Capítulo 12. Noster dies

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Wesley.

Wesley: Había amanecido, Joline aún no despertaba, posaba su cabeza sobre mi brazo dormía plácidamente, cuando comenzó a moverse noté que estaba sudando, al parecer estaba teniendo una pesadilla y decidí despertarla. Cariño, despierta, estás teniendo una pesadilla. —Joline abrió los ojos de golpe y, desconcertada me miró. ¿Estás bien?

Joline: Sí, sólo que tuve una pesadilla. —Sin más se levantó al baño, me pareció extraña su reacción, no quise hostigarla, me senté en la orilla de la cama a esperar que saliera del baño, vi que había lavado su rostro, me acerqué a ella y acaricié suavemente su mejilla, me sonrió, se puso de puntitas y me dio un beso en la frente.

Wesley: Ya vuelvo cariño. —Entré al baño lavé mi rostro y mis dientes, ya tenía un cepillo aquí en su baño, hace un par de días Joline me dijo que me había comprado uno nuevo y me pareció lindo de su parte, salí del baño y vi que estaba pensativa en la orilla de la cama sin notar que estaba observándola. ¿Estás bien, amor?

Joline: Si, si estoy bien disculpa. ¿Que haremos?, tengo hambre. —Cambió su semblante a uno más suave y me regaló una sonrisa.

Wesley: ¿Te parece si nos vamos a algún buffet a almorzar? De ahí me gustaría ir al campo a tomar algunas fotografías y tomarte algunas a ti, Joe me pidió ir a su departamento hoy pero le dije que pasaría el día contigo y me dijo que te llevara no tenía problema. ¿Esta bien?.

Joline: Si no tengo ningún problema cariño, entonces vamos. —Joline se terminó de cambiar y nos fuimos a almorzar y de ahí iríamos al campo, necesitaba despejar un momento mi mente del trabajo y tomar más fotografías parecía tonto pero cuando tomo fotografía por gusto me tranquiliza.

Joline.

Había tenido un sueño un poco extraño, en mi siesta pero no le presté atención, al día siguiente había tenido una pesadilla, no lograba ver el rostro de la persona pero estaba en un rincón oscuro llorando, me acercaba poco a poco y sin explicación alguna, me ponía a llorar a su lado, estábamos desconsolados abrazados no lograba ver su rostro, y cuando apenas lo iba a ver Wesley me despertó, estaba sudando, ese sueño me había desconcertado, decidí cambiar mi actitud ya que Wes parecía preocupado al ver mi rostro ido, hicimos un par de planes y la última parada sería con Joe.

Wesley: Bien cariño, ¿se te antoja algo en especial?.

Joline: Lo del buffet me parece buena idea. —Llegamos al restaurante y comenzamos a servirnos, cuando apenas íbamos a comenzar a comer el celular de Wes sonó.

Wesley: Disculpa cariño tengo que responder.

Joline: No hay problema adelante. —Ya era costumbre que aunque tuviera descanso le llamaran de la oficina a veces era molesto por qué ni comer tranquilos podíamos, vi que Wes regresó y esperaba que me dijera que iba a ir a la oficina.

Wesley: Era mi jefe, ocupa unos archivos y le dije que estaban en mi oficina, no planeo arruinar mi día de descanso contigo preciosa, así que le indiqué donde estaban. —Wes me regaló una sonrisa a la cual le respondí y comenzamos a comer, una vez terminamos y pagamos la cuenta nos fuimos al campo, el camino estaba verde y el aire fresco a pesar de que estaba soleado, recargue mi cabeza sobre la ventana disfrutando del aire fresco, cerré mis ojos y sentí como Wes detuvo el auto, abrí mis ojos y vi que se había orillado y se bajó, pensé que un neumático se había ponchado o algo, hasta que noté que solo se agachó a recoger algo, se subió de nuevo al auto y en sus manos tenía unas pequeñas flores blancas.

Wesley: Son para ti, pequeña.

Joline: Son hermosas cariño, gracias. —Le di un beso en la mejilla y acomodé las florecitas en mis piernas, volvió a arrancar el auto y después de un rato por fin llegamos al campo, estaba lleno de pasto algunas partes más altas que otras, árboles y un pequeño lago, Wes comenzó a tomar fotografías del paisaje y solo admiraba como disfrutaba al hacerlo, extendí una pequeña manta y coloqué un mini caballete y un lienzo, saqué mis pinturas y pinceles, el paisaje me inspiró a pintar algo de naturaleza, el canto de las aves, el ruido de las hojas de los árboles al moverse por el viento, el aire fresco y el olor a pasto... todo estaba siendo perfecto.

Amantes sunt AmentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora