Problemas en el paraíso

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Elvis

Día sábado por la tarde

Por petición de la pequeña, Alana, van a casa de sus padres a visitarlos, una propuesta que no le ha gustado mucho a Pilar, ha estado algo molesta con Elvis porque le quitó la tarjeta ilimitada. Con todo lo que ha estado pasando este último año, no se limita en cuanto a gastos, si sigue gastando de esta misma forma quedaran en bancarrota en un abrir y cerrar de ojos.

Al llegar a casa, de sus padres los recibe con un dulce de chocolate, el cual Pilar rechaza ya que dice que está a dieta y ese dulce tiene muchas calorías. Es algo que le enfurece a Elvis, no le gusta que le haga desplantes a las personas por estupideces como esas.

Cuando se calman un poco los ánimos, Gregori le pide un momento para conversar con Elvis y se van al otro lado del jardín para tener un poco más de privacidad.

—¿Qué pasó ahora Papa? —se sienta en una de las tumbonas viendo a su hija correr por el jardín con su abuela.

—Quiero que sepas algo antes de que te enteres el lunes en la reunión, Steven regresa hoy de París, dependiendo del informe que nos presente él recibirá a cambio el puesto de director Ejecutivo de la empresa —le suelta sentándose al lado de su hijo, viéndolo con cautela.

—Eso es imposible, él no puede ocupar dicho puesto, se supone que me pertenece a mí, por ser tu hijo —pierde el control, la voz se eleva y se pone de pie caminando de un lado a otro.

—Tu forma de manejar a tu mujer, deja mucho que desear... Comprende algo Elvis, si no eres capaz de dirigir una familia, mantener una economía estable en tu hogar y sacarla adelante con éxito ¿Cómo podrás hacerlo con la empresa? —lo observa, manteniéndose imperturbable.

—No es justo, mi vida personal no tiene por qué interferir con mi vida laboral ¡Es una estupidez! —se detuvo frente a él refutando su argumento.

—Baja la voz que no estás en tu casa —le ordena— Te lo advertí incontables veces Elvis de que dejaras de comportarte de forma inmadura y empezarás a pensar con la cabeza y no con lo que tienes entre tus piernas, pero no hiciste caso, estas son las consecuencias.

—Muy bien, sí así van a ser las cosas no me quedará de otra que sacar mis cartas —respira profundo para contenerse de hacer una locura— iré el lunes a presentar mi renuncia formalmente e ir por mis cosas.

—A ti te gusta hacer de tu vida un saco, sólo te concentras en ti, en tus beneficios, en lo que puedas sacar de ello sin importarte a quienes lastima en el camino, te recuerdo que ya no estás solo, tienes una hija a la que le afectará tus malas decisiones, no pienses por ti, piensa por ella y en su futuro.

Gregori se levanta y camina hacia su hijo, señala a la pequeña que los ve desde donde está.

—¿Pensaste acaso en mí cuando tomaste tus malas decisiones? me robaste de crecer con mi verdadera madre, tuve que tolerar muchísimas cosas de esa mujer que fue tu esposa... No tienes moral para decirme esas cosas —niega indignado, no puede creer que tenga esta discusión.

—Porque cometí esos errores es que te lo digo, fui un ser egoísta que sólo pensaba en sus ingresos y no en tu bienestar, por eso te pido que no hagas lo mismo y pienses las cosas mejor —coloca su mano en el hombro de su hijo sintiendo caer todo el peso del mal ejemplo que le dio.

Sus ojos dejan ver arrepentimiento y tristeza, que para Elvis no pasa desapercibido.

—Chicos, vengan, el helado se va a derretir.

Escuchan que los llama Clara, la madre de Elvis, desde la mesa donde se encuentra la pequeña Alana devorando su helado de chocolate.

Por insistencia de Clara, se quedan a cenar con ellos, Pilar al principio protestó ya que Elvis le había prometido que la llevaría a un restaurante que esa semana abrió las puertas y las críticas han sido muy buenas, pero con una breve mirada, hace que se calle y acepté la decisión que ha tomado.

Para cuando Elvis decide que es momento de regresar al apartamento, la niña se ha quedado dormida, así que sosteniéndola en sus brazos con mucho cuidado la deja en su asiento para niños, se despide de sus padres y se alejan de la casa en completo silencio.

Apenas cruzan la puerta principal del apartamento, Pilar estalla en una discusión. Elvis la ignora subiendo las escaleras, lo sigue sin dejar de reprocharle, lo que para ella fue una falta de respeto a su persona.

Lleva a la niña hasta su habitación y con mucho cuidado la deja en la cama, le quita los zapatos y sus colitas del cabello, la arropa y sale con cuidado de la habitación para no despertarla.

—Me lo prometiste Elvis, habíamos quedado en tener una cena en el restaurante nuevo sólo nosotros dos, me arruinaste la noche —escucha la parte final de su reclamo.

Está tan cansado que lo menos que quiere es discutir, pero es lo único que Pilar quiere en este momento.

—Deja de ser tan egoísta, deja de pensar sólo en ti, el mundo no gira a tú alrededor. Yo tengo una familia por la que estoy dispuesta a cuidar y velar, a diferencia de ti a mí sí me importa mi hija y mis padres —pasa por su lado bajando las escaleras.

—Eres un descarado, te importa tanto tu familia que apenas me insinué a ti y estuviste dispuesto a meterte entre mis piernas, pero no sólo eso, destruiste tu matrimonio y sacrificaste tu puesto en la empresa, por mí. Eso no es darle importancia a la familia, eso se llama darle la espalda —le recuerda cada una de sus malas decisiones con esa sonrisa de suficiencia que lo saca de quicio.

—Tienes toda la razón y muy tarde me he dado cuenta, pero pienso resarcir el daño o por lo menos parte de él, el primer paso para hacerlo es divorciándome de ti —esa sería el mejor comienzo, este año Pilar le demostró ser una mujer vacía y sin propósito y no es lo que quiere para su futuro.

—¿Cómo? ¿Te divorcias de mí? —le pregunta sin poder creer lo que le ha dicho— eres un patán, qué piensa que las mujeres somos simples juguete al que tienes y desechas a tu antojo, si es lo que quiere está bien, no te voy a rogar, pero veré desde lejos como te hundes en la miseria, no creas que saldrá airoso de esto.

Se da media vuelta y sube hasta la habitación de ambos cerrando la puerta de un portazo. Elvis se va hasta el minibar por un trago, lo necesita con urgencia. Se siento en el mueble tomándose su tiempo para calmar las emociones y pensar con cabeza fría lo que hara a partir de ahora.

Desde donde esta sentado ve a Pilar bajando con varias maletas en sus manos, al parecer ha decidido irse de la casa ahora mismo, es un poco tarde y ella no tiene a donde ir ya que sus padres le han cerrado la puerta de su casa.

—¿A dónde piensas ir a esta hora? —le pregunta desde donde esta.

—Me has pedido el divorcio, así que lo que yo haga a partir de ahora no es de tu incumbencia, más bien alégrate porque voy a salir de tu vida de una buena vez por todas.

—Es casi medianoche, no actúes de esa manera, puede ser peligroso para ti. Pasa la noche aquí en la habitación de huéspedes y mañana a primera hora no te vas —le sugiere.

—No, gracias.

La ve salir del apartamento con las maletas, por un momento piensa en ir tras ella y detenerla, pero sencillamente se queda allí sentado en el mueble terminando su whisky.

Deja el vaso en la mesita de centro y sube hasta la habitación. Menos mal que mañana es domingo, sólo tendrá que lidiar con su pequeña y tratar de ponerse en contacto con unas personas que le deben un par de favores para poner en acción sus planes.

"Ya que no soy digno de ser el director ejecutivo de la empresa familiar, veremos si ellos pueden mantenerse en pie después de jugar mis cartas. En cuanto a Madelen, que se prepare, iré por ella y la recuperaré, así me tenga que poner de rodillas a sus pies." Piensa decidido.

🔴🔴🔴
¿Que piensan de los planes de Elvis?

Déjenme en los comentarios sus teorías.

PD: en un rato subo otro capítulo ❤️🌹

Mi amor de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora