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Michael no volvió a intentar que tuviéramos sexo después de mi cumpleaños. Creía que si esperaba, algún día mis heridas sanarían, prometió que sería paciente. Si bien el Michael que hizo aquella promesa, lo dijo en serio y con el corazón en la mano. El Michael de futuro me habría mentido. Pero no nos adelantemos, para eso aún faltaba tiempo.

El segundo año se quedó atrás, Michael y Matt se graduaron y se mudaron juntos a un apartamento en Marina District a unos 10 minutos del campus. En aquellos días antes de iniciar el tercer año, ambos chicos nos aconsejaron que aprovecháramos las relaciones que ofrecían los profesores. Algunos de ellos, además de enseñar tenían un olfato nato para encontrar futuras promesas de su área. Cuando eso ocurría se acostumbraba ir a almorzar fuera de clases y debatir sobre algún tema o situación laboral. Si por alguna razón nos pasaba debíamos considerarnos afortunadas. En mi caso ese profesor sería Jacob Smith, ya llegaremos ahí, otra vez me estoy adelantando.

Pese a no vernos todos los días como antes, Mike y yo hicimos nuestro mejor esfuerzo por mantener viva nuestra relación, al menos tanto como se podía sin que el sexo estuviera de por medio. En algunas ocasiones cuando pasaba por mí en la noche para ir a cenar o en ciertos fines de semana donde paseábamos por la ciudad, lo sentía extraño. Nunca pregunté nada, debí hacerlo así que tengo algo de culpa por lo que ocurrió después. Si llegaba a estar de malas, lo atribuía al estrés de su nueva vida en lugar de aceptar que algo entre nosotros se estaba rompiendo. Debimos haber terminado en esos días, pero me había acostumbrado tanto a él y a su cariño, que me negaba a ver la verdad. Y él por alguna razón tampoco se animaba a dar el paso que mataría nuestra relación. Si alguno de los dos lo hubiera hecho, tal vez podríamos haber continuado siendo amigos, pero nos ganó el miedo a la incertidumbre.

Los días siguieron pasando, nuestra relación se deterioraba y yo me aferraba a ella como una loca. Deseaba con toda mi alma que pudiéramos recuperar lo que teníamos, el romance bonito de la universidad y solo se me ocurrió una forma de conseguirlo. Porque claro que sí, todas mis soluciones están basadas en la ficción de los libros y películas. Así que ideé un plan, le daría a Michael aquello que siempre había anhelado. El sexo salvaría nuestra relación, reviviríamos la llama enredados bajo las sábanas. El tiempo había hecho su parte curando las heridas y me sentía lista para volver a intentarlo, esta vez por amor.

Nuestro segundo aniversario estaba a la vuelta de la esquina, así que no se me ocurrió un mejor momento que esperar a ese día. Kim me acompañó a escoger lencería sexy, que según ella la mejor forma para que alguien se fijara en tu belleza interior tenía que ser chiquita y con encaje.

También compramos una cartera dentro de la cual puse una foto de ambos, donde nos veíamos felices y enamorados, quería que volviéramos a ser ese par otra vez. Por último una sorpresa adicional que hice con mis propias manos, con ayuda de post-its coloridos y un marcador. En cada papel escribí una razón por la que lo amaba, esperando que aquello le recordara que aún no era tarde, no cuando hay amor verdadero de por medio.

Matt me prestó sus llaves del apartamento, me sugirió que fuera pasando el medio día pero antes de las dos, porque Michael solía ir aveces a cambiarse para ir al gimnasio a la hora de la comida. Con suerte ese día podría ejercitarse conmigo debajo o encima.

El día especial llegó, me sentí valiente y me puse únicamente la ropa interior, no crean que estoy loca y salí en lencería a la calle. Me cubrí con una gabardina, convencida de que había visto a alguna actriz hacer eso alguna vez. Luego de asegurarme por teléfono que él tenía planeado vernos hasta la noche, me fui en taxi hasta Marina District, con el corazón acelerado y las mariposas comenzando a despegar el vuelo.

Llegué a mi destino cerca de las 12:15, subí las escaleras con paso tembloroso y manos sudorosas, convenciéndome de que estaba más emocionada que asustada por lo que ocurriría en las próximas horas.

El sabor de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora