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1960

Jungeun estaba sentada en al sillón de la entrada de MondHotel. Miraba con atención a hacia la puerta. Había escuchado a escondidas un día a Heejin y a Haseul que cuando cumpliera a lo diez años iba a llegar una mariposa a ser su amiga. Hoy era su cumpleaños número diez. Hoy era el día que tanto deseo que llegara ¡Iba a tener una amiga! Se estaba comenzando a sentirse sola en MondHotel aunque tuviera fantasmas cuidándolas. 

Su madre se había ido del hotel el mismo día que se enteró de que su esposo se había suicidado. Quería estar lo más lejano del MondHotel y Heejin le prohibió llevarse a su hija. Jungeun apenas recordaba a su madre, le habían dicho que se había ido a un viaje de trabajo y cada vez preguntaba menos por ella, al mismo tiempo que dejó de preguntar por Jinsoul, su mejor amiga, que también apenas recordaba. 

Se levantó del sillón al ver a una mujer bien vestida junto a una niña. Iban de la mano y mostraban elegancia. Corrió hacia la recepción y se colocó al lado de Heejin. Estaba emocionada ¡Era una niña bonita! Se comenzó a preguntarse cuál era su nombre ¿Qué juguetes tendrá en esa maleta? Ya podía ver que tenía de peluche a un lobo ¿Cómo se llamará ese lobo? ¿Quién se lo había regalado? ¿Ella también tendrá un peluche así de grande? Quería un búho o tal vez un pez. 

—Una habitación para dos—dijo la madre de la niña. Era seria pero con un toque amable. 

—Llene con sus datos—Heejin le entregó el libro de registro y Jungeun fue para la llave que le tenían reservada para la ocasión, la 1103. Se lo entregó directamente a la niña para así generar una conversación, pero la niña la miró con miedo, retrocedió un paso y se ocultó detrás de su madre. Jungeun hizo un puchero. 

—No te preocupes, solo es tímida—le dijo la madre—Vamos Gowon, sé su amiga, nos quedaremos mucho tiempo acá. 

—Kim Jungeun—se presentó. 

—Park Chaewon—dijo aparentando con fuerza a su lobo y ocultando su cabeza en él. Como si fuese su gran protector. 

—¿Y tu lobo? 

—Olivia—susurró, avergonzada. Ya le habían molestado por llevar su peluche para todos lados. 

—Oh, es mujer, ¿Quieres ir a ver mis peluches? Tengo un gato, un conejo, una paloma y un venado—Gowon miró a su madre que conversaba con la recepcionista. Parecía tener un tema de conversación muy seria como para molestarla.

—¿Puedo llevarla a mi cuarto?—pregunto Jungeun antes que Gowon se negara. Las dos mayores la miraron—Es mi cumpleaños. 

—¿Cuál es el número?—preguntó la madre. 

—602, en el sexto piso.

—¿Y como son sus padres?—le preguntó a Heejin. 

—La cuidamos nosotras—susurró—sus padres no están hace cuatro años. 

La madre dudó. Miró a Jungeun que ta sostenía la mano de Gowon, lista para correr para cuando le dieran el permiso, su hija también estaba lista para correr. Soltó un largo suspiro y afirmó con la cabeza. No podía negarle una amistad a su hija cuando pareciera que se iban a dedicar a vivir ahí. Su esposo se había declarado en estado de quiebra y se había escapado. Ahora debían de sobrevivir en un simple hotel que le habían recomendado. 

Jungeun tiró del brazo de Gowon y ambas corrieron con una sonrisa hacia el ascensor. Jungeun apretó el botón de su piso y comenzó a contarle sobre las maravillas de MondHotel, le contaba como si se tratara de un ser pensante, costumbre que se le pegó de sus cuidadoras. Le contó que la temperatura del agua se adapta a la persona, que tiene todas las comidas del mundo, que le traía los mejores juguetes y que no juzgaba a ningún hospedante. 

Mondhotel [Loona| Artms| Loossemble]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora