10. Que todo Canadá se entere

37 3 2
                                    


Elvis

Observo a Steven marcharse sabiendo que está alerta de mis movimientos, no tiene ni la más mínima idea de lo que estoy planificando, pero muy pronto lo va a saber y lo venceré en su propio terreno.

Camino a la oficina de Robinson, con tiempo suficiente para después salir a la reunión de mis dos posibles socios, aunque conociendo a Robinson, algo ya debe tener planificado. Toco la puerta, me abre su secretaria arreglándose la camisa de su uniforme, se hace a un lado haciéndome pasar.

—Buenos días Elvis, adelante, siéntate.

—Buenos días, me sorprendió tu llamada, cuéntame ¿qué ha sucedido?

—Te conseguí un buen cliente, quiere hacer un restaurante y el presupuesto es abierto, tiene sus retos, pero sé que podrás con ello.

Me pasa un sobre, al sacar el documento, quedó pasmado al ver quien es, es un empresario Coreano, sus proyectos son grandes y ambiciosos, recuerdo que semanas atrás se habló de este hombre en unas de las juntas.

—Comunícate con él hoy mismo, no lo dejes escapar.

—Dalo por hecho, al salir de aquí organizo una reunión, será mi primer cliente y con este un buen comienzo. Se darán cuenta que darme la espalda no fue una buena idea.

—¿Cómo están las cosas con Pilar?

—Nos vamos a divorciar.

—Reconsidéralo hasta tener en tus manos este contrato, él señor Wang es chapado a la antigua, es probable que pida una reunión con ambas familias antes de la firma, dile a Madelen que te dé a la niña para ese evento, tiene debilidad por los niños.

—Déjame ver que puedo hacer con respecto a eso, algo se me ocurrirá —me levanto guardando el sobre en el maletín— debo retirarme, hoy nos van a entregar el local desde donde operaremos y una reunión con un posible socio.

—Un ramo de rosas y una caja de bombones, eso nunca falla.

Estrechamos nuestras manos y salgo de su oficina. Camino hasta el ascensor y aprieto el botón, este no tarda en llegar, entro y marco planta baja, al salir del edificio me despido de las chicas en recepción.

Subo a mi carro y me dirijo al local donde a partir de hoy empezará a crecer mi empresa. El tráfico está pesado y el calor se empieza a sentir, le subo al aire acondicionado mientras veo la hora.

Treinta minutos me toma llegar al lugar, los chicos han llegado solo faltaba yo, estaciono y entró al local.

—Hasta que al fin llegas, pensé que te habías arrepentido —Patricio es el primero en darse cuenta de mi presencia.

—Ha quedado muy bien el lugar, Claudio ¿contrataste a alguien para la recepción?

—Sí, no debe tardar en llegar.

—Necesitamos que alguien se haga cargo de la publicidad, todo Canadá debe enterarse que existimos y que somos su mejor opción.

—De la publicidad me puedo encargar yo, mi hermano me debe un favor y ya tengo como cobrársela, su empresa de publicidad tiene buen alcance.

Comenta Víctor con teléfono en mano.

—Me voy a mi nueva oficina, ya está por comenzar una reunión y tengo un posible cliente en mis manos, si logramos firmar contrato, nos lloverán los clientes, deséenme suerte.

Los chicos se ven entre ellos y luego a mí. Me dirijo a mi oficina que está al final del pasillo, el lugar no es muy grande, pero para comenzar no necesitamos algo tan grande.

Saco mi laptop y me conecto a la videoconferencia justo a tiempo, para mi sorpresa, del otro lado hay tres hombres dispuestos a brindarme su apoyo, si las cosas marchan bien, mi padre se quedará sin socios que lo respalden.

La reunión dura una hora aproximadamente, en lo que ponemos las cartas sobre la mesa, todos quedamos conforme y cerramos el trato.

Apenas finalizó la reunión busco el número de contacto del empresario Wang, marco su número y espero pacientemente a que responda.

—Buenos días, ¿quién llama?

—Buenos días, soy Elvis McCarthy, Robinson Gagnon me dio su número.

—Usted es el joven Arquitecto que me dijo Robinson, lo espero mañana para almorzar, lleve a su esposa.

Cuelga la llamada dejándome sorprendido.

¿Ahora cómo voy hacer con Pilar? y ¿si contrató a una mujer para que se haga pasar por mi esposa?

Me entra una llamada, Pilar, es ahora o nunca.

—Buenos días Pilar.

—¿Tienes planes para almorzar hoy?

—No, no tengo planes aún.

—Estoy en el centro comercial, avísame cuando salgas para acá y te espero en la salida.

—Dame unos veinte minutos y salgo para allá.

Esta es mi oportunidad para contentarla y que acceda a ir conmigo al almuerzo de mañana. Apagado todo y salgo de la oficina, los chicos están en sus respectivas oficinas haciendo lo suyo para atraer a posibles clientes.

—Víctor, necesito que estudies a este cliente, Hyun Wang, quiere construir un restaurante aquí, estudia los diseños de sus anteriores restaurantes, mañana me reuniré con él.

—¿Me estás tomando el pelo? —Niego— es el empresario más exitoso de toda Corea, hacer un proyecto para él es catapultarnos al éxito, nos lloverán los clientes.

—Entonces ve preparándote, que yo me encargo de conseguir el contrato mañana en el almuerzo. Si me necesitan saben a dónde llamar.

veo mi reloj dándome cuenta que estoy con el tiempo justo para ir por Pilar y llegar al restaurante, por alguna extraña razón, últimamente han tenido bastante afluencia de comensales.

Cuando estoy llegando al centro comercial le escribo a Pilar para que vaya saliendo, al acercarme la veo salir, me estaciono para que suba al carro y una vez se coloca el cinturón de seguridad nos dirigimos al Restaurante.

Pilar solo se limita a saludarme y el resto del recorrido lo hacemos en silencio. Cuando llegamos al Restaurante y nos ubicamos en la mesa que da hacia el pequeño jardín que tiene el lugar.

—He pensado mucho sobre nuestra situación, quiero disculparme por mi comportamiento en casa de tus padres, comprende, entre semana estas desde muy temprano hasta muy tarde, soy tu esposa y necesito que me des más que dinero.

—He empezado mi propia empresa, al ser el jefe podré tener más libertad, prometo dedicarte más tiempo ¿lo volveremos a intentar?

—Realmente me gustaría.

—Acompáñame mañana a un almuerzo con un posible cliente.

Pido un vino champanizado para celebrar esta nueva oportunidad. De la que me he salvado.

Mi amor de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora