Joline.
-Por fin habíamos llegado a Italia, algunas personas reconocían a Joe y se tomaban fotos con él en el aeropuerto, yo lo veía a lo lejos disfrutar su momento, al terminar me alcanzó y una camioneta nos esperaba ambos subimos mientras el chófer subía nuestro par de maletas, nos llevó a un hotel a las a fueras de la Ciudad, era más tranquilo el lugar, poca gente y más íntimo supongo que Joe así lo quiso pars evitar tantas fotografías.
Joseph: ¿Que te parece Italia?
Joline: Es hermoso, cada rincón, podría hacer mil pinturas aquí, lástima que no traje nada, no lo pensé.
Joseph: Ya habrá tiempo, ahora descansa, mi recámara conectará con la tuya, si necesitas algo puedes tocar, o si saldrás u ocupas algo puedes decírmelo, ¿De acuerdo?
Joline: Gracias Joe, me recostaré un poco.
Joseph: Haré lo mismo, el viaje me agotó.
-Joe tomó su maleta y se acomodó en su recámara, había cumplido su palabra de no interferir en mi decisión, me era complicado lidiar con esto pero tal vez sea lo mejor, me recosté intentando conciliar el sueño pero Joe pasaba por mi mente cada maldito segundo, sólo daba vueltas en mi cama imaginando que estaría a un lado mío sintiendo sus caricias, sus besos húmedos recorriendo cada rincón de mi cuerpo, no resistí un segundo más y toqué a su puerta.
Toqué un par de veces y no me abría, supuse que ya había dormido y deje de insistir, tal vez era una señal para evitar un encuentro del cual me pueda arrepentir después, me fui al baño a lavar un poco mi rostro pensando en tomar un baño y bajar un poco la calentura que sentía, y eso hice tomé un baño rápido me enredé en mi toalla y al salir del baño escuché mi puerta, al abrir era Joe, recién bañado y sin playera, gotas caían sobre su pecho y sus rizos húmedos mientras los intentaba secar con su toalla.
Joseph: Lo siento, escuché la puerta hace un momento pero me estaba bañando, ¿Necesitas algo?
Joline: N-no, no. -Intentaba formular las palabras y ordenarlas pero me distraía su aspecto recién bañado.
Joseph: ¿Estás segura?, ¿quieres cenar algo?
Joline: Carajo Joseph. -Me avalancé sobre él y comenzamos a besarnos, no se opuso y tomó mi cintura pegándome más a su cuerpo sobre su short sentía su miembro crecer, mi toalla se desprendió de mi cuerpo dejándome expuesta ante él, me dirigió hacia su cama y ambos caíamos sobre ella.
Joseph: Odio no poder resistirme a ti, a tus besos, tu cuerpo, tus caricias, tus ojos...
Joline: Odio no poder estar un segundo sin ti, sin tu cuerpo, sin que me hagas tuya, sin tus ojos...
Joseph: Permíteme estar contigo Joline...
Joline: Quiero que me hagas tuya como si esta fuera la última vez Joseph...
-Continuamos los besos hasta que Joe se retiró la única prenda que traía, ambos quedamos desnudos, Joe quedó sobre mí, besó mi mandíbula, bajó hasta mi cuello terminando en mis clavículas, esta vez se estaba comportando diferente, esta vez estaba siendo lento, cauteloso y cariñoso, podía sentir su respiración y cada caricia, no quería que esto terminara.
Joline: Te quiero sentir, quiero ser tuya Joe.
Joseph: Serás mía Jo, quiero que disfrutemos cada segundo que está pasando.
-No dijimos nada más, sentí como su miembro entraba en mí y lancé un leve gemido de alivio, entraba y salía de manera lenta pero lo disfrutaba como nunca, sentía su mano acariciar mi muslo y apretarlo levemente, continuamos besándonos de manera lenta, cada estocada era lenta, después aumentaba el ritmo y volvía a bajar, se sentía tan bien, conectamos miradas y ambos nos sonreímos, sabíamos que nos necesitábamos, sabíamos la manera en que ambos conectabamos, sabíamos que no podíamos estar el uno sin el otro.
Joseph: Hagamos de este momento nuestro, que nunca acabe.
Joline: Lo estamos haciendo Joe.
-Sentía mi orgasmo llegar y Joe lo pudo sentir, aumentó sus estocadas hasta que ambos nos corrimos, nuestros gemidos de liberación fueron al unisono y Joe cayó rendido a un lado mío, pasó un brazo debajo de mi cabeza y me atrajo hacia él, acarició suavemente mi espalda y yo disfrutaba de su aroma, decidí pasar uno de mis brazos por debajo del suyo y acariciar su espalda, suspiró tan profundamente que podía sentir cómo se dibujaba una sonrisa en su rostro, todo quedó en completo silencio, un silencio que nos relajó tanto al punto de quedar profundamente dormidos, abrazados uno del otro.
Joseph: Buenos días linda, es hora de despertar. -Escuché en un susurro la voz de Joseph, no pude evitar sonreír aún con los ojos cerrados.
Joline: Buenos días Joe, ¿Cómo amaneciste?
Joseph: Como nunca.
Joline: ¿Quieres ir a desayunar algo?
Joseph: Prefiero quedarme un rato más aquí contigo. -Me puso de espaldas hacia él en forma de "cucharita" y me abrazó con un agarre firme como si me fuera a escapar de su lado, sentía su respiración tan serena, y tranquila, por mi parte me sentía tranquila y con esa paz que sólo él me generaba.
Joline: No quiero que este viaje acabe Joe, no me quiero ir de aquí.
Joseph: Hagamos que no acabe, quédate aquí Jo, quédate conmigo por favor.
Joline: ¿Y Wes? -De nuevo ese silencio ensordecedor se apoderó, sabía que no debía mencionarlo pero quería respuestas quería saber cómo podríamos estar juntos sin que ninguno saliera lastimado.
Joseph: No lo sé linda, sólo se que quiero estar contigo y nadie más, quiero ser tuyo y que seas mía solamente, ¿Tú no?
Joline: Sólo pienso en Wes, y en mis padres. -Un nudo se formaba en mi garganta, no quería llorar pero el hecho de lastimar a quien me dio tanto amor y la decepción de mis padres me atormentaba más y más.
Joseph: No quiero pensar más en eso y seguirte lastimando o presionando hermosa, mejor vayamos a desayunar que más tarde iremos a la cita y veremos el museo donde expondras tus obras.
Joline: Está bien, gracias Joe jamás me cansaré de agradecerte este gesto y está oportunidad que me diste.
Joseph: Mereces mucho más de lo que crees o piensas, ahora arriba ponte más hermosa y vamos a buscar una cafetería cerca.
-Nos paramos de la cama, nos dimos un baño rápido y nos cambiamos para irnos a desayunar, íbamos entre risas, bromas y hablando sobre el futuro de la carrera de Joe, me sorprendía tanto el reconocimiento que se estaba ganando que se lo merecía por todo su esfuerzo y dedicación a la actuación, Joe a pesar del daño que ambos estamos haciendo es un gran ser humano, que merece ser feliz merece quien le pueda dar lo que tal vez yo nunca podré por miedo, me dedicaré a disfrutar estos días con él y esperar si algo más pasa que me dé el valor de dar el siguiente paso a terminar con Joe o elegir pasar mi vida a su lado.
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Amantes sunt Amentes
Hayran Kurgu-Me estaba muriendo por dentro al no saber cuál sería la respuesta de Joline, no quiero ver como se casa con ella, no sé de qué sería capaz de hacer el día de la boda. -Mi vida iba de maravilla hasta que te conocí. "En mi próxima vida espero llegar...