Capítulo 5

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Halia

Lo necesitaba con desesperación. Tenía la respiración acelerada y un fuerte dolor entre las piernas ¿Era posible sentir miles de sensaciones al mismo tiempo? Al parecer sí porque eso era lo que Darem causaba en mí.

Algo me decía que debía confiar en él, que él nunca me haría daño. Y hasta ahora no ha hecho nada como para demostrar lo contrario.

Levanta su mano, deslizándola hasta mi sexo. Lo ahueca, sacándome un gemido, deslizando mis bragas a un costado. Mi respiración se detiene cuando mueve dos dedos entre mis pliegues y mi clítoris, me acaricia con rápidos golpes. Cubro mi boca con mi mano para callar mis gemidos.

-Déjame escucharte. -me susurra en el oído, aumentando la velocidad- Quiero saber que tanto te gusta tener mis dedos entre tú sexo. Estas tan mojada que fácilmente recibirías mi polla. Estaría llenándote día y noche, tan jodidamente fuerte para una virgen.

Sus palabras hacen que mi placer aumente. Su posesividad no desaparece y me encanta. Usa su otra mano para mover mi mano de mi boca y llevarlo a mis pechos. Están sensibles, los ahueca en su mano haciendo círculos sobre mi pezón.

-Darem, estoy tan cerca. No te detengas. -cierro mis ojos, recostándome sobre su pecho.

-Esto aún no acaba, nena. -finaliza, con un gemido de mi parte.

El orgasmo me golpea fuertemente y lo siento por todas partes, ya no siento mis piernas. Darem me sujeta más contra él, sosteniéndome me deja un beso en la sien.

Antes de poder hablar me levanta llevándome por un corto pasillo. Abre una puerta y se puede ver una cama con la poca luz que entra. Me coloca al centro de ella dejándome un beso en los labios y se coloca entre mis piernas.

-Mientras tú te retuerces de placer, yo estaré comiendo mi postre; y amor, yo amo el postre. -me guiña un ojo antes de dejar caer su boca sobre mi clítoris.

- ¡Darem! -grito su nombre una y otra vez. El placer me invade de nuevo, sin importar que acabo de tener el mejor orgasmo que he tenido, gimo tanto que no me importa si sus vecinos nos están oyendo.

Sostiene mis caderas acercándome más hacia él. Agarró su cabello con mi mano para que permanezca ahí. Mi espalda comienza a arquearse por la infinidad de sensaciones que me causa. Estoy a punto de llegar y se lo hago saber, hunde sus dedos en mi coño, frotando mi clítoris y aplasta su lengua contra mí una y otra vez.

Mi segundo orgasmo llega fuertemente, haciéndome gritar su nombre. Mi cuerpo tiembla y no puedo concentrarme en nada más. Él sigue comiéndome, tomando toda la humedad que sale de mí. Mis ojos pesan y lo siento subirse encima mío, dejándome un beso tierno en los labios. Se acuesta al lado mío abrazándome, acaricia mi cabello dulcemente antes de quedarme dormida.

[...]

Despierto entre los brazos de Darem. Me fijo en el reloj de la cómoda y son las siete de la mañana. Él sigue sujetándome fuertemente. Durante la noche gruñía cada vez que trataba de salir de la cama e ir al baño. Recuerdo la noche de ayer y siento mis mejillas sonrojarse. Una sonrisa cálida aparece en mi rostro, una tranquilidad me inunda, sin preocupaciones me acurruco más en su pecho, viéndolo aún dormir.

Duerme tranquilamente. Quisiera quedarme todo el día con él, pero sé que me tengo que ir. Las clases empiezan en una hora y si me apresuro podré llegar a casa a bañarme y vestirme.

Sujeto las manos de Darem, tratando de aflojar su agarre, pero solo lo intensifica. En el tercer intento lo consigo. Él sigue profundamente dormido, pero aun entre sueños me busca y termina abrazando una de sus almohadas. Agarrando mis cosas, dejo un beso en sus labios, antes de salir en puntillas de la habitación. Bajo por el ascensor, tomando el primer taxi que veo en las calles.

El viaje no dura mucho y ya estoy abriendo la puerta del departamento cuando me encuentro con las chicas preparando el desayuno. Me dedican una sonrisa burlesca, no he podido hablar mucho con ellas de Darem y sé que quieren todos los detalles.

- ¿Qué tan grande la tiene? -pregunta Thea, arqueando una ceja.

Me sonrojo pensando en el bulto que sentí anoche, sé que me partiría a la mitad si entrara en mí. Mi reacción debió darles una pista porque comienzan a reírse y decirme lo afortunada que soy. Pues la verdad es que si los soy.

-No hicimos nada. -ambas me miran con incredulidad- Nada que implique que haya perdido mi flor.

-Virginidad, eso se llama virginidad. -Tamara se ríe, haciendo que me sonroje de nuevo- Te sonrojas por eso, sabiendo que de seguro han hecho más que hablar.

No le respondo y me dirijo a mi habitación a tomar una ducha rápida. Me preparo rápidamente, poniéndome un vestido floreado amarillo. Finalizó sujetándome los botines, saliendo al comedor.

- ¡Por dios! -Tamara me habla dejando caer su cuchara en su plato- ¿En serio no nos lo dirás? Sin ofender, pero esto es lo más cerca que has estado de un chico y la intriga nos mata.

Thea sigue comiendo, atenta a la conversación. Yo me sirvo una ración de huevos revueltos, tomando asiento frente a ellas. Me miran con expectación a ver si hablo. Les tengo demasiada confianza a ambas como para decirles, pero no quería dar detalles sobre cómo me dieron dos intensos orgasmos anoche.

-Nos lo debes. –Thea me apunto con su tenedor-Estuvimos como locas buscándote cuando no apareciste, luego escuchamos rumores sobre que el chico problemático de la escuela defendió a la chica nueva y se la llevó. Un maldito cliché a mi parecer.

-Un chico estaba molestándome, cuando le dije que no me iría con él comenzó a insistir y me sujeto fuertemente de la muñeca, -les enseño el moretón que dejó y ambas lucen furiosas- Darem llegó a defenderme y dejando en claro que sí se metían conmigo, se las verían con él.

-Si yo hubiera estado ahí no hubieras necesitado a Darem para dejar en el piso a ese idiota. -habla Thea con enfado.

- ¿Tu quisiste irte con él? -Pregunta Tamara, tal vez para saber si tuve opción a la hora de elegir.

Thea sigue comiendo con el ceño fruncido, no le gusta esta situación en la que se aprovechan de las personas. Tamara luce preocupada de que me hayan llevado a la fuerza, pero mi mente solo viaja a Darem una y otra vez, sintiendo como mi cuerpo se calienta por el recuerdo de ayer y la húmeda entre mis piernas hará que me cambié de bragas antes de siquiera haber empezado el día.

-Sí, no me arrepiento de nada. Después de tantos años al fin tengo paz, tranquilidad y me siento completa.

Ambas me miran más tiempo de lo normal.

-Te queremos, lo sabes. Cómo tus amigas estamos en la obligación de decirte esto, así que lo haremos...

Tamara cruza los dedos por delante suyo, prosiguiendo:

-No te enamores de él.

-No aún sin conocerlo del todo. - Thea finaliza mirando su reloj, avisándonos que se nos hará tarde. Levantamos nuestros platos, dejándolos en el lavabo. Tomamos nuestras cosas, saliendo por el pasillo al ascensor.

Repito sus palabras en mi cabeza una y otra vez. No conocen a Darem y las entiendo, he podido escuchar algunas cosas que dicen de él en los pasillos de la escuela, pero él me ha demostrado otra parte que nadie conoce. Sé que soy importante para él, la manera en la que no le gustaba que me despegara de él mientras dormíamos y las cosas que me decía. Sé que lo soy.

My music writerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora