Mondhotel [Loona| Artms| Loossemble]

II

-¿Porque hace tanto calor?-fue lo primero que dijo al despertar. 

Abrió los ojos y gimió al ver que toda la luz de la ventana iba a su cara. Se dio vuelta para refujiarse de la luz, pero eso mismo comenzó a quemar levemente su espalda desnuda. Giró un par de veces mientras movía las piernas e insultaba la vida. Seguía ebria. 

-¡Servicio a la habitación!-escuchó a una chica gritar. 

-¡No pedí nada!-gritó de vuelta, aun rabiando. 

-Te lo envía Yeojin-eso la detuvo. 

"¿Todo eso fue real?"

Se levantó de la cama, cayó, se levantó de nuevo ya que el hambre que tenia era insoportable. Caminó arrastrando sus pies y cuando agarró la manilla se detuvo. Estaba semi desnuda. Soltó un gruñido y fue a por una bata del closet. 

-Sabes..tengo mucho trabajo-escuchó decir a la chica-¿Vas a venir o no?- 

-Voy-murmulló.

Abrió la puerta y se encontró un carrito con una bandeja de una buena sopa para la resaca, dos botellas de agua y un poco de fruta. No pudo evitar sentirse bien por lo que miraba. Alzó la mirada para mirar a la trabajadora pero no se encontraba por ningún lado. Miró a los lados en busca de alguna persona pero el molesto diseño la volvió a marear por lo que agarró la bandeja y cerró la puerta. 

-¿Ni si quiera un gracias? odio la gente de hoy-escuchó a la chica susurrar mientras cerraba. 

Asustada volvió a abrir la puerta, esta vez ni siquiera se encontraba el carrito. "Es solo el alcohol" pensó mientras dejaba la comida sobre la mesa que tenia. Se sentó y se dedicó a disfrutar cada segundo con la comida. Si, hacia calor y la sopa le hacia aumentar la temperatura pero estaba jodidamente delicioso. 

Con la primera cucharada, soltó un fuerte gemido de satisfacción. Los vegetales frescos que le aportaban textura y vitalidad, los trozos tiernos de carne se derritan en su boca, liberando su jugoso sabor. Los fideos estaban en su estado perfecto, elevando la sopa a un nivel sublime.

Todo rastro de su ebriedad y resaca se fueron con el ultimo trago y su cuerpo se recuperó por completo cuando se tomó una de las botellas de agua. Para el ultimo agarró el pedazo de piña en almíbar que pareció endulzar hasta su vida. 

Se recostó en la silla, completamente llena ¿Cómo este antiguo lugar que parecía estar abandonado del mundo tenia la comida mas deliciosa que a probado? Con su corazón y ojos mucho menos triste que ayer, caminó a a la ducha para así comenzar su día. 

No tenia nada que hacer afuera ni dentro del hotel. Pensó en tal vez recorrer el lugar, conocer el hotel que parecía que seria su nuevo hogar o talvez se dedicaría a buscar a Yeojin por agradecerle por el desayuno que le envió. Se prometió a si misma ser buena con esa niña que seguro le faltaba mas de un tornillo. 

No recordaba mucho de la noche, por no beber por un año su tolerancia al alcohol ya no era como antes pero de todas formas el alcohol entraba como en sus mejores años de fiesta. Recordaba a Yeojin, a la misteriosa chica de al fondo pero no su nombre, no recordaba al barman ni la fiesta que se imaginó pero si lo que Yeojin le contaba. 

Al salir de la ducha se encontró con su cama perfectamente hecha y un conjunto de ropa muy bien estirada. Jungeun se lo quedó mirando un tiempo y se acercó para tocarlo, era de su estilo y parecía ser nuevo. Acaricio la ropa hasta que su mano llegó a una pequeña carta. 

"Querida Kim Jungeun, 

¡Bienvenida al Mondhotel! Es un placer tenerla aquí y queremos que en todo momento se sienta como en casa o talvez mucho mejor. En nombre de nuestro equipo, nos complace ser sus anfitriones durante su estadía y haremos todo lo posible para que su experiencia sea  completamente inolvidable ¡Deseará pasar toda su vida acá!