Mondhotel [Loona| Artms| Loossemble]

7

1951

La guerra habia acabado. Japón se habia rendido y Corea habia resurgido. Las calles volvieron a pararse y en menos tiempo de lo pensado, volvieron a caer. MondHotel volvió a ser un refugio, ahora mucha gente sabia de su maravilla. La guerra comenzó con un desacuerdo con Corea del norte y China estaba enviando sin parar soldados a Corea del sur, en apoyo a Corea del norte. 

-¡Oye tu!- gritó un soldado, riendose de encontrarse con una mujer que claramente no era coreana, la ropa y el peinado la delataban-¡Devuelvete a tu pais! Madita china. 

La mujer no entendía lo que decían, pero las intenciones eran evidentes, y sabía que debía alejarse de allí lo más rápido posible. Ya habia visto antes que era lo que hacian los soldados con los extranjeros. Especialmente con los chinos. Dobló la calle y comenzó a correr antes que los hombres se le ocurriera hacer algo mas. 

-¡Oye! Cobarde-

Acveleró sus pasos, sintiendo la adrenalina dominar su cuerpo mientras escuchaba a los soldados gritandole y riendose. Las calles apenas era aptas mas correr, estaban llenos de escombros y habia calles cerradas por edificios caidos. 

Había escuchado de un lugar, un lugar en el centro de Seul. Mucha gente que lo buscaba le decian que era falso, pero aquel lugar era su ultima esperanza, la ultima esperanza de mucha gente. Habia escuchado que era un lugar donde parecia no haber guerra, llena de gente feliz y con trabajadoras que te tratan bien sin importar de donde venias. Tambien contaban que la comida era tan deliciosa que nada llegaba a saber bien al salir del lugar. 

No le importaba, ella solo queria sobrevivir.

Era una trabajadora militar, su madre y tambien lo era. Ambas viajaron para ayudar a cuidar a los soldados chinos. Cocinandoles, limpiando heridas, limpiando su ropa. Habia sido un verdadero infierno. Los mismos soldados habian matado a su madre y ella estaba escapando para no morir de la misma forma. 

Finalmente, se detuvo, jadeando, mientras miraba a su alrededor en busca de una vía de escape. Sudaba por el cansancio y por el miedo, sentia como los soldados se acercaban cada vez más. Miró a su alredor, se habia quedado al medio de lo que quedaba de una casa. Tan solo 3 paredes levantadas. 

Uno de los soldados rio y agarró su arma, pero un ruido ensordecedor llenó el aire antes que pudiera apuntarla. El cielo se iluminó con una luz brillante y deslumbrante, y el suelo tembló bajo sus pies. La mujer miró hacia arriba y vio aviones de combate sobrevolando la ciudad, dejando caer bombas sobre la zona. El terror de los soldados era mayor que el que tenía la mujer, el último pensamiento de los soldados fue pidiéndole piedad a dios, que los salvara y que los perdonara. 

El estallido de las explosiones sacudió a los ultimos edificios que quedaban, y el callejón donde se encontraba comenzó a llenarse de escombros y polvo. La fuerza de la explosión la lanzó contra una pared, dejándola apenas consciente y cubierta de escombros.

Escuchó a personas gritar, ella también lo hizo. Sintió el calor de la bomba mas cercana, que aun así era lejana. Sentía un dolor punzante en su abdomen y en su pierna. Pensó que iba a morir, si no lo hacía en el momento, lo haría pronto. Se encontraba sola bajo un pedazo de pared, no tenía esperanzas de sobrevivir. Abrió los ojos y con el dolor del polvo entrando a sus ojos, se encontró a lo lejos un edificio en perfecto estado, con detalles rojos. 

Eso la llenó de esperanzas. Solo esperaba que no estuviera alucinando. 

Soltó un grito al tratar moverse y cuando logró mover el pedazo de pared, no miró su cuerpo y se arrastró como pudo para llegar a esa lugar. Esta a dos cuadras y se negaba a morir antes de llegar. Pasó al lado de los cuerpos de los soldados que la amenazaron y los ignoró. Trató de levantarse y cojendo caminó con extrema lentitud hacia MondHotel. Le costaba mantener la vista en su objetivo, todo su mundo daba vueltas y le dificultaba respira. Sin poder mas, se arrodilló ante la falta respuesta y calló inconciente.