Capítulo 23. Gehenna.

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Joline.

—Hoy es el cumpleaños de Joe, y como se lo había prometido a Wesley la pasaría con él, me dio ideas y su comida favorita, me iba a dirigir al supermercado y comprar ingredientes para la cena y un postre, Joseph me dijo que no tenía planeado nada más que pasar el día conmigo si así yo lo deseaba.
Por otro lado mis pláticas con Wesley eran cada vez más nulas, me decía cuando hablábamos que tenía más trabajo del normal, me colgaba a veces despidiéndose de mí de manera cortante, en otras ocasiones ni si quiera me respondía las llamadas o mensajes hasta dos días después, pensaba que me estaba engañando, sería hipócrita de mi parte que me enojara si yo estaba haciendo lo mismo y con su mejor amigo, así que no le reproche nada y continúe mi aventura con Joe.

—Decidí hacerle una llamada a Joe e ir juntos a comprar lo de esta noche.

Joline: ¿Estás ocupado?

Joseph: No, ¿Pasa algo?

Joline: Vamos al supermercado para la cena de esta noche, ¿Te parece?

Joseph: Claro, pasaré por ti a las 7:00 p.m.

Joline: Perfecto, te veo a esa hora.
Colgamos y me metí a bañar, me puse un vestido corto negro con unos finos tirantes y encima un saco que me llegaba poco a bajo de las rodillas, hacía un poco de frío y eso me cubriría bien, se llegó la hora y Joseph ya me esperaba a fuera.

Joline: Hola, feliz cumpleaños. —Lo abracé antes de subir al auto, su cálido aliento chocó con mi cuello que hizo erizar mi piel, nos distanciamos del abrazo y después me abrió la puerta de su coche.

Joseph: Gracias linda, adelante.

Me dio paso y subimos nos fuimos al super, escogimos lo que ocuparemos para la cena, sentí mi celular vibrar y lo saqué, era Wesley.

Joline: Hola cariño, ¿Cómo estás? —Sentí la mirada de Joe puesta en mí pero decidí ignorarla y seguir hablando con Wes.

Wesley: Extrañandote como nunca, ¿Harás algo esta noche?

Joline: Si, invité a Joe a un restaurante a cenar y será todo lo que haremos. —No quise decirle que haríamos la cena en su casa juntos y ahí pasaríamos su cumpleaños, mi más grande error es no hablar con él, y estarle ocultando todo esto, no sé que tan conveniente sea que lo haga por teléfono.

Wesley: ¿Estás ahora con Joe?

Joline: Si, ¿Quieres hablar con él?

Wesley: Si, por favor cariño. —Le pasé mi teléfono a Joe y no supe de qué tanto hablaron, sólo puedo decir que Joseph no se sentía tan cómodo hablando con él, yo estaba influyendo en ese comportamiento, y me sentía culpable, Joe finalizó la llamada, se notaba serio, no quise preguntar y finalmente terminamos de llevar todo lo necesario y nos fuimos a su departamento.

Joseph: No puedo esperar hasta la cena, ven aquí. —Me tomó de la cintura me acercó a él y devoró mis labios nuestras lenguas hacían una guerra entre ellas, desabrochó el nudo de mi saco y descubrió mi diminuto vestido—. Carajo, te ves espectacular con este vestido, es una lástima que te lo arrancaré.

Joline: ¿Te pasa algo? —Lo notaba más ansioso de lo normal y así estuvo después de la llamada con Wes. ¿Que le habrá dicho?

Joseph: No, no me pasa nada, ahora guarda silencio preciosa. —Me volvió a besar dimos unos pasos hacia atrás cuando sentí la fría pared tocar mi espalda, con una mano subió mis manos por encima de mi cabeza y con la otra tomó mi cuello y lo apretó ligeramente, sentía mi centro humedecerse, soltó mis manos y bajó lentamente uno de mis tirantes y después el otro, dejó al descubierto mis pechos y comenzó a devorarlos como nunca, mis gemidos se hacían cada vez más audibles, sentía la respiración cálida y pesada de Joe cuando poco a poco subía y se hacía camino con su lengua hasta llegar mi cuello.— Eres mía, di que que eres mía. —Dijo con una voz profunda.

Amantes sunt AmentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora