Capítulo 16 - "Para nuestro hijo"

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Sara dormía cada noche abrazada a su celular, esperando una llamada que nunca llegaba. Lo mismo hacía durante el día y aunque desde el exterior podía parecer que se estaba volviendo loca, no era cierto. La pequeña duda de que su esposo pudiera estar muerto había desaparecido por completo. Aquella llamada era la señal que llevaba esperando desde el fatídico día en el que su mundo se derrumbó.

–Me he puesto en contacto con el colegio de médicos –comentó Óscar durante el desayuno–. Me confirmaron que existe una doctora Morales registrada en el mismo. En unas horas enviarán toda la información por correo.

La existencia de una doctora Valentina Morales en el registro daría por válida la historia que le contó a Óscar, pero no importaba, ella se mantenía firme y no estaba de todo muy convencida de la sinceridad de la mujer. No sabía por qué, pero tenía la sensación que en la información que iban a recibir del colegio de médicos, descubrirían algo impactante...

La incertidumbre acerca de la doctora Morales no era la única. Tenían a una policía corrupta que supuestamente había mentido y un empleado desaparecido que había obrado en su nombre o en el de Franco... Pero antes de llegar a esas líneas, solo tenía una cosa en mente: la cuna.

La cuna que había llegado a su casa como un supuesto encargo de Franco de una tienda que había sido inaugurada con posterioridad a su muerte.

–Mientras esperamos la llegada del correo, quiero ir a la tienda de artículos infantiles.

Óscar y Jimena estaban teniendo con ella un comportamiento inmejorable, y si su cuñado se había empecinado en desenmascarar a esa doctora, Jimena lo había hecho con la tienda de niños. Por primera vez en toda esa fatídica historia, nadie la mirada con cara de pena ni de loca, si no que tanto Jimena como Óscar asintieron a su última proposición y aceptaron acompañarla a San Marcos.

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Sara se emocionó al entrar en la tienda pintada en tonos pasteles. Le había comprado muchas cosas a su bebé, pero sentía que no era suficiente y aunque tanto en la casa Trueba como en la que se estaba construyendo estaba repleta de artículos de bebé, no podía evitar las ganas de adquirir todo lo que veía y esa hermosa tienda le provocaba querer gastar hasta el último crédito de su tarjeta.

–Buenas tardes, ¿en qué podemos ayudarles?

Una joven apareció entre los pasillos, ataviada en los mismos colores pastel que adornaban toda la tienda.

Sara se sintió un poco perdida, porque aunque amaría comprar todo, solo tenía un objetivo.

La cuna.

Pero ya no se fiaba de nadie y después de saber como podría haber actuado la policía, no quería levantar sospechas.

–Sí, señorita. Necesitaríamos su ayuda. A mi hermana le han enviado un regalo procedente de esta tienda, pero sin remitente y se preguntaba si le podría facilitar el nombre de la persona... Para agradecerle el detalle.

Cuando se trataba de tiendas y lidiar tanto con empleados y dueños, no había mejor persona para ello que Jimena, la cual era capaz de que le vendieran artículos que aún no estaban disponibles para la venta.

–Si me dicen del artículo que se trata, no creo que haya problema en localizar al comprador –la joven les regaló una gran sonrisa e hizo que les acompañase al mostrador donde acudió velozmente a la computadora.

–Era una cuna hermosa con dosel y ropas en...

–¡Azul bebé! –la exclamación de la joven la sobresaltó– Lo recuerdo, fue una de nuestras primeras ventas. Una gran primera venta porque la cuna y las ropas elegidas son de los artículos más caros que poseemos.

¿Quién mató a Franco Reyes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora