Seductor

586 61 0
                                        

-Tu madre era infértil, así que le ofrecí darle la oportunidad de crear vida.

-¿A cambio de su vida?

-Exacto, pero rompió el trato, tuvo un hijo más y siguió sin pagarme, después solo desapareció sin dejar rastro.

-Que... ¿Que eres?

-Soy un demonio, el demonio de la lujuria.

-¡Ay... Mierda! -lo mira de pies a cabeza- tú... -baja la mirada- mamá que hiciste....

-Y déjame decirte un secretito, para volverla fértil tuvo que estar de por medio mi semilla -extiende la mano como si lo señalará-.

-¿Que? ¿Tu eres mi...? Pero... eso me convertiría a mi en...

-En efecto, eres mitad demonio, por esa razón nunca te deje solo, Anya es una de mis demonios, siempre te vigilo.

-Siempre fue como una madre para mí. Entonces... soy... un demonio, emmm ¿Que tendría de diferente? Soy una persona normal, no sé si me estás mintiendo o si fume una muy buena droga.

—Para la edad que tienes aún serías considerado un bebé, eso es lo principal. Al ser mi hijo eres un demonio... especial.

Se cruza de brazos —He tenido suficientes libros de mitologia como para saber dónde acabará esto.

—Eres un incubo, demonio que se alimenta de sexo, de nada.

—¿Cómo? No estoy para nada agradecido, primero: soy virgen, segundo: no tengo deseos sexuales, si, soy adolescente pero no soy un pervertido.

—Eso dices ahora. Cómo sea, vivieras mucho tiempo, te dará tiempo para pensar.

—¿Mucho tiempo? Oye, tengo un hermano, quisiera pasar ese tiempo junto a él.

—Él morirá, su vida no será ni la cuarta parte de la que tú tendrás.

Aprieta los puños —Regresame a mi casa.

—¿Irás luciendo así?

—¿Eh?

Sus uñas estaban más largas y afiladas de lo que se le permitía, miro su sombra notando formas que antes no tenía como unos cuernos que se vio obligado a tocar para saber si lo eran de mentira, pero eran totalmente auténticas al igual que la cola que terminaba en una punta con forma de corazón, a demás de sus ojos totalmente negros, pero no tenía dónde verlos por ahora.

—¿Esto es una broma? ¡Devuélveme a la normalidad!

—Eso ya no es cosa mía, es tu naturaleza, lidia con ello.

Un humo rodeo a Toni y de un segundo a otro se encontraba en un lugar totalmente desconocido con carteles en idiomas que no había aprendido. Tenía mucho miedo y no sabía que hacer, estaba solo y sin comprender del todo aquella metamorfosis.

—Carlo...

//MUCHOS AÑOS DESPUÉS//

Había un Toni tranquilo tocando una guitarra, si, una guitarra, se sentía tranquilo pese a la situación en la que se encontraba, por lo menos ya no estaba en una jaula de oro, pero... ahora tenía otros problemas.

—Suena bastante bien -dijo alguien acercándose a su lado depositando un billete en el pequeño bote de duraznos en almíbar con la etiqueta a medio quitar-.

—Gracias.... bonita cresta.

Frente a él estaba un chico de cresta roja y ojos de colores diferentes, era extravagante pero parecía ser su víctima perfecta.

—G~gracias -dijo con un pequeño sonrojo-.

¡Bingo!

—M~me llamo Horacio -volvio a hablar- ¿Cómo te llamas?

—Toni, un gusto.

—Yo... emmm... ¿Te gustaría dar una vuelta?

Ríe —¿Que insinuas?

—Es que eres guapísimo y la verdad es que quiero pasar la noche contigo.

—Me gusta tu honestidad. Déjame tocar una última canción.

—Hecho.

Comienza a tocar una melodía —Dile ya, a tus papás, que no vas a regresar
Te vas con un loco que...

De pronto se escucho un pequeño ruido que sorprendió a ambos, pero enfureció al rubio.

—¡Mierda! Ahora tengo que comprar cuerdas nuevas.

Pero al ver sus uñas se dió cuenta de porque pasó aquello, su disfraz estaba perdiendo efecto. Sus uñas estaban demaciado largas y comenzaban a tornarse negras, eso era malo.

—Oye... eso en tu frente es un... ¿moretón?

Esa pregunta lo asustó aún más, rápidamente se puso el gorro del suéter y se levantó tomando el bote de propinas, lo único que atino fue a darle al chico un papelito con su número.

—Ahora no se podrá, pero llámame y saldremos. Adiós Horacio.

Se alejo rápidamente hasta un callejón donde recargo sus manos en la pared intentando aguantar el dolor de su espalda al salir dos alas negras parecidas a las de un murciélago.

—Se me acabó el tiempo -se deja caer al piso- ¿Ahora que hago? -mira la hora en su celular- apenas son las cuatro.

—Buen disfraz.

Miro a un sujeto de cabello plateado y alto, se le notaba un acento ruso, estaba tranquilo ya que el contrario pensaba que estaba disfrazado... es verdad, a unas cuantas calles había una convención de anime y videojuegos.

—¿Te gusta? No es perfecto, creo que le faltaron detalles.

—Se ve bastante bien, le queda perfecto.

Habla con demaciada propiedad, talvez sea más difícil seducirlo de lo que pensé, en ese caso... tendré que... no... no puedo hacerlo.

—Gracias, pero ya debo irme.

—Espere, deje tomarme una foto con usted.

—¿Ah? C~claro...

Se poso a su lado y al ver que la foto fue tomada se aparto, enserio que ese chico se veía fascinado, normalmente cuando lo veían así solo ocurrian dos cosas: se aterran o se lo quieren follar.

—P~puedo acompañarlo hasta su vivienda, hay personas que son irrespetuosas y no querría que pasará una mala tarde por pervertidos.

Se queda en shock —Emm bueno... ¿Y como se que tu no eres un pervertido?

—No diga eso por favor -se sonroja- no soy ese tipo de persona.

Sonríe —De acuerdo. No vivo muy lejos de aquí.

Ambos caminaron juntos intentando no llamar tanto la atención para que amantes del cosplay no le pidieran fotos al rubio. Siendo sinceros esa era la primera vez que Toni se sentía bien teniendo aquella apariencia, siempre la repudiaba pero... ahora no se sentía tan mal con ella.

—Me presento, soy Viktor Volkov ¿Y usted?

—Toni, solo Toni.

—Usted es agradable, normalmente no disfruto de pasar tiempo con nadie, pero por extraño que parezca con usted es una excepción.

—Nadie me había dicho algo así -se detiene frente a su puerta notandose deprimido- es aquí. Gracias por acompañarme. Adiós.

Le dió un pequeño beso en la mejilla y entro a su casa dejando sorprendido a Viktor, quien solo se tocó la mejilla y sonrió antes de irse, no sin antes memorizar el número de la casa.

Festín [Tonibowl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora