Capítulo 28. Roto.

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Joline

—Desperté sobre los brazos de Joe, sentía tanta tranquilidad que no quería irme pero debía, tenía que ver a mis padres y lo que más odiaba era tener que dejar a Joe.

Joline: Buenos días. —Me encontraba frente a frente con él, le di un pequeño beso en su nariz y sin abrir sus ojos sólo me regaló una sonrisa.

Joseph: Buenos días preciosa, ¿Cómo amaneciste?

Joline: De maravilla, ¿Y tú?

Joseph: Quisiera despertar así cada mañana Jo. —No supe que responder, sólo le dediqué una sonrisa.

Joline: Me tengo que ir Joe, mis padres me esperan para desayunar.

Joseph: Y yo tengo un par de reuniones, no quiero irme de aquí.

Joline: Yo tampoco, pero andando, mañana te veré de nuevo y estos días, al menos hasta que llegue Wesley.

Joseph: Está bien, entonces andando. —Nos paramos de la cama, y nos dimos una ducha rápida, no evitamos volver a tener sexo, no demoramos mucho, salimos y nos pusimos nuestra ropa, Joe buscó una nueva y yo la que traía el día anterior, tomé mi bolso y estaba por salir.— Espera linda.

Joline: ¿Que pasa?

Joseph: Ven aquí. —Joe me tomó por la cintura y me dio un tierno beso.

Joline: Ten un lindo día. —Le di una caricia en su mejilla y me despedí de él.

—Salí de su departamento, tomé mi coche y emprendí camino, busqué mi celular y no lo encontraba, supuse que lo había olvidado en el departamento de Joe, así que decidí regresar, afortunadamente había un lugar cerca de su departamento y ahí me estacioné, entré al edificio y al llegar a su departamento vi a Joe, vi una imagen que deseé jamás haber visto, mi corazón se partió al verlo como tomaba de la cintura a Maeve mientras la besaba de manera desesperada, ambos se metieron a su departamento, una lágrima salió y la limpié inmediatamente, quise regresarme pero necesitaba mi celular, me armé de valor y caminé hacia su departamento y toqué el timbre.

Joseph: Jo, ¿Que haces aquí? —Joe se veía un poco nervioso.

Joline: Olvidé mi celular, ¿Puedo pasar por el?

Joseph: No te molestes, yo te lo traigo, espera aquí. —Y antes de meterse la voz de Maeve se escuchó.

Maeve: Ay, hola Jol, ¿Que te trae por aquí? —Dibujaba una sonrisa sínica, por su parte Joe sólo me veía esperando una reacción.

Joline: Olvidé mi celular, pero ya Joseph me lo traerá.

Maeve: ¿Que hace tu celular aquí?

Joline: No creo que te importe.

Joseph: Aquí tienes Jo. —Dice Joe en un tono bajo.

Joline: Gracias Joseph.

Joseph: Espera Jo.

Joline: Dime.

Joseph: ¿Puedo verte esta noche en el restaurante de siempre?

Joline: No, lo siento tengo muchas cosas que hacer, y si necesitas hablar ya tienes compañía, adiós. —Joe no dijo una palabra más y yo me retiré del lugar, sentía coraje, decepción, tristeza, ¿Cómo fue posible que tan fácil cayera?, Subí nuevamente a mi auto, lágrimas salieron inundando completamente mis ojos, puse mis manos sobre el volante y recargué mi cabeza en ellas, estoy siendo realmente egoísta mientras tengo a Wes y a Joe, cancelé el desayuno con mis padres, marqué a Mich, era la única persona en la que podía confiar, aceptó verme al escuchar el estado en el que me encontraba, fui a su casa enseguida y me recibió con un abrazo.

Mich: Jojo adelante.

Joline: Siento llegar así Mich.

Mich: Cuéntame, ¿Que pasó?

Joline: No sé por dónde comenzar...

Mich: ¿Terminaste con Wes?

Joline: Hice algo malo Mich. —Me quedé fijamente viendo el suelo, dejando que mis palabras salieran por si solas.

Mich: Me asustas Jojo.

Joline: Todo este tiempo me he estado viendo con Joe...

Mich: Eso lo sé, ¿Pero que tiene de... Mierda Joline, ¿Te estás acostando con Joseph?

Joline: Si, una cosa llevó a otra, se que no lo justifica pero me sentía sola, mi relación con Wes iba en decadencia, sentía que en cualquier momento iba a terminar, Joseph ha estado ahí todo este tiempo...

Mich: Carajo, Jojo lamento la situación en la que estás pero, ¿Por qué no hablaste y aclaraste las cosas con Wes?, Si no sientes nada más por él debiste terminarlo, Wes sufrirá, Joseph sufrirá y tú también.

Joline: Ya lo estoy pagando.

Mich: ¿Wes ya lo sabe?

Joline: No, pero regresó la ex de Joseph que resultó ser mi mejor amiga, fui al departamento de Joe y los vi besándose, se supone que no debíamos involucrar sentimientos pero estoy jodida Mich.

Mich: No te entiendo Jojo, está todo mal aquí, Wes no merece esto, Joe ni tú lo merecen, todo esto se salió de las manos, necesitas aclarar tus sentimientos y ver con quién te quedas, aunque lo mejor es que estés sola, no es sano esto.

Joline: Tengo miedo Mich, no quiero lastimar a nadie.

Mich: Lo sé, pero debiste pensarlo antes.

Joline: Todo sucedió demasiado rápido Mich.

Mich: Nada lo justifica cariño, ven aquí. —Mich me dio un abrazo, tenía razón, debía aclarar mis sentimientos y poner todo en orden, recibí una llamada y al verla era Joseph.— ¿No piensas responder?

Joline: Es Joseph.

Mich: Responde, y si es necesario verlo ve.

Joline: Tienes razón, no puedo huir de mis problemas, debo afrontar las consecuencias de lo que he hecho.

Mich: Aquí estaré para ti mi Jojo.

Joline: Gracias Mich, te quiero mucho.

Mich: Y yo a ti enana. —Le di un abrazo y le devolví la llamada a Joe.

Joseph: ¿Puedo verte?

Joline: Si, te veo en 20 minutos en el lugar de siempre. —No dejé que respondiera y le colgué.

Mich: ¿Tienen lugar especial?

Joline: En realidad es la cafetería a la que solíamos ir, no he dejado de tomar mi café ahí.

Mich: Deberíamos ir, yo invito.

Joline: Acepto, nos ponemos de acuerdo.

Mich: Perfecto. —Nos dimos un abrazo y me despedí de Mich, manejé directo a la cafetería, no demoré mucho en llegar, Joe ya se encontraba en una mesa, llevaba una gorra y un suéter negro con unos jeans, se veía realmente lindo, lastimosamente no podía sacar esa imagen de mi cabeza de él y Maeve besándose, me dirigí a la mesa, y en cuanto me vio se paró inmediatamente para ofrecerme una silla y sentarme, hoy dejaríamos todo claro, hoy definiríamos el juego que teníamos, tenía que terminar, sino todo se saldría de control y habrá más de un corazón roto, mi corazón latía a mil por hora, mis manos temblaban, quería llorar, suspiré y dirigí mi mirada hacia Joseph.

Amantes sunt AmentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora