Capítulo 9. Tu et ego

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Wesley.

Contenido que puede tener escena +18.

—Joline y yo ya habíamos tenido intimidad en repetidas ocasiones, pero quería que esta noche fuera especial para ambos, con mis manos rodeé su cintura por detrás, la pegué lo más que pude a mi cuerpo, mi dureza la podía sentir y escuché un leve suspiro de su parte, su cabello lo hice a un lado y con delicadeza besé su cuello, sentí como su piel se erizó, inhale su aroma, ha sido mi más grande vicio junto con sus besos, Joline apoyó su cabeza hacia atrás acomodándose sobre mi hombro, dejándose llevar por el momento, desabroché poco a poco su vestido y lo deje caer, se deslizó por su delicado cuerpo y quedó al descubierto la lencería que llevaba puesta, un encaje negro justo a su medida, no pude evitar excitarme más al verla con ella puesta, su liguero, pequeños detalles de encaje y en la parte de arriba llevaba unas transparencias que sólo a ella se le verían para caer rendido a sus pies, la volteé y quedamos frente a frente, nos besamos con pasión como si nuestras vidas fueran a depender de ello, la cargué y sus piernas quedaron rodeando mi cintura, sus brazos rodearon mi cuello, rose sus glúteos con mis manos y los apreté suavemente, lanzó un suave gemido que endulzó mis oídos, caminé con ella cargada hasta una pequeña mesa y ahí la acomodé, besé su cuello, su barbilla y baje hasta su clavícula, dejé pequeños besos Joline se recargo sobre sus manos dándome libre acceso a su cuerpo, con una mano tocó mi cabello acariciándolo, tomó mi rostro lo alzó y pude ver en su mirada lujuria, pasión y deseo, la volví a tomar entre mis brazos y la llevé directamente a la cama.

Joline: Te amo Wesley. —Era la primera vez que me lo decía, la adrenalina aumentó en mí al escucharla decirme esas palabras que anhelaba tanto, ninguno de los dos se atrevía a decirlo y esta noche fue testigo.

Wesley: Y yo te amo a ti mi pequeña. —Le sonreí y la recosté suavemente, continúe besándola, me deshice de su sostén y con delicadeza masajeé uno de sus pechos, el otro lo metí en mi boca y lo succione de igual manera con total delicadeza, en la habitación sólo se escuchaban los gemidos de Joline, desabrochó mi camisa y enseguida mi pantalón, la ayudé en quitarme los pantalones y el bóxer, mi erección ya era notoria, saqué un preservativo de mi saco y lo coloqué, Joline me observaba con una amplia sonrisa, y terminé de colocarlo.

Joline: Amo tantas cosas de ti Wes, me haces muy feliz. —Tomó de mi nuca y comenzó a besarme en un beso desesperado de querer más.

Wesley: Siempre será así, siempre te haré feliz. —Me incliné sobre ella, y con mis brazos apoyados a sus costados nos volvimos a besar, entré lentamente en ella, para que se acostumbrara al tamaño, una vez que pasó comencé a darle estocadas que iban en aumento, sólo escuchaba como ella me pedía más y más, se convertía en otra cada vez que nos encontrábamos haciendo el amor, y eso me volvía completamente loco, con sus piernas rodeó mi cintura y me pedía que le diera más y eso haría, no quería ser tan rudo con ella, no quería lastimarla, así que en momentos bajaba la intensidad de mis estocadas, después me pidió cambiar  de posición, ella estuvo arriba de mí, me mataba esa posición sería ahora mismo su esclavo si eso me pedía ser para ella, veía como saltaba sobre mí gimiendo mi nombre y sus pechos rebotar era una completa diosa haciéndolo, tomé su cintura y aumenté la velocidad, sus gemidos eran musica para mis oídos.
Cuando noté su cansancio la volví a recostar, estimule un poco su clítoris con mi pulgar mientras le daba estocadas más fuertes, sentí como sus paredes se contraían y no tardaba en venirme, sentí como acabó y enseguida yo lo hice, caí rendido a su costado me puse de lado para observarla, se veía cansada y gotas de sudor adornaban su pecho, retiré el preservativo, me pare y lo tiré en un contenedor, después fui a buscar un par de toallas para darnos un baño, terminamos de darnos bañarnos y nos fuimos a acostar nuevamente.

Joline: Gracias por esta noche amor, eres lo más lindo que me pasó, el haberte hablado a ti aquel día en la universidad fue como si la vida te hubiera puesto ahí a propósito. —Joline acarició suavemente mi mejilla y depositó un suave beso en mis labios.

Wesley: Mereces más y me encargaré de dártelo cariño, ahora ven aquí vamos a dormir, mañana será un día ocupado, tendré que hacerle una grabación a Joe aún no me ha dicho para que y tengo unos pendientes de unas fotografías. —Nos puse la sábana y la recosté en mi pecho, la abracé, acaricié suavemente su espalda hasta que ambos nos quedamos profundamente dormidos, al día siguiente había pedido servicio a la habitación para sorprender a Joline con el desayuno en cama, llegó y Joline no tardó mucho en despertar.

Joline: Buenos días amor, ¿Que es esto? —Dijo algo somnolienta, dibujó una sonrisa al ver su comida favorita para el desayuno, un par de crepas con fresas, chocolate y un café.

Wesley: El desayuno de mi princesa, toma. —Tomé un trozo de crepa con un tenedor y lo llevé a su boca después tomé una fresa y se la di de igual manera en su boca, veía su rostro como disfrutaba cada bocado y yo disfrutaba verla a ella.

Joline: Gracias cariño, eres el mejor, me encantas. —Se abalanzó sobre mí y comenzó a llenarme de besos besos que ya sabía a dónde iban, aún era temprano y teníamos tiempo de volver a hacerlo, le quité mi camisa, comencé besar todo su cuerpo y disfrutar cada centímetro de ella, sin perder tiempo saqué un preservativo que tenía en la mesa de noche y volví a entrar en ella, se sentía tan bien su cuerpo se volvió mi perdición, sus caricias por todo mi cuerpo me hacían perder la cabeza, la había vuelto a hacer mía.

Te amo Joline, te amo y daré todo de mí para que siempre estés conmigo, daré todo de mí para siempre verte feliz mi pequeña.

Amantes sunt AmentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora