mano dentro de su ropa para sacar y contemplar la cruz de su patito - Si tan solo hubiera estado a tu lado... Nada de esto habría pasado -

- Nada habría cambiado aunque hubieras estado tú - le contestó la voz adormilada de Fargan - No te culpes por algo que no podías evitar -

- Podría haberlo evitado - dijo seguro de sus palabras.

- ¿Cómo...? -

Shad giró la cabeza en su dirección - Matando al vampiro - dijo en tono de obviedad, dejando de lado el extraño sentimiento que el bosque le provocaba para centrarse en el odio que sentía por ese ser.

- Luzu no es alguien fácil de matar -

- Se que podría vencerlo -

- Es bueno tener confianza en uno mismo, pero el exceso solo te convertirá en una persona creída y sobrada -

- ¿Y eso qué...? -

- Que te va a doler cuando caigas a la realidad... De que existe gente más fuerte que tú -

El francés ignoro sus palabras.

- Si matas a Luzu, la marca de pertenencia y el lazo que han creado Quackity y él se romperá a la fuerza -

- Eso es lo que quiero -

- Quackity podría morir -

- Eso solo pasa si se amarán de verdad, Quackity me ama a mí -

Fargan jadeo sorprendido - Si que eres valiente al afirmar eso, ¿Cómo estás tan seguro? -

Pero la pregunta se quedó sin respuesta cuando el sonido de algo agitando las hojas de un árbol cercano puso en alerta al francés - Shh - mando a callar al búho - ¿Escuchaste eso? -

¿Qué si lo había escuchado? ¡El ruido había sido a sus espaldas! Se puso de pie de un brinco cual resorte, sus alas se crisparon del miedo ¿Cómo era posible que no haya sentido nada acercarse? - ¿Qué cojones...? - se agacho moviendo a Rubius con brusquedad para despertarlo.

Shadoune sin bajar la guardia un segundo, hizo lo mismo con Willy solo que de manera más delicada, el peliblanco entendió casi de inmediato el porque el umbral estaba tan tenso, no necesitaba ver su cara, se levantó despacio mirando a todas partes.

Fargan trataba que un molesto y recién despierto oso no hiciera su típico escándalo.

Después de haber escuchado ese ruido el silencio era todavía más molesto y desagradable.

- ¿Qué pasa, qué pasa? - Rubius se medio despertó al ser levantado a la fuerza por su amigo búho, lucia desorientado. Recordó en donde se encontraban - Esto es... -

No estaban a salvo.

Se habían metido en problemas.

Grandes problemas.

Un par de sombras salieron de entre los matorrales, encapuchados, dirigiéndose uno contra Fargan y el otro contra Shadoune.

El búho empujó justo a tiempo al distraído oso bloqueando el ataque.

Quemaduras en la pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora