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—¿Soberbia? -hablo Gustabo- ¿Mi padre? T~tu... ¿Tú sabías que estaba aquí? ¿Y no me dijiste?

—Gustabo, no es buen momento -defendio Horacio- Toni no está bien.

—¿Porque no esta bien? ¿Porque se enamoro de mi padre? -empieza a reprochar- ser el hijo de la Lujuria no te da derecho a revolcarte con todos ¿Porque con él? Estabas en contra de ellos por maldecirnos con estás hablidades y ahora ¿Te vas con él a follar?

—No quería que pasara -responde Toni por fin- iba a decirte que él estaba más cerca de lo que pensabas pero... no podía, no tuve el valor de decirte quien era el monstruo de tu padre y... me dijo que prefería no saber... quien... quien eras...

Desvía la mirada —Pues yo tampoco quiero saber quién es él, no hizo falta nunca -aprieta los dientes- no vale la pena.

—Perdona.

—¿Que más debería saber?

—Tu hermano gemelo...

—¿Dónde está? -lo toma de los hombros- Toni ¿Dónde está él? ¡Dímelo!

—Le prometí que no diría nada, ni siquiera debería decirte que lo conozco.

—Al menos dime qué está bien.

Asiente —Esta a salvó.

—¿Contigo? Ya no estoy tan seguro.

—¡Gustabo! -reclamo Horacio-.

Toni se encerró en su habitación, el de cresta intento seguirlo pero la puerta estaba con seguro, así que solo podía golpearla intentando hablar con el italiano, pero este parecía no querer escuchar.

Miro a todos lados hasta dar con el espejo que tenía, se paró frente a él y mirando su reflejo trago saliva.

—No vas a enamorarte nunca más, nunca, nunca, nun... ¿Porque estoy llorando?

Toni no sabía que hacía frente al espejo, aún peor, no sabía porque estaba llorando, solo limpio sus lágrimas extrañado, la puerta fue abierta bruscamente entrando un Horacio con sus garras fuera, había roto la puerta, lastima que no pudo detenerlo.

—Perdon Toni... debí ser más rápido -se limpia las lágrimas-.

—¿Porque lloras? -va a su lado y lo toma de las mejillas- ¿Sucedió algo malo?

—Tus ojos ya no brillan cuando me vez... -dice desilucionado-.

—¿Eso es malo?

—Si... -retrocede- ¿Porque lo hiciste?

—¿Hacer que? -lo mira confundido-.

—¿Porque usaste la Gula contra ti mismo?

—¿Lo hice? No lo creo -ríe- deja de llorar, anda, me da tristeza verte así.

Se limpia las lágrimas —Tienes derecho a amar a quien tu quieras, sin importar lo que digan los demás, y... si te gusta "divertirte" con... demonios y Mandamientos, pues hazlo sin importar que piensen los demás. No deberia importarte -da media vuelta y sale del cuarto- en realidad -lo mira de reojo- yo te amo... y nada ni nadie me hará creer lo contrario.

Horacio dejo solo a Toni y fue hasta Gustabo dándole un fuerte puñetazo en la cara derrivandolo, se sentó en su pecho y siguió golpeándolo desquitandose, el castaño intento detenerlo pero era difícil, pero dejo de intentar cuando sintió las lágrimas de su amigo caer en sus mejillas.

—¡Por tu culpa él...! -baja el ritmo hasta dejar de golpearlo- ya no me ama.

—¿Y que con eso? Horacio, él es el hijo de la Lujuria ¿Enserio crees que serías correspondido?

—Para empezar -lo mira con odió- si en lugar de Soberbia, hubiera dicho Gula, a mí me hubiera dado igual ¿A mí que me importa mi padre? Si no a estado en ningún momento de mi maldita existencia. En segunda, que sea hijo de la Lujuria no significa que no tenga sentimientos ¿Crees que no se siente como una mierda? ¿No crees que en algún momento pudo amar pero solo lo usaban como a un juguete? -se levanta- y ahora ya no siente nada, porque... piensa que no lo merece, porque así lo hiciste sentir.

Desvía la mirada —Lo siento.

—¿Y porque te disculpas conmigo? Fue a él a quien dañaste -se va dejándolo solo-.

Gustabo fue a la habitación de Toni pero no lo encontró, no estaba por ningún lado. El italiano apareció en la cabaña de Mathias, este al verlo sonrió pero su sonrisa se borró casi de inmediato, se paró frente a él para analizarlo.

—¿Estás bien? Te vez... vacío, como... sin alma, y yo mejor que nadie se que es no tener eso, yo me llevo el alma de las personas por trivialidades.

—Si, lo entiendo, cosas de Charro Negro.

—Me negué a portar ese apodo, no soy mexicano y eso sería apropiación cultural -niega con la cabeza de solo pensar en ello-. Cómo sea ¿Que te paso?

Baja la mirada —No estoy seguro, lo último que recuerdo es estar frente al espejo.

—Te... tú... ¿Que pudo pasar para que hicieras algo contra ti mismo? Tienes que recuperar lo que te hacía querer vivir, un deseo, lastima que yo no puedo utilizar mi habilidad contigo, no puedo devolver tu alma, la Gula ayudaría mucho, pero los pecados no tienen efecto sobre tí. Tendrías que hacerlo tu mismo, mirándote al espejo.

—Pero no se que es lo que me falta, solo sentí que debía venir contigo.

—Talvez me tienes la suficiente confianza.

—O talvez solo quiero algo de ti -sonrie- deberías dármelo -lo abraza del cuello-.

—No voy a tocarte mientras estés en ese estado, algo no va bien.

Frunce el seño —Solo folla conmigo.

—N~no, no hagas eso...

—Lo deseas, hazme tuyo.

—Toni...

Mathias intento no seguir esas órdenes, tenía mucha resistencia mental y lo desconocía. Con todas sus fuerzas llamo a su padre "Avaricia", de un segundo a otro aquel pecado capital hizo presencia estando por fin frente a Toni Gambino, al verlo con su hijo le provocó una gran furia, peor aún, sentía un gran problema en el alma de ese "demonio menor", eso lo volvía peligroso e inestable.

—Mathias, detrás de mi -dijo Freddy para proteger a su hijo-.

—Matt, no te vayas de mi lado -ordeno Toni-.

El chico salió corriendo de la cabaña, no podía más, su cabeza dolía, debía seguir las órdenes pero ignorarlas lo estaba dañando mentalmente.

—Asi que tú eres el hijo de Lujuria -frunce el seño- un italiano riquillo. No me gusta tu presencia, eres inestable.

Sonríe —Me gusta escuchar eso. Ahora, arrodíllate ante mi.

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¿Que pasará entre Toni y Freddy?

¿Mathias estará bien?

¿Toni volverá a como era antes?

Festín [Tonibowl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora