17° Todo depende de la perspectiva

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¡𝕯𝕰𝕿𝕰𝕹𝕿𝕰! 𝕷𝖔 𝖛𝖆𝖘 𝖆 𝖒𝖆𝖙𝖆𝖗 𝖘𝖎 𝖈𝖔𝖓𝖙𝖎𝖓𝖚𝖆𝖘

Escucho aquellas voces ordenarle que se detuviera, gruñó al verse interrumpido más no opuso resistencia al ver el deplorable aspecto del híbrido de pato, en cualquier momento se desmayaría quien a duras penas lograba sujetarse del vampiro.

- Ya basta, ya basta... No me siento bien... -

Luzu entonces se puso manos a la obra y cavo de manera rápida una pequeña e improvisada cueva bajo la tierra, al momento de entrar trato de jalar adentro al pelinegro quien aún estando débil opuso resistencia.

- No quiero... - dijo con voz temblorosa.

𝕹𝖔 𝖉𝖊𝖏𝖊𝖘 𝖖𝖚𝖊 𝖘𝖊 𝖛𝖆𝖞𝖆, 𝖓𝖔 𝖉𝖊𝖏𝖊𝖘 𝖖𝖚𝖊 𝖑𝖔 𝖘𝖊𝖕𝖆𝖗𝖊𝖓 𝖉𝖊 𝖙𝖎

- Dame tu mano - demandó el castaño, ni siquiera espero a que el mexicano terminara de levantar el brazo cuando ya había entrelazado sus dedos con el - No me dejes... - Volvió a su escondite en posesión de la mano del híbrido quien no tardó en caer inconciente.

Lo último que Quackity miro fueron los ojos rojos brillantes, viéndole hasta el alma.

- Cuando oscurezca te atenderé, solo resiste patito -

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Spreen llevaba en brazos a un muy, muy mal herido Missa, había perdido bastante sangre, se sentía terriblemente culpable por ello. Antes de irse había levantado el pequeño collar de cruz de Quackity, sentía un vacío... Había perdido a un compañero, a un amigo... ¡Lo tuvo frente a sus narices! Y sólo... Dejo que se lo llevará.

Rubius había destrozado una parte del edificio de la rabia, también se sentía culpable por no llegar a tiempo.

"¿Qué le diré a Shadoune?"

Esperaba que estuviera ayudando a los demás porque no quería encontrarselo. No ahorita al menos...

- Spreen... - escuchó esa voz y acento inconfundibles - Oh no, Missa ¿Esta bien? -

 - escuchó esa voz y acento inconfundibles - Oh no, Missa ¿Esta bien? -

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Las orejas del oso pelinegro cayeron ante el sentimiento. No quería ver a su amigo a la cara.

- ¿Spreen? - volvió a llamarlo, con la mirada buscaba a su pequeño patito, tenía muchas ganas de abrazarlo y besarlo - ¿Dónde está Quackity? - miro decaídos tanto a Rubius como a Reborn que había ido como refuerzo - Spreen - volvió a hablarle está vez usando un tono de voz más alto, su corazón comenzó a latir desbocado, presintiendo lo que estaban a punto de decirle - Por favor... - de pronto la sensación de urgencia se apoderó de el.

El híbrido le extendió la cadenita, manchada con sangre. Sangre de Quackity - Perdóname... -

Shadoune guardo silencio largo rato, hasta que se animó a preguntar - ¿E-esta muerto? - tomo el collarsito, apretándolo en su mano.

Quemaduras en la pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora